Por Luis María Serroels (*)

No deja de ser un fenómeno extrañísimo del derecho universal, colocar el delito, juicio y sentencia a la vez, a cargo del acusado. En el Código Penal argentino pareciera que existen integrantes de ciertos tribunales fantasmas cuyos miembros depositan la sentencia a gusto y paladar del acusado.

En esta ocasión parece que el Código Procesal Penal fue manipulado al punto de que todo fue hecho a los intereses de Cristina Fernández de Kirchner. Es decir, en nuestras leyes y a partir de la Ley Suprema, nuestros Códigos resultan impunes cuando se trata del kirchnerismo en todas sus formas.

No es una cuestión de condena o absolución: para esta señora sólo rige la inocencia diáfana y ejemplar transformada en descaro. Mientras se soslaya el ataque a la AMIA (18 de julio de 1994 con 85 muertos), un fallo insólito sobreseyó a la actual vicepresidenta en una actitud que significó zafar del juicio y permitió que ella, y únicamente ella, manejara su propia causa inventando una audiencia preliminar a su medida.

Algo que no existe en el Código Penal y que se le proporcionó a un grupo de letrados del kirchnerismo, CFK fue sobreseída antes de juzgarla, siendo que la única instancia que correspondía era comenzar el juicio. El tema principal fue la causa del Memorándum con Irán abierta por el fiscal Alberto Nisman, cuya muerte aún siembra dudas, aunque profesionales de renombre coinciden en que se trató de un asesinato bien fraguado y no un suicidio.

Los pasos en marcha para encarar una debida apelación que haga verdadera justicia, permitirán limpiar las maniobras descaradas que llenaron de lodo a nuestra Nación.

De todas maneras, la viuda de Kirchner tiene una decena de casos abiertos en su contra.                                                                                                         

En tanto el kirchnerismo se devana los sesos en busca de rescatar sufragios para el 14 de noviembre, al clan familiar la justicia le recuerda visitas en forma de procesamiento. Es útil recordarle a la sociedad cuántas y cuáles son las causas que comprometen seriamente a la ex presidente.

El juez federal Claudio Bonadío, está posado sobre 7 de los 10 expedientes diferentes (cinco causas arribaron a la instancia de juicio oral). Una decena de causas judiciales la tienen como procesada.

Además hay un expediente elevado a juicio donde se investiga el direccionamiento de obras viales para favorecer al empresario Lázaro Báez (actualmente detenido) en la provincia de Santa Cruz.  El juez federal Julián Ercolini procesó a la ex presidenta a fines de 2016 por asociación ilícita y administración fraudulenta agravada y en marzo de 2018 elevó la causa a juicio oral.

No olvidar el expediente sobre “Los Sauces” (Cristóbal López, Báez y el Grupo Indalo de propiedad de Los Sauces S.A.) y Cristina Fernández como “retorno de las adjudicaciones de obra pública” que recibieron entre 2003 y 2015.

Además está la cuestión “Hotesur”, por la cual está procesada CFK desde mayo de 2018 por “el delito de lavado de activos y asociación ilícita”, situación que compromete a sus hijos Máximo (actual diputado nacional) y Florencia Kirchner. Respecto del lavado de dinero mediante alquiler de habitaciones del Hotel Alto Calafate (Santa Cruz), sus operaciones eran mentirosas.

Hay cinco expedientes que aún no han llegado a la etapa de juicio oral pero cuentan con sus respectivos procesamientos.

Un párrafo especial merece la causa denominada “Cuadernos de la corrupción”. La dos veces Presidenta de la Nación y actual vicepresidenta, es sindicada como la jefa de una asociación ilícita que hizo de las suyas entre 2003 y 2015, siendo procesada en septiembre de 2018.

Curioso resulta que ya van dos empresarios de la obra pública negando supuestas irregularidades en licitaciones, con extraña demora. Pero existen otros que están arreglando en la justicia aunque no se librarán de su condena. 

¿Cómo puede aceptarse que una persona se encuentre en situación de asociación ilícita y prisión preventiva (2018), en tanto ejerce la tarea de Vicepresidenta de la Nación y presidenta del Senado Nacional?

¿Cómo entender y legitimar en una democracia a una mandataria alterna según la Carta Magna, con semejante atropello a las instituciones y con un prontuario nutrido que avergüenza?

El oficialismo no niega preocupación en tanto, cada vez más, se advierte que los asientos de la Cámara Baja podrían reducirse, en tanto nuevos rostros y asentaderas, refrescarán el aroma del Congreso Nacional. Lo mismo puede ocurrir en la Cámara Alta.

“Es un derecho reconocido desde tiempo inmemorial que todo individuo puede negar su colaboración al amo que gobierna  mal”. (Mahatma Gandhi)

(*) Especial para ANALISIS