Un empresario cercano a Kirchner busca quedarse con Redengas

Una situación peculiar atraviesa Redengas, concesionaria de la distribución de gas natural en la ciudad de Paraná. En sus orígenes la empresa se constituyó con capitales locales, pero luego se produjeron movimientos accionarios a resultas de los cuales las estructuras de propiedad han quedado interrelacionadas. Un empresario cercano al gobierno nacional ha ofrecido quedarse con la compañía. La propuesta contiene un plan para invertir unos 100 millones de pesos en el servicio: se incluyen nuevas conexiones domiciliarias y una central generadora de energía en Aldea Brasilera.

En rigor, a excepción de la ciudad de Paraná, es Gas Nea la concesionaria de la distribución en toda la Región IX, que incluye a la provincia de Entre Ríos. De ese modo, para el Enargas la distribuidora es Gas Nea y Redengas opera como una subdistribuidora, con autonomía operativa, patrimonial y contractual.

El último incidente que tomó estado público es que uno de los socios que controlan la empresa denunció al presidente de la compañía, en estrados capitalinos. La Justicia, preventivamente, ordenó que a Paraná arribe un veedor con derecho a veto, la antesala de una intervención que de todos modos aún no se dispuso. Desde ese momento, son múltiples las jugadas, en distintos tableros.

Formalmente, Redengas es propiedad de Holding Intergas SA en un 99 por ciento y de Emprigas en el 1 por ciento restante. Pero el capital de Emprigas SA, a su vez, está dividido entre las dos anteriores: Holding Intergas 99 por ciento y Redengas 1 por ciento. Está claro que hay un capital predominante y que la laberíntica estructura de propiedad de cada una de las sociedades anónimas relacionadas son parte de una estrategia dirigida a cumplir con la letra fría de las leyes vigentes.

Según el sitio Web de la compañía, las acciones del Holding Intergas están repartidas entre el Grupo Ghezzi en un 90 por ciento, con sede en la provincia de Brescia, Italia, y el empresario argentino Alejandro Ivanissevich, con el 10 por ciento restante.
Para no entrar en detalles que distraigan y desorienten, lo realmente importante es que Redengas cuente con un respaldo patrimonial suficiente como para garantizar la prestación del servicio. El caso es que mientras la Justicia trata de desovillar la controversia planteada, uno de los inversores ha ido tejiendo una trama de relaciones con vistas a hacerse cargo de la compañía, a partir de la construcción de una alternativa superadora para el servicio y, paralelamente, una propuesta de resolución del problema societario. Lo singular es que el interesado en quedarse con Redengas no es un inversor cualquiera, consignó El Diario.

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En efecto, Alejandro Ivanissevich es un empresario que, como Enrique Eskenazi en otro tipo de iniciativas, logró un particular protagonismo desde la llegada de Néstor Kirchner a la Presidencia de la Nación. En general, se trata de un perfil de inversores que han entrado a tallar en aquellos intersticios que dejan librados a su suerte las multinacionales, por caso aquellas que se retiran del mercado argentino ya sea porque la actividad a que estaban dedicadas deja de resultarles rentable o, simplemente, porque deciden buscar otros horizontes.

La tarea de fina sincronía con la Casa Rosada consiste, precisamente, en que son parte de un colectivo de empresarios ‘locales’ que está dispuesto a invertir justo en aquellos rubros o sectores en los que gobierno nacional necesita. Ivanissevich es titular de Emgasud, que ha construido gasoductos (Patagónico y Centro Santa Fe), que atiende numerosas redes domiciliarias de gas natural en provincia de Buenos Aires y en el sur del país. En Chubut, por ejemplo, está construyendo un polo energético que integra una central de ciclo combinado (alimentada a gas oil o gas natural) con un parque de generación eólica.

Se cita este antecedente porque, palabras más, palabras menos, es lo que Ivanissevich tiene en mente para Redengas: un programa para incorporar nuevos usuarios residenciales en Paraná y, en Aldea Brasilera, la instalación de una central que pueda ser abastecida con gas oil y gas natural.

Planes

Para alentar a que la Justicia autorice la “fusión por absorción” de Redengas, Emgasud se comprometió a incorporar 15.000 nuevos usuarios en cinco años, es decir, que en 2012 sean 52.000 clientes residenciales, para lo cual debiera producirse la expansión de la red actual en 350 kilómetros, con un costo estimado de 23 millones de pesos. Así, junto a la planta de Aldea Brasilera, se trataría de inversión global de unos 100 millones de pesos.

La central eléctrica vendría a resolver cuatro situaciones diferentes: a) desarrollaría un nuevo negocio dentro del grupo, el de la generación; b) permitiría aprovechar la capacidad ociosa que se produce durante ocho meses al año en Redengas, cuando el consumo domiciliario decae; c) mejoraría el perfil empresario de la compañía, hoy por hoy altamente dependiente del consumo residencial y con escasa participación industrial; y, d) mejoraría la perspectiva de abastecimiento eléctrico a PyMEs, en una probable sociedad con el Estado al que le cederían el 10 por ciento de las acciones.

El tiempo dirá si esta avanzada, que aparentemente goza del viento de cola que significa el apoyo de influyentes que operan desde despachos públicos y semipúblicos, se llega a concretar. Lo que sí está claro es que hubo movimientos, que tienen una dirección determinada y que, en breve, obligarán a que la Justicia resuelva.

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