Por Marcelo Albarenque
Especial para ANÁLISIS
Presenten sus propios candidatos en las legislativas; los números les dan para ganar. No tiene sentido asociarse con LLA en una provincia en la que ese espacio es inexistente. Las “fuerzas del cielo” solo obtuvieron el caudal de votos de 2023 porque las elecciones eran conjuntas con las nacionales, no porque los entrerrianos estemos repentinamente obnubilados por los postulados de la escuela de Chicago.
Ser gobernador en Entre Ríos y tener “buena imagen”, como la que tiene el actual gobernador, es relativamente fácil. Incluso el mismo Bordet, anterior gobernador, a quien rara vez se lo veía en público o en contacto con personas fuera de quienes eran sus ministros, gozaba de excelente imagen, merecida o no.
El actual gobernador, obviamente ungido por la voluntad popular, cuenta con un hándicap extra: puso fin a veinte años consecutivos de bustismo y sus subproductos. Me explico, para no bajarle el precio a nadie: Jorge Busti ganó las elecciones de 2003, desplazando al montielismo, la experiencia política más oscura y tenebrosa que tuvo la provincia. Luego, Urribarri -simplificando- heredó la gobernación, según él mismo reconoce en un libro que versa sobre su carrera política y gestión como gobernador. Y este último, virtualmente, designó a Bordet como gobernador, poniendo su implacable fuerza electoral para que esto se materialice. Y lo logró. Por su parte, el propio Bordet intentó, ya sin éxito como sabemos, trasladarle los atributos de mando a Bahl.
Retomando a Frigerio: proyecta austeridad y, a qué negarlo, tiene audacia. Audacia, por ejemplo, para reformar la obra social de la provincia. El peronismo -que por lo bajo adhiere a la reforma, presta el quórum y los votos- no reformó el Iosper cuando pudo, no porque no quisiera, sino porque discursivamente no podía ir contra los sindicatos. Tal como lo sugirió -con criterio que compartimos- la actual intendenta de Paraná, Rosario Romero, la ley de reforma del Iosper debió incluir un consejo auditor con participación de sindicatos, afiliados, legisladores de la oposición, etc. Más allá de esto -que es una discusión técnica- punto a la gestión por la audacia.
Retomando lo electoral, y luego de dar un ejemplo sobre la declamada austeridad y transparencia de la gestión de Frigerio, real o no, insisto en una sugerencia, gratuita y tal vez errónea: presenten sus propios candidatos. La percepción de la gestión es buena. Parecen no importar algunas incongruencias, como ejemplo el nombramiento nepótico de Gonzalo Roncaglia, hijo del ministro Roncaglia, como Coordinador de Operaciones Aéreas de la Dirección General de Aviación Civil. Extraño que no se considere, en ese cargo provincial, a algún entrerriano que no sea hijo de algún ministro no entrerriano. O que el propio gobernador use un helicóptero de la Policía de Entre Ríos, para trasladarse con su familia, tal como lo informamos en esta misma columna. Detalles.
La experiencia de LLA va a finalizar, antes o después, en una debacle catastrófica. No son malos augurios: es experiencia histórica. Ya ocurrió durante el menemato, que en nombre del peronismo -que aplaudía con los pies- dejó un país caro, con un pasivo social inmoral, con la matriz productiva destrozada y sin inversión pública ni privada. ¿Por qué ser socios, en la provincia, de esta experiencia fallida? Entiendo la tentación de constituir una alianza, sobre todo viniendo de una persona que demostró tener una ambigüedad ideológica que le compite a la de alias “Pato” Bullrich. Presentar legisladores propios “les sube el precio” a estos en el Congreso. Lo digo sin sugerir nada espurio: lo que se pueda obtener del gobierno federal para la provincia a cambio de votos en el Congreso, bienvenido sea. Existen serias chances de que la LLA presente sus propios candidatos, ya que Caputo -Santiago, el espía frustrado; no alias “Toto”, el trader offshore- y “La Jefa”, exvendedora de tortas, no permitirían no presentar candidatos en la provincia.
En esto discrepo del precandidato Guillermo Michel, quien probablemente cuenta con mayor y mejor información cuantitativa que el suscripto: en el actual estado de cosas, el universo PJ tiene incluso chances de quedar tercero en la provincia y no colar ni un legislador, cosa que no ocurre desde que existe el peronismo y se presenta en elecciones libres, sin proscripción. Y no se trata de un problema de candidatos, ni de internas: es un problema de discurso y de percepción.
Tal vez sea el resultado necesario para permitirse pensar en un partido orgánico, hacer una profunda y necesaria autocrítica, y jubilar a una generación de dirigentes que tiene el boleto picado.