
Adolescentes se guarecieron debajo de los pupitres en medio del tiroteo (Foto: Instagram Reporte 100.7)
Una disputa entre grupos familiares del barrio El Pozo de Paraná no tiene ningún tipo de límites: en plena mañana se agarraron a tiros a metros de la Escuela Bazán y Bustos. Solo por fortuna, ninguna bala se metió por la ventana de un aula y la noticia no es algo peor. Poco después, la Policía detuvo a cinco personas, integrantes de ambos bandos enfrentados.
El violento episodio se registró a las 9 de la mañana sobre las calles que rodean la escuela secundaria. Alumnos y docentes debieron tirarse cuerpo a tierra y guarecerse debajo de los pupitres. En las redes sociales circularon luego los mensajes de chicos y padres indignados por la situación de inseguridad vivida.
Hubo varios llamados al 911, algunos de los cuales señalaban con nombre, apodos o apellidos a los tiradores. Una mujer del barrio El Pozo afirmó que “Tafita” Mendoza era uno de ellos. Otro hombre que se comunicó con la Policía denunciaba que “Corcho” Cardozo estaba disparando contra su vivienda.

Varios patrulleros del 911 y de la comisaría sexta acudieron raudamente al lugar y arrestaron a varios de los protagonistas de la balacera: Fabian Alejandro “Pájaro” Ramírez, de 41 años, Neri Germán “Corcho” Cardozo, de 43, su hijo homónimo apodado “Papu”, de 19, Andrés Arnaldo “Cocheco” Sosa, de 22, y a Jonathan Alberto “Tafita” Mendoza, de 30.
La fiscal de la Unidad de Investigación y Litigación, Melisa Saint Paul, ordenó la detención y practicar la prueba de dermotest a para los cinco sujetos.
“Nos tiramos al piso para no morir”, publicó uno de los adolescentes en redes sociales. Como él, decenas de jóvenes expresaron su angustia y cansancio por convivir con la violencia cotidiana que golpea al barrio, publicó el sitio Reporte 100.7. Los testimonios son estremecedores: “¿Qué esperan? ¿Que maten a uno de nosotros para hacer algo?”, escribió otra alumna que, como el resto, no pudo continuar con normalidad su jornada escolar.
“No podemos naturalizar que ir a la escuela sea arriesgar la vida. No queremos ser víctimas de una bala perdida”, reclamaron autoridades educativas al Gobierno.