Mercado espiritual sospechado: cuatro altos líderes de la Iglesia Universal fueron imputados por varios delitos financieros

Entre los acusados figura el obispo Edir Macedo, principal líder y fundador de la Iglesia, junto con el ex diputado Joao Batista da Silva, el dirigente religioso Paulo Roberto Gomes y la directora financiera de la organización de culto, Alba María Silva da Costa.

El Ministerio Público Federal del Estado de Sao Paulo acusó a los cuatro de estafa, evasión de divisas y lavado de dinero, según un comunicado de la Fiscalía.

De acuerdo con la acusación formulada por el fiscal Silvio Luis Martins de Oliveira, los dirigentes de la Iglesia Universal estafaron a los fieles para obtener grandes cantidades de dinero que era enviado al exterior sin declararlo en su totalidad, con lo cual evadían el pago de impuestos.

El dinero regresaba a Brasil en forma de préstamos que eran invertidos en medios de comunicación como radios, cadenas de televisión y órganos impresos, registrados a nombre de obispos y otros miembros de la Iglesia, con lo cual se “lavaban” los recursos.

Un comunicado del Ministerio Público indicó que el dinero de la Iglesia Universal era obtenido con “estafas” a los fieles mediante el “ofrecimiento de falsas promesas y amenazas de que el socorro espiritual y económico solamente alcanzaría a aquellos que se sacrificaran económicamente”, según indicó Oliveira.

La Iglesia Universal del Reino de Dios fue fundada en el año 1977 en Brasil y en la actualidad tiene representación en más de 180 países, incluyendo la Argentina y todos los latinoamericanos y también Estados Unidos.

En Brasil cuenta con un brazo político en el Partido Republicano Brasileño, socio de la coalición que apoya a la presidenta Dilma Rousseff, con una amplia bancada en la Cámara de Diputados.

La denuncia señaló que la iglesia sólo declara al fisco 10 por ciento de su recaudación mientras que otra parte es convertida en dólares y enviada a paraísos fiscales y cuentas bancarias en Uruguay, Estados Unidos, el Reino Unido y el Caribe.

“Valores donados por fieles a la Iglesia Universal del Reino de Dios, en su mayoría personas humildes y de escasos recursos financieros, sufrieron una espuria ingeniería financiera para, al final, convertir (los valores) en participaciones de integrantes de la iglesia en sociedades financieras”, señaló el fiscal Oliveira.

Citó en su acusación el caso del ex director de la Iglesia Waldir Abrao, quien en noviembre de 2009 registró una declaración en la que afirmó que los diezmos y donaciones recibidos de los fieles eran entregados a la tesorería de la Iglesia que declaraba sólo 10 por ciento al Fisco y enviaba el resto “a Uruguay y otros paraísos fiscales”.

Abrao murió seis días después de registrar su declaración ante un notario, en circunstancias que no han sido aclaradas del todo todavía.

Macedo y otros miembros han enfrentado otras acusaciones ante la Justicia brasileña, así como en otros países como Argentina, México y Perú, por estafa y lavado de dinero.

La oficina de prensa de la Iglesia Universal no respondió una solicitud de la agencia de noticias AP para comentar la acusación en su contra.

Entre 2003 y 2006, la institución religiosa declaró haber recibido donaciones de cerca de cinco mil millones de reales (unos 2.950 millones de dólares), pero el valor sería muy superior.

En Gualeguaychú, un cartel prometía la curación milagrosa del cáncer

“El cáncer tiene cura, tráigame enfermos para que sean sanados”, invitaba un cartel puesto a la entrada de la filial Gualeguaychú de la Iglesia.

En su perfecto portuñol, el pastor responsable del templo que se levanta contiguo al Teatro Gualeguaychú, no se escandalizó por la frase; más bien la justificó y dijo que “mi trabajo en Gualeguaychú es ayudar a las personas por medio de la fe; los médicos hacen un excelente trabajo, pero hay un momento que tiene un límite y Dios es el Dios de lo imposible; porque hay personas desahuciadas que no consiguen ser sanadas”.

