El propietario del balneario El Ñandubaysal, de Gualeguaychú, Carlos Sánchez Alzaga, intimó a las empresas Botnia y Ence a detener en forma definitiva, y en un plazo de 15 días, la construcción de las plantas de celulosa que están instalando en Fray Bentos y le advirtió al Estado uruguayo que planteará una demanda millonaria por los daños y perjuicios que sufra ese espacio público. “En caso de no revocar su ilegal decisión administrativa de autorización en los actuales emplazamientos”, se demandará al vecino país “la reparación de los perjuicios sufridos por el balneario en particular y el turismo de nuestra región en general, como consecuencia de la contaminación generada por actividades desarrolladas en su territorio”.
Un comunicado difundido hoy por la empresa que explota el balneario informó que "el 7 de julio se procedió a notificar a la República Oriental del Uruguay el contenido de las intimaciones cursadas a las firmas Ence y Botnia para que en un plazo de 15 días interrumpan en forma definitiva las obras de construcción de ambas plantas, indebidamente autorizadas por el vecino país para funcionar en las márgenes del río compartido con la República Argentina".
"Se le hizo saber (al Estado uruguayo) que, en caso de no revocar su ilegal decisión administrativa de autorización en los actuales emplazamientos, en su carácter de
responsable por los daños causados como consecuencia de la contaminación generada por
actividades desarrolladas en su territorio, en los términos del artículo 42 del Estatuto del Río Uruguay, será demandado conjuntamente con ambas empresas", señaló el comunicado difundido por Télam.
Agregó que en el caso de Uruguay demandará "la reparación de los perjuicios sufridos por el balneario en particular y el turismo de nuestra región en general".
El balneario camping Ñadubaysal, uno de los principales atractivos turísticos de Gualeguaychú, está ubicado a 10 kilómetros en línea recta de la planta que la empresa finlandesa Botnia está erigiendo en Fray Bentos.
Este balneario, uno de los más visitados del sur entrerriano, dispone de mil metros de playa de límpida arena, pero su futuro se ve amenazado por la contaminación que provocarán las pasteras sobre el Río Uruguay, advirtieron ambientalistas.