
Mariano Puerta llegó a al encuentro decisivo de Roland Garros a base de lucha y sacrificio. Hoy, en la final ante Rafael Nadal, la actuación del argentino no fue la excepción. El cordobés dejó el alma sobre el polvo de ladrillo de París pero no pudo ante el español, quien lo venció por 6-7, 6-3, 6-1 y 7-5.
Pese a la derrota, el cordobés seguramente nunca olvidará las dos semanas que vivió en el abierto francés. Recuperó la confianza, encontró su mejor forma y desde mañana estará en el puesto 11 del ranking mundial.
Enfrente tuvo a un rival impresionante, que demostró por qué es considerado el jugador del momento. Con 19 años recién cumplidos, Nadal se metió en la historia grande del tenis mundial.
El mallorquín arrancó mejor, haciendo muchos cambios de ritmo y utilizando con criterio el recurso del drop, quizás especulando con el desgaste físico del cordobés. Puerta se mostraba algo impreciso y nervioso y rápidamente quedó 2-0 abajo. Pareció reaccionar cuando ganó su saque y descontó, pero el europeo seguía muy firme y se puso 3-1.
Llegó el quinto game y cuando el argentino sacaba 15-40 pidió asistencia médica. Tras ser atendido durante tres minutos por una molestia en la pierna derecha, regresó a la cancha, algo que lo hizo merecedor de una ovación del público parisino. Volvió renovado, levantando los dos break points y quedándose con el juego, para inmediatamente recuperar el quiebre y llegar a la igualdad (3-3).
Todo fue muy parejo a partir de allí. Ambos jugadores se hacían fuertes con su servicio, sin darle oportunidades de break al rival. Puerta llegó 6-5 arriba a la definición, esperanzado de quebrar y llevarse el set. Estuvo cerca, pero el español logró forzar el tie break. El desempate fue muy equilibrado. El cordobés lo buscó más y tuvo su premio (8-6). El primer objetivo estaba cumplido.
Nadal no sintió el impacto y tuvo un sólido inicio en el segundo parcial. El juvenil tuvo que luchar mucho pero consiguió el quiebre para estar 3-1 arriba. Luego, siguió dominando con su servicio ante un Puerta visiblemente cansado, que trataba de buscar un poco de aire.
El argentino levantó un set point cuando servía 2-5 y definió ese juego tirándose de palomita al estilo Boris Becker para llegar a la volea. Al game siguiente, el español continuó lastimando con el saque. Cerró el parcial 6-3 e igualó el encuentro.
El europeo siguió su marcha en el inicio del tercero. Quebró en el primer game y luego mantuvo su saque para ponerse 2-0. El nacido en Córdoba tuvo dos oportunidades de break para el 2-2, pero el mallorquín terminó imponiéndose (3-1). De ahí en más, todo fue para Nadal, que ganó el set 6-1, ante un Puerta que eligió ahorrar energías de cara al cuarto parcial.
El arrancar quebrando pareció un buen indicio para el argentino. Sin embargo, su rival se recuperó al juego siguiente, para luego mantener la paridad (3-3). El cordobés tuvo tres break points en el séptimo game, pero dejó pasar las oportunidades que se le presentaron. Pese a ello, siguió prendido y quebró (5-4). Con su saque, tuvo dos chances de ir al quinto, pero Nadal nunca se dio por vencido y llegó al 5-5.
Con ese envión anímico afrontó los dos juegos siguientes, que terminarían siendo los últimos del partido. Quebró el saque de Puerta, se adjudicó el cuarto por 7-5 y desató toda su euforia.
Fuente: Clarín Digital.