La ministra de Gobierno y Justicia de la provincia habló con el programa Cuestión de Fondo (Canal 9 Litoral) sobre distintos temas de su función. Refirió los problemas y los avances en sus tres años y medio a cargo de la cartera, destacó el funcionamiento de las instituciones en Entre Ríos y expresó la intención del Poder Ejecutivo de apuntar reformas no solo en el Superior Tribunal de Justicia sino en todo el sistema judicial. También se refirió a los ataques del vocal del STJ jubilado Emilio Castrillón, entre otros temas.
—Usted es la primera ministra de Gobierno, la primera mujer en ese cargo ¿Qué fue lo que más le costó en este tiempo?
—Requiere una adaptación estar en ese lugar porque no es sencillo manejar los vínculos con el Poder Judicial, guardando los equilibrios necesarios, lo mismo con la Policía y también el Servicio Penitenciario, esas tres cosas son delicadas, no son sencillas. En el caso del Poder Judicial hay que tener vínculos pero no interferencia, de ninguna manera se puede entender algo que uno diga como una suerte de entender la prevalencia de un poder del estado sobre otro, tiene que haber independencia y para mí, siendo una mujer del derecho y siendo abogada, me parece que es un valor de la democracia ese equilibrio.
—¿Qué tuvo que cambiar de su vida, de su día?
—Muchísimo, porque no es lo mismo ser un abogado, un legislador, que estar con la responsabilidad de dar indicaciones a la Policía con situaciones que son difíciles, poner límites, repudiar ciertos hechos, en el sistema penitenciario venía todo una serie de prácticas que fuimos cambiando, al punto tal que estamos con construcciones que no se hacían hace bastante tiempo, estamos con la posibilidad de cerrar una vieja unidad penal, la de Gualeguaychú, que es del siglo XIX. No hubiera podido hacer nada en estos tres años y medio si el gobernador no lo hubiera habilitado, me siento parte de un equipo, no he determinado sola nada.
—¿En algún momento le hicieron sentir su lugar de mujer por el machismo del poder?
—La mujer que diga que no lo ha sentido en algún momento no es consciente de lo que todavía existe en el seno de la sociedad.
—¿Y cuánto los confronto o los ubicó?
—Se resuelven con razonamiento y explicitándolos. Hay machismo en todas las instituciones de la sociedad, incluso en muchas mujeres, el que las mujeres aprendamos a no reproducir el modelo tradicional, por no decir patriarcal, requiere un esfuerzo, y todas las mujeres, sobre todo las de mi generación, hemos aprendido a lo largo de los años. Yo he razonado, no he confrontado con otros, he puesto sobre la mesa que yo a esa situación la veía como que encubría una posición patriarcal.
—Esto la lleva a que muchos la califiquen como una mujer de poder, no sólo de carácter, el mismo Castrillón dijo que usted es una mujer de poder que decide muchas cosas.
—Tengo el poder que tiene cualquier ministro de la provincia, sobre mi área específica ejerzo un poder que significa siempre una responsabilidad. No hay poder sin responsabilidad, cuando se toma una decisión por sí o por no es una responsabilidad. No comparto lo que dice Castrillón respecto de mí, del autoritarismo, esa cantidad de cosas que ha dicho, pero eso está teñido por lo que ha sido su situación en el Poder Judicial, si alguien a lo largo de mi vida, llevo más de 40 años de abogada, y fui funcionaria del estado, ha padecido una situación así, jamás lo ha dicho y jamás he tenido una denuncia en mi vida, un reproche por haber sido autoritario con una persona y al contrario, he discutido, he charlado amigablemente con el jefe de la policía y le he pedido que algunas cuestiones de reglamentos internos de la policía las tenemos que revisar y rearmar. Se cambiaron una cantidad de cosas pero todavía falta bastante por cambiar, porque hay viejas tradiciones, hasta de formación de los cadetes que siempre hay que machacar, porque se avanza y a veces se retrocede, porque las instituciones tienen su lógica de tradición, de familia, y también patriarcales. Hay patriarcado en las fuerzas de seguridad, pero en las reformas de los últimos años se han entendido muchas cosas, pero faltan muchas cosas por reformar.
