La resolución Nº 1.582, dictada por el Consejo General de Educación (CGE) el 12 de mayo último, insta a las escuelas a establecer mecanismos de enseñanza “integradores” de modo que se “promueva la movilidad de los alumnos”, lo cual quiere decir otra cosa que las escuelas apliquen mecanismos que eviten la repitencia del alumno.
“Los docentes nos preguntan qué significa la semana de integración, y de qué modo calificar. La duda que tienen es si se evalúa sólo cada trimestre en forma aislada o todo el año, y la verdad es que lo que se evalúa es el todo. Ahí es donde cambia la lógica. No podemos decir que le tomamos parte, porque el alumno debe comprender el todo. Además, la nota que obtenga en esa semana no es ‘promediable’. Uno no puede hacer sumatorias de partes, dividir y multiplicar. La semana de integración es aparte, es integrar los saberes adquiridos durante el año. No puedo bajar la nota a un chico porque en la semana de integración le fue mal”, sostuvo Marcela Mangeón, en diálogo con El Diario, responsable de la transformación curricular en Entre Ríos, miembro del equipo de técnicos de la Dirección de Educación Secundaria del Consejo de Educación.
Si el estudiante no aprueba durante esa semana, Mangeón explico que “el chico tiene una posibilidad de revisión de saberes, y si no aprueba, va a otra instancia de integración de saberes en diciembre, y si no aprueba, hay otra semana en febrero, en el cierre de ciclo. Si ahí sale mal, irá entonces a una mesa de previa, con un tribunal, en marzo”.
Y agregó: “Pero tiene dos instancias antes, una en diciembre y otra en febrero. No puede pasar directamente a febrero. Indefectiblemente tiene que pasar por diciembre. Es una posibilidad más que tiene el chico. Si en diciembre no aprueba, pasa a febrero, y si no aprueba en febrero, va a mesa examinadora como previa en marzo. Antes, algunos docentes los pasaban de diciembre a marzo. Ahora, la condición sine qua non es pasar por diciembre. Es una posibilidad más que tienen los estudiantes para cerrar un ciclo antes de cerrar un año o pasar a la Universidad”.
Aunque no hay variante respecto de la nota que se debe alcanzar para promocionar –que es seis– sí hay cambios en el modo de evaluar a los alumnos por parte de las escuelas, con la incorporación de la posibilidad de que el estudiante pueda poner en cuestión una calificación. La resolución Nº 1.582 de Educación prevé que un estudiante, o un grupo de estudiantes o también los padres pueden pedir una revisión sobre alguna “instancia del proceso de evaluación, debidamente fundado”. Y que se “procederá a dar intervención al docente comprendido en el mismo para explicar sobre los criterios de evaluación y calificación oportunamente comunicados y las estrategias de evaluación utilizadas. De continuar el mismo, la institución arbitrará los mecanismos para resolver la situación planteada”.
Liliana Dasso, directora de Educación Secundaria, admite que el cambio se lleva adelante no sin algunas dificultades. “Lo que pasa es que hay que consensuar criterios en cada institución. Y el hecho de consensuar criterios para evaluar un proceso de aprendizaje, necesita tiempo. Hay escuelas que sí lo entienden, y les es más fácil, quizá por la población escolar que tienen, o por que los padres lo comprenden; pero en otras no es tan fácil”, señaló.
Dasso cuenta un hecho que da cuenta de qué modo a veces la arbitrariedad se cuela en las aulas. “Hasta ahora, si un alumno no se presentaba a la instancia de diciembre, podía hacerlo en febrero. Pero ahora está escrito: la condición para ir a diciembre o marzo, es pasar antes las instancias de recuperación de saberes. No pueden saltar hasta marzo. Los chicos lo hacían, y los profesores lo habilitaban cuando había un alumno con muy bajo promedio”, puntualizó la titular de Educación Secundaria.
Las semanas de integración de saberes –que se darán al finalizar cada uno de los tres trimestres– incluirán a todos los alumnos, también a aquellos que hayan superado el seis.
“Lo que estamos procurando es la calidad. Nosotros estamos potenciando un desarrollo específico para los que no alcanzan el seis; pero también potenciamos a los que teniendo un seis, pueden llegar a un diez. Así apuntamos a la calidad”.