La goleada por 4 a 0 de Deportivo Strobel sobre Atlético Paraná marginó de la competencia a Patronato que en Hernandarias derrotó al local por 1 a 0 con gol de Oscar Topo Gómez. De esta manera, los representantes de la Liga Diamantina terminaron como líderes del grupo con nueve unidades, más allá que su perseguidor haya finalizado con la misma cantidad de puntos, lo supera en diferencia de goles. La próxima instancia enfrentará a entrerrianos con santafesinos.

En el estadio Pedro Mutio, el local no pudo -o no quiso- con Strobel y en ningún momento se vio al Atlético Paraná que había jugado las fechas anteriores. De arranque los dirigidos por Rolando Barrera hicieron notar que venían a llevarse los tres puntos. Aunque los 11 del Gato denotaron un quedo bastante notorio. No de un futbolista puntualmente sino de todo el equipo.

Los primeros minutos mostraron un cotejo parejo en donde ningún elenco arriesgaba demasiado. Recién sobre los 21 minutos de esa etapa un tiro libre Mariano Acosta se fue por encima del travesaño. Era el primer aviso de la visita. Por su parte Paraná parecía no despertarse y ni siquiera despertaba el estímulo por terminar primero y defender su extenso invicto. Cuatro minutos más tarde se produjo la apertura del marcador: tras un centro de Daniel Barcos el lungo Jorge Godfried conectó de cabeza sin marcas en el área chica.

Desde ese momento se vio otro partido. Un Paraná sin actitud en el campo de juego, como desmotivado y falto de dignidad. Después del gol de Godfried, llegó la segunda conquista del Verde, mediante una gran jugada entre Godfried y Belardinelli. El primero cedió en pared a su compañero que llegó bien habilitado desde atrás; éste sólo tuvo que gambetear al arquero Giacomelli e ingresó con pelota y todo adentro del arco.

El Decano no pasaba la mitad de cancha, ni siquiera hilvanó alguna jugada de peligro. La única la tuvo Sergio Groos, quien a los 42 remató débilmente a las manos del arquero Kloster. Fue la más clara en ese período del local. En tanto, su rival seguía inquietando, esta vez con Godfried, ya convertido en figura, quien impactó fuertemente y desvió Giacomelli al corner.

El complemento ofreció más de lo mismo y un Paraná un poco más atrevido en ofensiva. Así fue que a los cuatro minutos tuvo la primera ocasión de gol. A esa llegada, le siguió una de Gross a los diez, quien cabeceó a las manos de Kloster, tras un centro desde la derecha de Ariel Panelli. Volvió a repetir Panelli mediante un tiro de esquina que casi fue gol olímpico. Quería más el local golpeado en su orgullo, más que nada de sus hinchas que comenzaron a agredir verbalmente a sus jugadores acusándolos de ir para atrás.

No obstante, los de Fálico continuaban atacando: y hubo un remate de Gross sobre el travesaño. Todo era confusión en el rojiblanco que arrimaba peligro solo de pelota parada o a través de remates de larga distancia. A esto Strobel aguardaba cerca de su arco, pero refugiándose atrás y empleando una defensa eficaz para salir rápido de contragolpe.

A través de esta vía lastimó aún más a su adversario cuando a los 30 minutos una contra dejó solo a Godfried, quien le pegó de primera, despejó Giacomelli ya en el piso y el balón le quedó manso al nueve de Strobel para definir con tranquilidad y sellar la historia y la clasificación a la próxima fase.

Ya no había nada que discutir, sólo cuántos goles más convertiría la visita ante un Decano anémico, sin alma y que hirió el sentimiento de sus hinchas. Los parciales de Paraná se iban retirando ofuscados con la pobre tarea de su equipo cuando a los 41 de esa etapa Daniel Barcos decoró el resultado con un gol de penal, tras una falta cometida por el guardavallas Giacomelli al atacante Mariano Acosta. Historia definida y a otra cosa.

El final dejó contenta a la hinchada visitante, que se apostó sobre la tribuna que ocupó el lateral sobre calle Maciá. A su vez los locales expresaban su descontento mediante cánticos ofensivos hacia sus jugadores: “Están vendidos, la puta que los parió”, y demás ademanes. Es verdad, quedó flotando esa sensación en los pasillos del Mutio, más cuando Paraná venía jugando en gran nivel y mostrando garra y actitud en cada encuentro.

Quedará la polémica instalada en la semana, de si hubo o no incentivación. O si el fantasma del soborno se hizo presente. No hay prueba de ello ni documento que lo compruebe. Si así hubiese sido estaríamos ante una vergüenza mayúscula y quedaría en los anales nefastos del fútbol paranaense. Más allá de todo, Deportivo Strobel ganó justamente.

A Patronato, que ganó 1 a 0 y no le alcanzó, le cabe la palabra fracaso. El año pasado quedó eliminado en la segunda fase, ahora en la primera. Se trajeron jugadores de categoría y no dio ningún resultado. Se despidió al técnico Juan Ramón Comas tras la primera fecha y allí está uno de los primeros errores. La dirigencia encabezada por Osvaldo Tarzia se equivocó de nuevo y tendrá que reconocerlo de inmediato.

Los procesos siguen y se vuelven a repetir las mismas falencias, y los jugadores no se salvan. La producción de ellos en la cancha dejó mucho que desear. Los “consagrados” Toresani, Magnín, Gómez y demás no conformaron a nadie. La historia se repite, con la misma conducción dirigencial a la cabeza. Debe llegar la hora de reconocer las equivocaciones propias y asumirlas de una vez por todas.

Próxima fecha: el 27 de marzo los elencos entrerrianos se medirán con los equipos clasificados de la zona santafesina.