—¿Cuántas veces considera que se equivocó en estos tres años y medio, y dio marcha atrás y pudo reencauzar el tema?
—Me ha pasado respecto del servicio penitenciario, de cuestiones de funcionamiento de los equipos, trato de escuchar a las partes, en los primeros días a lo mejor me apresuraba a tomar decisiones escuchando una opinión, eso lo descarté a los meses de estar en el Ministerio y siempre escuché más de una opinión para hacer procesos internos de cambios. La función pública requiere muchísimas cosas, pero en general requiere modestia, contar hasta 25, no apresurarse en las decisiones, templanza, y también asumir que uno no inventa nada ni viene a renovar todo, siempre hay que tener presente que hay muchos escalones que subieron otros antes y cosas buena que otros han hecho en otras gestiones, sean de nuestro signo político como de otros, eso cuesta. A muchos les encanta hacer el gran anuncio o estrenar decisiones, y yo creo que son muy pocas las cosas que se inventan. Creo que sí podemos ir subiendo escalones sobre otros escalones que han pisado antes otros hombres y mujeres. Si asumimos eso vamos a actuar con más modestia y escuchando.
—¿Cómo mira cuando aparecen tantos hombres del oficialismo y también de la oposición vinculados a casos de corrupción?
—Hay niveles de corrupción que ha habido siempre en la función pública, que los tienen todos los países del mundo. Creo sin embargo que en la democracia argentina, desde el 83 en adelante, ha avanzado y mucho, hemos suscripto incluso tratados internacionales comprometiéndonos a la lucha contra la corrupción, en los últimos 15 años en la provincia de Entre Ríos hay más investigaciones que en los últimos 50 años, esto lo destaco porque hoy día ningún funcionario o funcionaria puede circular haciendo algún acto de corrupción o hasta de desapego del decoro sin que tenga algún reproche dentro del mismo estado. Lo tienen a veces de Contaduría, del Tribunal de Cuentas y también de la Justicia. En eso hemos avanzado y mucho, pero creo que es un abc, es una base, no podemos exhibir que somos honestos, tenemos que ser honestos. Hay casos todavía de gente que asume la función pública y que entiende que los bienes del estado son propios, pero no coincido con que sean la mayoría, pero hay un segmento que piensa así y que arrastra ese concepto de que empollan en el estado, como si fuera su casita. Lo que pasa es que lo malo a veces trasciendo y hay infinita cantidad de funcionarios y funcionarias que son muy honestos, que manejan su propio auto y nadie destaca eso, pero trasciende lo otro. Ocurre que el funcionario no tendría que exhibir que es honesto, es una base que todos tenemos que tener y la inmensa mayoría lo tiene.
—Más allá que hubo avances, se debería ser más exigente, que la gente tenga mayor acceso a información oficial ¿Por qué en la Legislatura entrerriana no se puede saber quiénes son los empleados, los asesores?
—Yo participo de la idea que en la Cámara de Diputado y de Senadores debiéramos tener algo parecido a lo que se hizo en el Congreso Nacional en que hay una planta transitoria a la que incluso se le hacen aportes jubilatorios, hay un nivel de formalidad, cuando uno ingresa puede acceder tres asesores o cinco, con distintas categorías hasta que se cubra ese cupo, y después la planta permanente. Entonces nunca se mezcla. La planta transitoria se va con el diputado o con el senador y la permanente queda. Eso es bueno y es un sistema que a nosotros después de ciertas circunstancias nos ayudaría y habría que analizar hacia el futuro, por la causa de los contratos.
—Usted durante el caso Castrillón mantuvo distancia ¿Cómo observó lo que pasó?
