Rubén Galván fue símbolo de éxito deportivo. Sinónimo de triunfos. Su carrera estuvo plagada de títulos entre su aporte al campeonato del mundo de 1978 para la selección argentina y su extenso currículum de coronas con la camiseta de Independiente de Avellaneda. Este miércoles, a los 65 años, murió tras pelear durante varios días por su salud.
El Negro realizó casi toda su carrera en el Rojo. Allí se forjó como un mediocampista de primer nivel y alcanzó los máximos logros de su carrera, entre los que se destacan la obtención de cuatro Copa Libertadores entre 1972 y 1975.
Además el formoseño fue parte de la plantilla de César Luis Menotti en el Mundial de 1978 que se desarrolló en Argentina y tuvo a la selección nacional levantando la primera Copa del Mundo de su historia. Con su camiseta ocho sobre la espalda, no sumó minutos.
Además es el quinto futbolista del Rojo con más partido internacionales. Más allá de las mencionadas Libertadores, también acumuló tres Intermaericanas (1973, 74 y 76) y una Intercontinental (1973), en la recordada final con Juventus. También obtuvo dos títulos locales.
En una de las últimas entrevistas que brindó, contó: “Yo era el motorcito del auto, el que nivelaba el equipo. Yo le decía a Bochini ‘Andate de acá porque les pego a vos y al contrario. Soy el dueño del medio, salgan de acá porque me molestan’”.
Rubén Galván es el segundo futbolista campeón del mundo con Argentina –entre los de 1978 y 1986– en morir tras lo ocurrido con José Luis Cucciuffo en 2004.