Sobre la concentración que volvió a movilizarse contra la pastera UPM (ex Botnia), Leissa aseveró en declaraciones al programa A quién corresponda (FM De La Plaza) que “fue una marcha masiva”, y que “el compromiso” de los manifestantes “tiene que ver con cómo se sale de la situación” porque mientras la planta continúe funcionando, seguirá contaminando. El militante ambiental afirmó que la determinación de “desactivar el conflicto” por parte del gobierno nacional, lleva al acostumbramiento y a comenzar a convivir con la contaminación. En tanto, agregó que “la marcha alerta” sobre la gravedad del tema, y en ese sentido, destacó “lo valioso de la presencia”.
Respecto a las últimas noticias sobre el aumento en la temperatura de los efluentes, el asambleísta manifestó el deseo de que “el gobierno ponga el énfasis que se debe poner”. Para Leissa no hay que derivar en “medidas extremas como romper relaciones” con el vecino país, pero poner en riego las aguas del río “es otro extremo” y tampoco se puede ceder. Asimismo, subrayó que “no se puede dar la espalda al reclamo y dejar todo en manos de la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU), que es un organismo burocrático”.
Mientras la planta continúe contaminado, “el conflicto no se ha terminado”. Y en ese sentido, instó a “no bajar la guardia, a no acostumbrarse a vivir con la contaminación y con la empresa en la otra orilla, y que el problema quede en la nada”. Para Leissa, “en esto tiene que haber una postura activa, y firme. El gobierno debe intentar hacer algo”.
Sobre el acompañamiento de los vecinos uruguayos en el reclamo, afirmó que “muy poca gente estuvo”, porque “la población uruguaya no comprende la magnitud del problema”. En ese sentido, dijo “hay que desmitificar el concepto de que en el vecino país predomina un criterio transgresor y contestatario”, porque sucede al revés. “En Uruguay hay un doble estándar, se dice algo y se hace otra cosa”, concluyó.