Por J.C.E.
Un encumbrado dirigente del partido de gobierno entrerriano situó en la categoría de histórico a la 47 Cumbre de Jefes y Jefas de Estado del Mercosur reunida en la ciudad de Paraná durante los días 17 de diciembre de 2014. Forzar el ingreso a la historia de una amplia variedad de acontecimientos, desde los resultados de eventos deportivos hasta los más insólitos como intrascendentes sucesos, se ha convertido una práctica de estos tiempos, común a las diversas tribus que conviven en nuestra tierra, pero a la que son particularmente afectos los herederos de Perón y particularmente el kirchnerismo.
Lamentablemente no nos informó los motivos de su inscripción histórica, ya que si el encuentro tuvo algún mérito, pasó sin pena ni gloria por el escenario internacional. En su culminación, los Estados Unidos al mando del presidente Obama, restablecía luego de décadas de congelamiento, sus relaciones diplomáticas con Cuba piloteada por Raúl Castro, gestión vaticana a cargo del Papa Francisco de por medio. En definitiva, lejos de instalarse en la historia, la Cumbre del Mercosur realizada en Paraná, al menos para los anales de la política internacional, quedo para el olvido.
Pero no todo fue traspapelado, menos mal. Los paranaenses tuvimos que soportar el fastuoso despliegue de seguridad que la presencia de los líderes latinoamericanos nos impuso las veleidades presidenciales de los sueños trasnochados del por entonces gobernador provincial. Pero eso no fue todo, las rendiciones de los gastos que insumió el encuentro no cerraron; o mejor dicho, no le cerraron al tesoro provincial, uno de los financiadores de la reunión.
Hoy en día los entrerrianos somos testigos, vía el canal de Youtube del Poder Judicial entrerriano, de uno de los juicios que se siguen contra el soñador Urribarri, motivado en los malgastos que autorizó para hacer el encuentro y satisfacer así a nuestra costa, sus veleidades de grandeza trasnochada.
Posiblemente, ese mencionado dirigente justicialista no se animó a dar a conocer los porqués de su categorización. Un poco de vergüenza le debe quedar al hombre. Más inteligentes parecen las autoridades municipales, que decidieron borrar de la arquitectura paranaense los adefesios que sus predecesores levantaron en honor a la olvidable y costosa reunión. Hoy día luce esplendorosa una fuente de la que brota agua cristalina en la plaza Alvear, más precisamente en calle San Martin, entre Gardel y Laprida. Toda una metáfora: mejor olvidar, o peor aún, tapar que recordar.
Menos mal que todavía quedan periodistas, funcionarios judiciales, autoridades y una enorme cantidad de ciudadanos que tenemos memoria.