
La obra de conexión entre la Ruta Nacional 12 y la nueva circunvalación a Paraná permanece paralizada desde hace casi dos años, pese a que fue planificada como una vía clave para descomprimir el tránsito pesado que ingresa a la ciudad. Ante la falta de definición por parte de Vialidad Nacional y el rechazo a una propuesta conjunta con Provincia, la Municipalidad impulsa un plan para hacerse cargo de la intervención y finalizarla en etapas, con fondos propios y un nuevo perfil urbano.
Al respecto, el secretario de Planificación e Infraestructura, Eduardo Lórefice, explicó a Elonce que la obra fue proyectada hace más de 50 años, cuando el sector era una zona de quintas. Sin embargo, hoy atraviesa barrios consolidados, donde el terraplén construido dividió a la comunidad y generó múltiples inconvenientes: "Vecinos aislados, interrupción de calles como Bordón, drenajes afectados en Hernandarias, y un gran impacto negativo en la vida cotidiana”.
“Es una obra prioritaria para Paraná, no solo por el desvío del tránsito pesado, sino por los perjuicios que causó en los barrios, como en calle Bordón o Hernandarias”, señaló el funcionario. A su vez, remarcó que se trata de una obra obligatoria y complementaria a la concesión de la Ruta 18, pero sin fecha ni garantías de ejecución porque "debido a que no incluye peajes, tiene pocas chances de concretarse en el corto plazo".
Desde la Municipalidad propusieron a Vialidad Nacional asumir la finalización de la traza como una avenida urbana, similar a los tramos de Don Bosco o Churruarín, con semáforos, cortes, sin guardarraíles y la posibilidad de atravesarla en distintos puntos. "Sería una vía integrada al entramado urbano, no una barrera”, expuso el secretario de Planificación e Infraestructura.
La propuesta fue rechazada, pero ahora se evalúa que el Municipio pueda hacerse cargo del proyecto completo, bajo administración y sin vínculo con la licitación original. "Es una obra costosa, pero si esperamos más tiempo, lo ya ejecutado se seguirá deteriorando y el presupuesto será aún mayor”, advirtió Lórefice.
La obra inconclusa abarca 3,8 kilómetros y su ejecución incompleta ya muestra signos de erosión por lluvias, cruces improvisados y falta de mantenimiento. “La situación de Vialidad Nacional, con un fallo judicial apelado por el Gobierno, complica aún más el panorama”, agregó el funcionario.
Finalmente, desde el Municipio remarcaron que la Provincia se había mostrado dispuesta a participar inicialmente, pero desistió al considerar que la ejecución quedaría en manos de Nación. Mientras tanto, la Municipalidad espera definiciones administrativas para avanzar. “Tenemos equipos para iluminación LED, señalización y tareas complementarias. Si Vialidad libera la obra, podemos empezar por etapas. Lo importante es resolver el daño que hoy sufren miles de vecinos por una traza mal pensada y abandonada”, sostuvo Lórefice al fundamentar: “Es imprescindible avanzar cuanto antes. No puede seguir esperando”.