En una tarde de intenso calor, Unión resistió la baja presión reinante para enfrentar como visitante a Boca Unidos de Corrientes. Se anunciaba un encuentro ambicioso para los Rojiblancos, ya que precisaban una victoria para que continúe encendida la esperanza del ascenso o la promoción.
Mientras los dirigidos por el ex jugador del Tatengue, Frank Darío Kudelka, venían con resultados favorables de local, Unión no ganaba tres puntos como visitante desde el año pasado. Durante el primer tiempo, el equipo de Fernando Alí no mostró mucha ambición para llegar al gol. Casi nada de peligro generaron los delanteros visitante y sólo en dos oportunidades llegaron a inquietar el arco defendido por Leonardo Díaz.
La situación fue inversa para Boca Unidos, que generó más oportunidades. Algunos tiros que dieron en el palo y tres centros inquietantes fueron las chances que tuvieron los dirigidos por Kudelka que no lograron abrir el marcador.
Por parte de Unión, en lo que al juego se refiere, mostró algunas intermitentes intenciones de agresividad pero con algunas falencias en la solidaridad del equipo, señala El Litoral.
Segundo tiempo para el infarto
El gol de Boca Unidos, a los siete minutos del inicio del complemento fue prácticamente el acto inaugural a lo que se anunciaba como el segundo tiempo de un partido que podría no haber tenido etapa inicial. Leonardo Barone cruzó un remate que Limia no logró detener. Seguramente Kudelka no pasó por alto que en el lateral izquierdo Unión tenía un jugador menos y debe haber hecho notar esta ventaja a sus dirigidos durante el entretiempo.
Sorprendió ese primer gol y volvió a dejar sin reacción el segundo tanto que convirtieron los locales. A los 24 minutos Antonio Medina le dio tranquilidad a todos pero el tanteador estaba lejos de cerrarse.
Es que Unión guardaba bajo la manga las oportunidades que los dirigidos por Alí no pensaban desperdiciar. Primero Guerra convirtió con pase de Pratto e ilusionó a los Rojiblancos. Así descubrieron que era posible volver con al menos un punto.
Pero restaba aún convertir el segundo tanto y Unión no podía desaprovechar ninguna chance. Así fue que a seis del final Donnet convirtió el gol del empate que mantuvo a propios y extraños con el corazón en la boca hasta el pitazo final de Gianni.
Finalmente de la tranquilidad los correntinos pasaron a la preocupación y de allí a la tristeza de ver cómo su equipo no lograba reponerse de los dos golpes que Unión asestó certeramente en el segundo tiempo. El Tatengue vuelve al menos con el punto consuelo y con la fortaleza de haber dado vuelta un partido en el que por momentos parecía tener decretada la derrota.