De ANALISIS DIGITAL
Poco a poco las voces fueron tomando forma. Caminando con banderas de todos los colores se divisaba a un centenar de personas que a ritmo pausado se acercaban a la Casa de Gobierno alterando el ritmo de martes por la noche.
La señora que paseaba su perro debió partir ante el miedo de las bombas de estruendo; un vendedor de banderas se detuvo en la esquina de Laprida y Córdoba intentando sin éxito partir con las manos vacías y los bolsillos con algo de dinero.
Ante el altavoz se escucharon los nombres de quienes perdieron la vida hace 10 años, aquel 20 de diciembre de 2001. "¡Presente!" dijeron todos con voz desgarrada, e invitaron a entonar las estrofas del Himno Nacional mientras una nena de 4 años lo cantaba a viva voz desde los brazos de su madre.
Las palabras callan y antes de terminar la marcha salen los murgueros de Runruneros de la Orilla a repartir palabras ante los presentes. Una década ha pasado y para muchos las brasas aún arden.
Fotos: Gentileza Cecilia Bourdillon