
El expresidente del AEC criticó a la actual dirigencia del básquetbol argentino. (Foto: Uno)
Orlando Chungo Butta opinó de la decisión de la actual dirigencia del Atlético Echagüe Club (AEC) de vender la plaza en la Liga Argentina de Básquetbol y dejar de participar del certamen organizado por la Asociación de Clubes (AdC). Quien fuera presidente de la institución entre 1985 y 1993, además de responsable del básquet profesional del Negro de 2005 a 2009, fue crítico con el formato de la actual competencia. “(Fabián) Borro nunca agarró una pelota y hoy maneja el básquet argentino”, fustigó.
En primer término, el exdirigente indicó que no le causó sorpresa la decisión de desprenderse de la plaza por parte del AEC, más sabiendo que última temporada se alquiló ese lugar a Tomás de Rocamora de Concepción del Uruguay, que consiguió la permanencia en la categoría.
“No me sorprendió, porque el año pasado me llamaron alrededor de las 16 o 17 para preguntarme qué les sugería hacer, porque a las 20 vencía el tiempo para ceder la plaza. Estaba la alternativa de Rocamora y les sugerí que analicen cuáles eran sus intenciones para la competencia, porque si descendía perdían la plaza”, expresó y agregó que vio como “lago normal” esta determinación.
“Lo veo como algo normal. Creo que podría haber jugado la Liga, pero no le servía jugar en esta competencia a la que realmente no le entiendo el sentido. Además, el contexto económico no ayuda tampoco. Echagüe tiene muchos hinchas, de los cuales no sé cuántos son socios, que quieren tener representación en el básquet nacional. Pero también he ido a partidos con 40 personas, lo que es insostenible para el club. Sé que hay un grupo de personas que salió a buscar la plata a la calle, que es lo que hay que hacer, pero no alcanzó”, evaluó.
Sobrino de Luis Butta, fundador del club de calle 25 de Mayo y quien le da nombre a su estadio principal, el Chungo sostuvo que “hoy Echagüe debe concentrarse en mejorar su trabajo en las divisiones inferiores, porque no puede ser que no tenga peso en el básquet local desde hace años. En los tiempos de auge la mayoría de los chicos que venían al club querían jugar al básquet, algunos con más condiciones que otros, pero se nutría el semillero. Primero tiene que apuntar ahí y, una vez logrado esto, sí pueden pensar en un proyecto para volver a la Liga”.
En diálogo con Uno, Butta aventuró un posible regreso a la dirigencia del club. “Quizá en algún momento pueda volver a Echagüe porque es parte importante de mi vida. En pleno apogeo del club dijeron que robaba, cuando en realidad durante los 10 años que estuve en Echagüe puse alrededor de 300.000 dólares. Siempre me hice cargo cuando asumí responsabilidades, por ejemplo, cuando llevé un empleado y después lo tuve que echar, le pagué con plata de mi bolsillo. A los que estaban anteriormente, puntualizando en (Marcelo) Casaretto que manejaba el básquet profesional, los apoyé bastante dándoles publicidad, hasta que me enteré que los jugadores de la Liga no jugaban en el club y los jugadores del club no jugaban en la Liga. Hablé con él y su respuesta fue que a la subcomisión de básquet de inferiores la manejaban los padres y ellos no querían que los jugadores de afuera tapen a los chicos de acá. Un club no puede ser manejado por los padres, que siempre son necesarios para colaborar, pero no para tomar decisiones. Entonces dejé de aportar ya que me parecía un sin sentido”.
Posteriormente, Butta recordó: “Cuando asumí la presidencia el club tenía cuatro disciplinas y unos 800 o 900 socios. Con todo el proceso de la Liga llegamos a 14 actividades, 40 profesores de educación física, la máxima cantidad de socios en la historia del club, adquirimos el predio de tres hectáreas en el Thompson, construimos el playón y la pileta de invierno. Entendía que si Echagüe iba a representar a la provincia a nivel nacional iba a generar una atracción a la gente, pero a esa gente había que ofrecerle servicios”.
Con conocimiento de causa, el también ingeniero agrónomo criticó la actualidad de la Liga Nacional de Básquetbol y la comparó con sus inicios, cuando la creó el gran León Najnudel. “A la Liga la vi con el objetivo de hacer crecer a los clubes y el deporte. En la época que Echagüe participaba los partidos se vivían a estadio lleno y ahora eso no se repite, pero era una Liga que se jugaba como debía ser. No era por capricho un torneo de 16 equipos con dos descensos y dos ascensos, sino que todo estaba estudiado para desarrollar una competencia de ocho meses jugando dos partidos los fines de semana. Esto les permitía a los clubes tener cuatro días de entrenamientos”, rememoró.
“Los planteles estaban conformados por seis juveniles y ocho mayores, de los cuales eran seis nacionales y dos extranjeros, que debían ser mejores que los argentinos para que con las prácticas nuestros jugadores mejoren. Eso permitía nivelar para arriba. Hoy hay 20 equipos, con un descenso y jugando casi todos los días, no permitiéndole entrenar tanto a los planteles y eso hace que el nivel de juego sea malo. No le veo objetivos a esta Liga, no le sirve al club ni a los jugadores. Sé muy bien que en el Marán Suites fue uno de los lugares donde se planificó este formato”, dijo con una sonrisa cómplice.
Y concluyó: “Hay que ver quiénes son los dirigentes que entran a la Liga. El 90% son empresarios que les gusta involucrarse porque tienen plata, lo cual es necesario, pero poco entienden de estos conceptos de competencia. Yo trataba de hacer de maestro a los otros dirigentes, sobre todo a los más jóvenes, para intentar orientar la Liga. (Fabián) Borro nunca agarró una pelota y hoy maneja el básquet argentino”.