
Los partidos de verano sirven para varias cosas. Para cortar la abstinencia de los hinchas sin ver fútbol, para que los clubes se hagan con unos pesos, y para que, como ocurrió en Mar del Plata, se presenten un combo de suplentes y juveniles, que de vez en cuando llaman la atención o invitan a ilusionarse.
Eso sí, de fútbol, generalmente, poco y nada. En especial cuando los equipos se encuentran en plena pretemporada. Es más, tan poca importancia le dio Independiente al partido, que hasta su técnico, el Tolo Gallego, decidió no viajar a la costa para seguir entrenando a los que se suponen que arrancarán el decisivo Torneo Final, en el que los de Avellaneda deberán luchar por seguir en Primera.
Y con este panorama, el juego fue chato, previsible, pero contra todos los pronósticos al descanso se fueron con cero roto. A los 41 minutos, el pibe Tomás Martínez trepó por la banda izquierda y metió un centro al corazón del área para que Funes Mori, de cabeza, sacara provecho de la paupérrima marca de Galeano y Tuzzio para anotar el 1-0.
No pasó mucho más que eso en los primeros 45 minutos del partido disputado en el José María Minella de Mar del Plata
Ya en el complemento, Independiente, que había tenido dos buenas chances con el partido empatado –remates de Rosales y Galeano-, ya no llegó y para colmo a los 10 minutos sufrió la expulsión de Vallés por una dura infracción sobre Villalva, quien hace tiempo explota en los veranos, pero no engancha cuando se juega por los porotos.
A los 19 minutos, el equipo de Ramón aceleró e hizo el segundo. El Keko Villaba llegó al fondo y sacó un centro bombeado para que Funes Mori, libre de marcas, sentenciara otra vez de cabeza.
De ahí en más, los equipos casi no pisaron las áreas y solamente hubo espacio para alguna patada de más de los hombres de Rojo ante algún toqueteo de los pibes del Millonario, señala TyC Sports.