El evangelio de San Juan relata cómo Jesús, el hijo de Dios, resucitó a Lázaro, de Betania, con aquella sentencia, “el que cree en mí, aunque muera, vivirá”. Pero también las Escrituras cuentan que Jesús dijo esto: “Ve a lavarte al estanque de Siloé”, y cuando el que fue, se lavó, y volvió, al volver, pudo ver. Recuperó la visión. El ciego pudo ver.

Pero todo eso extrapolado, de modo literal, al mundo de hoy, y puesto todo eso en mano de pastores sanadores, suele caer en excesos, pura palabrería, puro humo.

La Iglesia Universal es una de las más observadas dentro de las iglesias pentecostales. En 2009, los diarios La Nación (Argentina); O Globo (Brasil); El Tiempo (Colombia); La Nación (Costa Rica); El Comercio (Ecuador); El Universal (México); El Nuevo Día (Puerto Rico); El País (Uruguay); y El Nacional (Venezuela) elaboraron un informe conjunto que se llamó “El negocio de la fe”, con los ojos puestos en el desarrollo exponencial de la IURD.

Primero, concluyeron que en los cultos de la Iglesia Universal el sincretismo llega a extremos inverosímiles: así, predican la idea de que la mala suerte de las personas se explica por la presencia del demonio. Como salida para esos males, la iglesia les ofrece a los fieles la Teología de la Prosperidad, surgida en Estados Unidos, un discurso que predica que la pobreza es obra de Satanás y les promete ascensión social a las clases pobres.

Pero además, dieron cuenta de las dudas que existen en torno a su impresionante desarrollo territorial: en Brasil debieron vérselas con una denuncia en su contra por lavado de dinero; en Méjico fueron sancionados por no inscribir en el área de Cultos a sus pastores; en Costa Rica, adquirieron en 2 millones de dólares una sinagoga que transformaron en templo propio; y en la Argentina lograron quedarse con algunas emisoras radiales de Capital Federal.

Alfredo Siletta, un afanoso investigador del fenómeno de las sectas, estima que en nuestro país, adonde llegó la IURD en 1990, existen unos 110 templos y cerca de 500 mil seguidores.

El fuerte proselitismo de la Iglesia Universal no cae demasiado bien entre los sectores religiosos. Lo que ocurre ahora en Gualeguaychú es sintomático. “El espíritu de Dios que hay en mí hace el milagro”, respondió el pastor brasileño al ser consultado por Radio Máxima, respecto a aquel cartel instalado en la puerta. Y completó: “No hacemos nada que no esté en la Biblia. Nadie está obligado a dar nada, pedimos una ofrenda, pero ninguna persona es obligada a pagar nada. A partir del momento que ve que el trabajo es serio, da por su propia voluntad”.

No lo ve así el presidente del Consejo de Pastores de Gualeguaychú, Luis Aranda, que reprochó el tono agresivo del proselitismo de la IURD. “Nos hace mucho mal el mensaje agresivo con el que juega con la sensibilidad de la gente”, dijo.

El médico Higinio Álvarez, que representa a Entre Ríos en el Instituto Nacional de Cáncer, fue crítico respecto de esa promesa de campaña hecha por la IURD para atraer fieles. “Creo que a este tema hay que tomarlo con respeto. No entiendo cómo ponen un cartel con esa promesa. Decir eso es arriesgarse demasiado. No creo que la gente necesite ese mensaje. Salvo que esté demostrado científicamente que curan el cáncer. En ese caso, no habría problemas. Pero que primero lo demuestren”, señaló.

Álvarez retrucó ese eslogan, y planteó la necesidad de que la gente no interrumpa ningún tipo de tratamiento oncológico frente a ese tipo de promesas. “La gente que está en tratamiento tiene que seguirlo, independientemente de lo que le digan -explicó a El Diario-. Aún en el caso de los pacientes que hacen medicina alternativa, en general todos dicen que continúan con la quimioterapia”.

Al respecto, sostuvo: “En esto hay que ser bastante claros. El paciente que está con tratamiento no lo tiene que abandonar. Si está recostado a la fe, que la fe lo ayude a continuar los tratamientos. Es decir, no me opongo a que la persona busque ayuda en la fe, siempre y cuando no deje el tratamiento que tiene prescripto por el médico”.

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