Romualdo Aguirre (*)

Ante el insólito pedido de intervención del Partido Justicialista de Entre Ríos realizado por Héctor Maya, como congresal provincial del PJ siento la obligación de expresarme con claridad.

Durante décadas, Maya ocupó cargos públicos sin haber mostrado jamás una conducción clara, ni una lealtad firme al peronismo. Su historia política ha estado marcada por la ambigüedad, por los acuerdos a medida del poder de turno. A nadie en el PJ se le ocurrió señalar su oscuro paso por la SIDE durante el gobierno de Rodríguez Saá, ni tampoco su silencio cuando su hijo fue parte del gobierno de Mauricio Macri. Tampoco dijimos nada cuando aceptó ser funcionario del actual gobierno de Javier Milei, que está destruyendo las bases del Estado y de nuestra comunidad organizada.

Hoy, porque no pudo reunir los requisitos mínimos para competir en una interna, intenta deslegitimar al partido y forzar su intervención. Lo cierto es que su lista no fue oficializada porque ni siquiera logró conseguir los avales necesarios. Y lo más llamativo es que, llegado el momento, su propio impulsor le soltó la mano: ni los papeles le prestaron. Por eso ahora busca romper desde afuera lo que no pudo construir desde adentro.

A su edad, sería deseable que ayude al peronismo acompañando los procesos de renovación que tantos compañeros y compañeras estamos impulsando con mucho esfuerzo. Que no sea un tapón para los nuevos cuadros que están construyendo desde la militancia genuina, sin especulación ni doble discurso.

Le diría al querido Héctor que deje de ser funcional a Frigerio. Del ridículo no se vuelve.

(*) Congresal PJ | Urdinarrain.