
Una roca gigante está siendo seguida y analizada por los científicos. Proviene de fuera del Sistema Solar y se aproximará a la Tierra en diciembre.
Gabriel Michi
Los misterios del Espacio vuelven a despertar todo tipo de teorías. En especial esas que emergen de quienes defienden la idea de la existencia de vida extraterrestre. Y, mucho más allá, en aquellas mentes que encima imaginan que una invasión alienígena puede amenazar a este planeta. La aparición en escena del cometa 3I/ATLAS en las proximidades del Sistema Solar, generó las más diversas especulaciones en las redes sociales, sin importar lo que la ciencia demuestre con datos concretos. Según esas teorías, el cometa de más de 20 kilómetros de largo y que se acercó a una velocidad jamás vista al Sol, sería en realidad una expresión de vida extraterrestre que están viajando rápidamente para llegar a la Tierra en noviembre próximo. Las mismas miradas ya especulan con que estos "alienígenas" podrían tener intenciones hostiles.
Los datos en la noche del 1 de julio, los astrónomos detectaron un objeto celeste inusual viajando a gran velocidad hacia el Sol. Este "visitante sorpresa", llamado 3I/ATLAS, tiene una característica única: su órbita sugiere que se trata de un objeto "interestelar" procedente de fuera del Sistema Solar. Los expertos están convencidos de que 3I/ATLAS es un cometa. Sin embargo, en un artículo que aún no ha sido revisado por pares, tres físicos argumentaron que este objeto podría pertenecer en realidad a vida extraterrestre, lo que provocó una amplia cobertura mediática.
Lo cierto es que el 3I/ATLAS no es el primer visitante exterior del Sistema Solar. Anteriormente se detectaron otros dos cuerpos celestes atravesando el espacio interestelar y acercándose al Sol. Pero lo más llamativo es que este objeto se desplaza a una velocidad de 245.000 km/h, la mayor jamás detectada en el Sistema Solar. También se estima que tiene un tamaño de más 20 kilómetros, lo que significa que se trata de una masa gigantesca.
Investigadores de la Universidad de Oxford calcularon que el cometa 3I/ATLAS tiene unos 3.000 millones de años más que el Sol. El Sistema Solar tiene unos 4.500 millones de años.
El Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA señaló: "El cometa 3I/ATLAS fue avistado el 1 de julio, pero no es de aquí. Procede de fuera del Sistema Solar y es el tercer cometa interestelar conocido. Los astrónomos lo están estudiando antes de que desaparezca". De hecho, el telescopio espacial Hubble de la NASA captó recientemente imágenes impresionantes de 3I/ATLAS. Un astrónomo aficionado en Bluesky, que utiliza el seudónimo "astrafoxen", reunió las imágenes y las compartió, diciendo: "¡Se han publicado imágenes del telescopio espacial Hubble del cometa interestelar 3I/ATLAS! Se tomaron hace 5 horas. Hay muchos rayos cósmicos en las imágenes, pero la cola del cometa (el rastro que deja a su paso) tiene un aspecto muy agradable y esponjoso."
Son pocos los antecedentes registrados de este tipo en los últimos años. Previo al 3I/ATLAS, los únicos objetos interestelares conocidos eran Oumuamua, que fue detectado en 2017 y sorprendió a los científicos por su forma de barra, y el cometa Borisov, que se rompió en enormes pedazos dos años después. Ambos han abandonado ya el Sistema Solar y han regresado al espacio interestelar.
Pese a que los expertos insisten en que se trata de un cometa, las voces que se levantaron apoyando la idea de que se trataría de una especie de nave extraterrestres aparecieron desde distintos lugares. Por ejemplo, en un artículo publicado por Avi Loeb, un astrofísico de la Universidad de Harvard conocido por sus disruptivas miradas sobre el tema Ese escrito de Loeb y dos científicos británicos, que aún no ha sido revisado por pares, resalta la trayectoria "anómala" y la velocidad inusual del objeto. Algo que sin embargo choca con la posición de quienes vienen observando a el 3I/ATLAS quienes sostienen que en realidad es un cometa de gran tamaño, rodeado por una coma de hielo, gas y polvo de 24 kilómetros de ancho. Aun así, en un artículo publicado el 16 de julio en la plataforma de preimpresión arXiv, Loeb y su equipo señalaron que podría no tratarse de un cometa ordinario, sino de una nave "espía" enviada por una civilización avanzada. "Si la hipótesis resulta ser correcta, las consecuencias podrían ser nefastas para la Humanidad", afirma el artículo.
