
Nunca pudieron abrazar a un familiar. Tampoco darle la mano. Una de ellas no pudo ver a su padre por diez años, porque se había divorciado de su madre y por ende era “un pecador público”. Nunca se pueden mirar a un espejo porque es símbolo de “vanidad” y si alguna de ellas intenta ver su reflejo en el vidrio de alguna ventana, habrá un inmediato castigo. Hubo veces que solamente se podían bañar una vez cada siete días. Las carmelitas descalzas del convento de Nogoyá vienen sufriendo torturas psicológicas y físicas, todo a la vista de las autoridades de la Iglesia que una vez más, han decidido no intervenir.
Este jueves, ANÁLISIS reaparece con los ojos sobre la cartelización de la obra pública en la provincia de Entre Ríos y los pasos que la Justicia viene dando. La cartelización es, básicamente, un acuerdo para no competir. Cuando la transparencia depende de la competencia, y la competencia es una ficción, la transparencia se evapora. Los escándalos nacionales en materia de obra pública reactualizan en Entre Ríos el problema de los pactos mediante los cuales las firmas constructoras se reparten las licitaciones. El accionar de la patria contratista debe ser examinado no sólo en términos de ética pública: también como obstáculo a una eficiente asignación de los recursos. Es tan evidente el procedimiento que hasta el mismísimo Tribunal de Cuentas, muchas veces indolente, alertó en 2013 sobre las maniobras de las empresas que controlan la delegación local de la Cámara de la Construcción. El cambio de signo político alentó las denuncias de sobreprecios en varios municipios. No ha ocurrido lo mismo en el orden provincial. Bordet, sin embargo, se muestra conciente de la necesidad de modificar alguna orientación. Con fingido candor, el gobernador atribuye a los nuevos sistemas, acordados con el gobierno nacional, la decisión de las empresas contratistas de reducir sus márgenes de rentabilidad. Como telón de fondo, el financiamiento oscuro de la política.
“Hay que ir a internas y terminar con el dedo”. Así lo expresó el presidente del bloque de senadores provinciales del FpV, doctor Ángel Giano en un reportaje con ANÁLISIS. “Frigerio, quien abusa de una situación dominante, debería venir bastante menos a Entre Ríos y hacer, más como ministro político” afirmó. El legislador por Concordia, quien se ha ido convirtiendo en una de las principales espadas del gobernador, aseguró que, si alguien cometió un hecho de corrupción tiene que pagar o ir preso pero tampoco es justo, denunciar buscando una condena social. No obstante, aclaró que no pone las manos en el fuego por nadie y que de su gestión como ministro de Salud se fue con las manos limpias. Puso a Bordet como líder indiscutido del peronismo provincial y garantizó que Bahl está cerca del gobernador. No dudó en decir que al gobierno lo que más le preocupa hoy, es la situación financiera de la provincia y advirtió que si Macri no cambia el rumbo, se vendrán tiempos sumamente complejos. Finalmente y si bien no hubo definiciones expresas, durante el reportaje sobrevoló la idea de un peronismo que viene sin la conducción de Cristina y con la necesidad de liderazgos que aún -aseguró- no aparecen.
El derrotero del “ingeniero”, mentiras, fugas, extradiciones y el paradero desconocido de Sinópoli Azcoaga en 1996. Dicen los expedientes que llevan su nombre, es un embaucador que se vio enredado en cuestiones de estafa. Nacido en una casa de alta sociedad paranaense, Abel Leonardo se escapó de su destino palaciego y se manejó por otros andariveles: negociados con el Estado, operaciones con dinero falsificado en el extranjero, la cárcel y una internación en el neuropsiquiátrico para escapar de las garras de la Justicia. En la década del ´90 se hizo conocido por aportar testimonios rimbombantes en el juicio por el crimen del escribano y funcionario Rubén Calero. Años más tarde, cayó preso en Brasil, pero desde allí involucró en su causa de “perseguido político” al ex presidente De la Rúa. Su mentira no logró imponerse y la Justicia argentina pidió la extradición al Brasil por otros cargos en el país. Sin embargo, Sinópoli logró escapar del penal antes de ser traído y su fuga dejó tensa la relación entre ambas cancillerías. Hoy, nadie sabe dónde está este personaje que se hacía llamar “el ingeniero”. Las últimas noticias hablan de que se paseaba con una camioneta patentada en Punta del Este y de una nueva saga de estafas con casas para alquilar en la Costa Atlántica.
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