Falleció George Bush padre, el presidente que selló el fin de la Guerra Fría

Antes de llegar a la presidencia, George Herbert Walker Bush (nacido en Milton, Massachusetts, en 1924), había sido de todo en la vida pública: congresista, embajador ante las Naciones Unidas y en China, jefe del Partido Republicano, director de la CIA y vicepresidente de la era Reagan. Labró su carrera política y empresarial en Texas, a donde se había mudado muy joven, pero provenía de la Nueva Inglaterra de la derecha moderada y la izquierda exquisita y encarnaba la quintaesencia del hoy denostado establishment; consignó el diario El País de España.

Su padre era un rico empresario del acero, amén de senador y broker en Wall Street, que jugaba a golf con Dwight Eisenhower. A los 18 años, cuando el guión no escrito de su vida mandaba ir a Yale y comenzar en el mundo de los negocios, decidió alistarse en el Ejército y fue condecorado como piloto en la Segunda Guerra Mundial. Al regresar, se graduó en Yale y se casó con Barbara, su novia desde la adolescencia. Él tenía 21 años y ella 20.

El presidente Donald Trump, que se encuentra en la cumbre del G-20 en Buenos Aires, emitió un comunicado destacando su “liderazgo inquebrantable”. “Con su esencial autenticidad, agudo ingenio, y compromiso inquebrantable con la fe, la familia y el país, el presidente Bush inspiró a generaciones de compatriotas estadounidenses hacia el servicio público”, señaló en un comunicado.

Bush padre había cosechado también el reconocimiento de demócratas durante los años posteriores a su único mandato, especialmente el de Barack Obama, quien elogió su política exterior. Esta noche el expresidente definió al mandatario fallecido como un héroe de guerra y un ejemplo de que el servicio público puede ser una llamada “noble y feliz”, consignó El País de España.

“Lo hizo muy bien durante su viaje. Expandió la promesa de América a los nuevos inmigrantes y las personas con discapacidades. Redujo el azote de las armas nucleares y construyó una amplia coalición internacional para expulsar a un dictador de Kuwait. Y cuando las revoluciones democráticas florecieron en la Europa del Este, fue su mano firme y diplomática la que consiguió terminar la Guerra Fría sin disparar un solo tiro”.

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