Es llamativo el posicionamiento de Loeb y sus colegas ya que la mayoría de los científicos abonan a la teoría oficial. Por ejemplo, Darryl Seligman, astrónomo de la Universidad Estatal de Michigan, declaró a Livescience que el objeto mostraba los síntomas clásicos de un cometa y afirmó: "Todos los datos sugieren que se trata de un cometa ordinario expulsado de otro sistema estelar". Pese a la contundencia de las evidencias, Loeb, por su parte, aunque esta vez no defendió ardientemente la hipótesis extraterrestre, sostiene que tales "ejercicios de pensamiento" son importantes en la ciencia. Sin embargo, relativizando que 3I/ATLAS sea tecnología alienígena, afirmó: "Lo más probable es que se trate de un objeto interestelar completamente natural, posiblemente un cometa."
Vale aclarar que no es la primera vez que Loeb hace afirmaciones de este tipo. Ya lo había hecho con Oumuamua, el primer objeto interestelar descubierto en el Sistema Solar, era una tecnología alienígena, algo que después quedó descartado por completo al comprobarse que se trató justamente de un cometa. En aquella ocasión en 2014, incluso recaudó fondos argumentando que el meteorito del Océano Pacífico también podría contener los restos de una tecnología alienígena, y finalmente extrajo piezas del océano y las analizó en su laboratorio. Sin embargo, no pudo obtener ningún dato que demostrara su tesis. Loeb, antiguo director del Departamento de Astrofísica de Harvard, se ha distanciado de sus colegas en los últimos años.
Ahora, pese a las polémicas desatadas por este científico y sus colegas, también hubo otras voces que los respaldaron, aunque con ciertas reservas. Una de ellas fue Sara Webb, profesora del Centro de Astrofísica y Supercomputación de la Universidad Tecnológica de Swinburne, quien recordó que el ser humano ya envió sondas al Espacio. En 'The Conversation', Webb señaló: "La idea puede parecer extraña al principio, pero los humanos también han enviado sus propios vehículos interestelares al espacio, con las Voyager 1 y 2 en la década de 1970. Estos vehículos se encuentran ahora fuera del Sistema Solar. Los vehículos Pioneer 10 y 11 pronto cruzarán esta línea". Y agregó: "Por lo tanto, no es demasiado descabellado pensar que otras civilizaciones, si realmente existen, puedan haber enviado de forma similar sus propios vehículos de exploración".
En esa línea, Webb enumeró algunas características para distinguir los cuerpos celestes naturales de los objetos artificiales que pueden pertenecer a la vida extraterrestre:
Si emite gases, como un cometa, es probable que sea natural.
Si emite señales de radio, es un fuerte indicio de artificialidad.
Si hay destellos eléctricos debidos a la luz solar, también podría indicar tecnología artificial.
Una de las señales más evidentes es cuando el objeto cambia de dirección o maniobra por sí solo.
Si el objeto se aproxima a la Tierra y se asienta en una órbita estable, la incógnita es mucho mayor.
Hasta ahora, todas las evidencias científicas apuntan a que 3I/ATLAS es simplemente un mega cometa ultra veloz. Una roca interestelar helada, vieja y extraordinariamente rápida. Lo más cerca que 3I/ATLAS estará de la Tierra será el 19 de diciembre de 2025. Según los cálculos orbitales, el objeto estará a una distancia de unas 1,8 unidades astronómicas, es decir, unos 270 millones de kilómetros. Eso equivale a 1,8 veces la distancia entre la Tierra y el Sol. Por tanto, no supondrá ningún peligro para el planeta. En tanto, lo más cerca que el objeto estará del Sol será el 30 de octubre de 2025, cuando 3I/ATLAS se encuentre a 210 millones de kilómetros de la estrella. En esas fechas los científicos podrán tener mucha más información sobre ese comete y despejar, una vez más, las sospechas de los que esgrimen las teorías más conspiranoicas que, en este caso, hasta incluyen hasta una presunta invasión extraterrestre.
(*) MundoNews