El encuentro inició con Vélez desesperado por conseguir una rápida ventaja y jugando intranquilo en el mediocampo, en donde constantemente perdió en el duelo ante Talleres, que llegó más aplomado e inteligente a jugar al Fortín.
El local tuvo muchos problemas para llevar peligro al arco de Talleres. En cambio, la velocidad en el contraataque le permitió al equipo cordobés llevar riesgo al área rival. Así llegó el primer gol.
El contragolpe inició con una pérdida de Héctor Canteros, de pobre nivel, la pelota derivó en Emanuel Reinoso, que habilitó a Jonathan Menéndez, encargado de definir bajo y a la izquierda para poner el 1-0 ante el estático Fabián Assmann.
En ese momento perdió definitivamente el control el Fortín, que chocó una y otra vez con sus limitaciones, situación aprovechada por los cordobeses para controlar el partido.
Pese a esto, a la T le costó liquidarlo, pero fue por su propia impericia más que por haber corrido riesgos. Omar De Felippe sumó gente en ataque e intentó quebrar a su rival, pero no pudo.
Ya sobre el final y con el estadio en ebullición, Ramis recibió de espaldas en el borde del área grande, la acomodó con un taco y de derecha, con un remate cruzado, sentenció la historia.
No hubo nada más. Fue el tercer triunfo consecutivo para Talleres que empieza a salir del fondo y es todo optimismo. En la próxima enfrenta a Patronato, equipo que viene con la misma racha y es un rival directo en lo que será una verdadera final.