“Este programa es un impulso para recuperar en nuestra ciudad material electrónico en desuso y transformarlo en productos de calidad con una nueva vida útil. Esta medida protege el medioambiente y aporta a la mejora de la calidad educativa”, destacó Bastian.
Un proceso de compra de pañales dejó afuera a proveedores históricos, adjudicó a una empresa no inscripta y se quedó con un contrato estimado en US$450 millones.