"Huellas Anfibias" es el resultado de "Ensayos Anfibios", proyecto de Victoria Larrateguy, María Jesús Álvarez y Pamela Villarraza.
De ANÁLISIS
Por Sofía Arnaudín
Observar, respirar, contemplar, conocer, agrupar, escuchar (se), integrar. Ensayos Anfibios para recuperar relaciones ancestrales olvidadas; una propuesta que viene de la mano de un grupo de artistas, gestoras y activistas -integradas hoy por Victoria Larrateguy, María Jesús Álvarez y Pamela Villarraza- preocupadas por la situación del agua en la región, las grupalidades y las formas de transitar un territorio.
Es así que a partir de una convocatoria de Humedales para Mapear (propuesta de intercambio entre la práctica artística situada y el activismo ambiental) surgió esta serie de recorridos por humedales entrerrianos proponiendo una exploración sensible con diversas actividades (caminatas, bitácoras, registros en diferentes lenguajes, etc.), en lugares de agua y tierra como Bajada grande, Thompson y Puerto Sanchez, Colonia Celina, Paraje la Virgen, Arroyo las Conchas, Arroyo Sauce Grande, Arroyo Espinillo, Arroyo Martin Grande, Río Uruguay y otros.
De esta experiencia es que deviene la muestra “Huellas Anfibias”, que estarán presentando en la Sala Kuttel del Centro cultural La Vieja Usina (Gregoria Matorras de San Martín 861) el El miércoles 2 de febrero a las 20.
“Los materiales que componen esta muestra tienen que ver, sobre todo, con el espacio que disponemos para hacerla. Estuvimos gestionando diferentes lugares, tuvimos respuesta positiva de La Usina y armamos lo conveniente para ese lugar. Venimos haciendo un proceso personal y con otras personas y para esta muestra decidimos posicionarnos en este cuerpo que siente y diseñamos la muestra en ese sentido”, señala, en diálogo con ANÁLISIS, Pamela Villarraza, una de las ensayeras de este proyecto.
La muestra apunta a reactivar lo sensorial, a dejarse estar con las imágenes, sonidos, sensaciones que se van sucediendo, a partir del material y los registros recolectados de esas experiencias en el territorio. “La materialidad es algo que venimos preguntándonos, si es necesario tanto. Y cuál es la materia que es oportuna compartir”, reflexiona, Pamela, sobre esta instancia que nació a principios del 2021; momento crucial sí los hay para el encuentro con lo generativo. “Sentimos que el ensayar es en tiempo presente y hay algo del transcurrir del tiempo. En el tiempo estamos ensayando anfibiamente. Nos trae como un modo de estar en la vida y sentimos que de alguna manera lo que queremos transmitir. Un modo de estar más pausado, teniendo una conversación en lo posible vinculada a eso que está sucediéndose en ese espacio donde estamos”, argumenta, Pamela Villarraza.
Recorridos
Quienes asistan a la muestra, podrán conectar con ese territorio que proponen las “Salidas Anfibias”; paisaje que habitamos y nos habita. En diálogo con este medio, Pamela Villarraza, repasa alguna de ellas: “Recuerdo una que hicimos con un grupo de estudiantes donde recorrimos la costa de Villa Urquiza. Lo que hicimos fue invitar a cada pequeño grupo a que hiciera un paseo por la costa buscando algún elemento que le llamara la atención. Fue muy interesante ver qué elementos elegían; la intención era no levantar los elementos, sino señalarlos en ese sitio. Todas nos íbamos maravillando de las cosas que elegían, por qué las elegían y cómo relataban eso. Y en esas conversaciones también poder hablar de las problemáticas que tienen que ver con el ambiente. Qué es lo que está pasando, cómo es que el río está así y qué responsabilidad y qué cosa podemos hacer porque todos respondemos, de alguna manera, a ese ciudadano que consume”, relata, sobre la vinculación con las infancias y adolescencias a través de instituciones educativas.
Pero también hay múltiples experiencias con personas adultas: “Cuando salimos y ensayamos con personas adultas, es apasionante ver la disponibilidad de los cuerpos para acercarse a la observación, es como que de repente nos volviéramos niños a la hora de investigar y mirar; cuando vamos a un espacio con agua y con tierra no siempre tenemos esta actitud”.
“Son muchas experiencias que hemos hecho. Siento que en nosotras está habiendo un cambio profundo sobre cómo llegamos al territorio y hasta pensamos que, en realidad, nosotras somos el territorio en esos paseos. Sentimos que se modifica esa vinculación; no en todas las personas del mismo modo porque somos un misterio y hay que asumir ese misterio. Hay un lugar que empieza a llegar como hilos invisibles que tienen que ver con algo de la conciencia del todo. Ese vínculo está en constante movimiento”, apunta, Pamela Villarraza, integrante de “Ensayos Anfibios”.
Reconocer(se) en el territorio
La experiencia anfibia, no sólo nos vincula a nivel biológico con el territorio, sino también, nos pone en cuestionamiento ese rol ciudadano que todos y todas ocupamos. De qué manera ejercitamos ese lugar en relación al espacio, al paisaje, a los otros. “Para nosotras formar parte de este Humedales para Mapear es interesante porque nos hemos ido encontrando con cuestiones que no conocíamos, como tener real conciencia de que vivimos sobre un acuífero y empezar a investigar un poco más sobre todo esto. Como ciudadanos tenemos una responsabilidad y eso tiene que ver con entendernos partícipes y protagonistas de lo que consumimos. Siento que el tomar conciencia de la responsabilidad como consumidores es la clave para una modificación en la forma en la que se está presentando la sociedad actualmente”, reflexiona, Pamela Villarraza.
Es por eso que la muestra inaugura este miércoles 2 de febrero, en el Marco del Día Internacional de los Humedales. El evento es con entrada libre y gratuita y tiene un tiempo limitado, por lo que se solicita puntualidad.