
A 23 años del desembarco de las tropas argentinas en las Islas Malvinas, el periodista y ex combatiente de Malvinas Edgardo Esteban aseguró que el momento más difícil que le tocó vivir durante esos días fue “la espera de la muerte a los 18 años, los compañeros que mueren en lugar de uno y las situaciones que no son normales y que no se proyectan para cuando se termina la secundaria”. También contó que la película de Tristán Bauer “Iluminados por el fuego”, basada en el libro "Malvinas Diario de un Regreso" de su autoría, provocó el enojo de muchos de sus ex compañeros porque “se rompió un pacto de silencio que se había impuesto”.
El periodista de televisión de la cadena American NBC comentó que la realización de la película “llevó cinco años” y que la idea de la misma “es recuperar la memoria que tanto se tapó y se olvidó, por todo lo que hicieron los militares pero también por lo que hizo una sociedad que aclamó a esos militares y después, cuando se perdió la guerra, se olvidaron que había chicos de 18 años que fueron a dejar su vida a esa guerra y que pasaron a ser marginales como enfermos de lepra o loquitos de la guerra”. “Esa carga de bronca, de frustraciones y de muerte quedaron dentro nuestro y generaron más muertes por suicidios –se habla de 330- que muertes en combate”, agregó.
Además, en declaraciones al programa A Quien Corresponda emitido por Radio Del Plata Paraná dijo que “la sociedad y los gobiernos de turno son dos puntas del debate” pero también criticó que “los organismos de Derechos Humanos se olvidaron que los combatientes también fueron victimas de la dictadura y no parte de ella, y se olvidaron que se necesitaban algunas reivindicaciones que no se hicieron”. En ese marco, sostuvo: “Esa suma de situaciones llevó a construir este proyecto que no es contra de nadie sino que busca, desde una mirada humana, la realidad actual de los suicidios y lo que pasó en 1982”.
Asimismo, recordó que fue el primer ex combatiente que volvió a las Islas Malvinas: “Se me abrieron todas las heridas y las polémicas, porque cada soldado que estuvo allá tiene su historia y su propia mirada, y desde ese lugar fue necesario escribir el reencuentro con la isla para sacar esas heridas y construir la parte final del libro y la película”. “Duele y cuesta porque uno cree que los fantasmas se alejan pero por estos días se vuelve a sentir toda esa angustia de lo que pasó en el ´82”, añadió.
Consultado sobre el momento más difícil que le tocó vivir durante la guerra, contó: “La espera de la muerte a los 18 años, los compañeros que mueren en lugar de uno y las situaciones que no son normales y que no se proyectan para cuando se termina la secundaria; además de que los códigos y las reglas de juego son otras, así como las situaciones de abuso que hubo y que quedaron grabadas en todos los que estuvimos allá y que costó mucho tiempo poder reconstruir”.
Finalmente, dijo que mantiene contacto “con algunos” de sus compañeros de aquella época, porque a través del libro “es como que se rompió un pacto de silencio que se había impuesto” y algunos se molestaron con él. De todos modos, concluyó: “No me hago cargo de eso porque estoy orgulloso de lo que hice, sólo pido que se respete mi mirada y creo que necesitamos reconstruir un país en donde esas situaciones hicieron mucho daño. Uno quiere buscar una Argentina distinta y si podemos debatir en serio y con madurez vamos a crecer como país”.