—Mantuve distancia porque la función del Ministerio de Justicia es mantener los vínculos, yo dialogo con el presidente del Superior Tribunal hasta para remitir partida del jury de enjuiciamiento por ejemplo. Siempre hay diálogo por cuestiones institucionales. Cuando Castrillón fue presidente del Superior también dialogué en torno a cuestiones institucionales. Fue una relación institucional, no de amistad ni enemistad, nunca compartí espacios, ni de coincidencia política ni de otro tipo. Cuando Daniel Tirso Fiorotto, un periodista a quien respeto, realiza la denuncia, me preció que era una denuncia que ameritaba una investigación que la Cámara de Diputados dispuso. Pero tampoco creí prudente que el Poder Ejecutivo, como no se expresó el gobernador, no nos expresáramos nosotros porque lo tenía que resolver la Cámara de Diputados, que tenía abierta una investigación para recibir la prueba, que directa o indirectamente en algún momento nos pedían requerir un pedido de informe entonces no correspondía que uno hiciera declaraciones. Sí la ha hecho Castrillón en contra de mi persona, yo por supuesto no comparto ninguna y todo lo que dice son completamente mentiras, yo ni soy autoritaria ni pretendo digitar el Poder Judicial ni pretendí darle órdenes a él, todas esas cosas que ha dicho, no considera que deba salir a contestarlas. Sí creo que la mesura, la prudencia, la razonabilidad deben ser atributos de los jueces y las juezas, y respeto muchísimo a la inmensa mayoría de los jueces y juezas de nuestra provincia que tienen esos atributos. Algunos son profesores universitarios, otros viven especializándose, otros han contribuido a las mejoras institucionales que esta provincia tuvo durante muchos años, nosotros tuvimos oralidad en los procedimientos civiles, tuvimos y tenemos señores camaristas y jueces y merecen mi respeto. Por eso no era prudente que yo me expida sobre la cantidad de denuncias que tuvo. Sí hubo un episodio públicamente conocido que fue el de la Asociación de Magistrados al cual estuve atenta para ver qué respondía el Superior Tribunal, en torno a la Ley que rige el funcionamiento del Poder Judicial. Ellos hicieron una interpretación, después la Cámara se abocó a la investigación y sobrevino la jubilación. Por eso no considero prudente en orden a que esa razonabilidad, prudencia e independencia se tiene que mantener era un proceso que tenía que resolver la Legislatura.
—Castrillón ha insistido en decir que había una mafia judicial ¿No tendría que haber radicado él una denuncia si eso pasaba a su alrededor?
—Eso es un disparate, nunca existió eso en la provincia de Entre Ríos tenemos un poder judicial felizmente muy sano, y todos los sistemas de control funcionan, al punto tal que este año hubo una denuncia contra un juez de paz que fue denunciado por violencia de género, un jury de enjuiciamiento, y resolviendo desplazarlo de sus funciones, pero funcionan las instituciones en Entre Ríos, funcionan los sistemas de control y la Constitución. Hay un sistema en que nuestras instituciones funcionan como deben funcionar, sin desembarazarse de sus responsabilidades.
—¿Se puede empezar a hablar de una conformación del Superior Tribunal de Justicia diferente?
—El gobernador Gustavo Bordet en su discurso en la Legislatura de este año, más del año pasado, ha manifestado su voluntad de mejorar el sistema judicial. Lo ha hecho en concreto en 2019 con la sanción de la Ley de juicio por jurados, que contribuye a la democratización del poder judicial, ha propiciado reformas en procesos, estamos trabajando procesos administrativos, una reforma de los procesos en lo contencioso administrativo con miembros del poder judicial que están en la comisión que está trabajando y en ahora el gobernador sin dudas está reflexionando sobre qué otras reformas se pueden introducir en el servicio de justicia. No desde el punto de vista de la interferencia, que nunca ha dicho nada, sino en función de considerar cómo mejorar ese poder que es, dentro de los poderes de la democracia desde el 83 hasta ahora, el que menos hacia adentro ha ido renovando sus estructuras. Recordemos que la Ley que rige el poder judicial es la 6902, es una ley vieja, que tiene muchos años, que ha sido reformada parcialmente, y quizás sea un momento que el gobernador considere, en mirar no solamente del Superior Tribunal sino en funcionamiento en general como para producir una reforma, con motivo de esta vacante que se produjo o no. La intención de producir mejoras en el poder judicial siempre la expresó y la ha llevado a los hechos, con todo el avance que desde nuestros tribunales han bregado porque se haga y desde la Legislatura también han acompañado.