Memoria Frágil y la muerte de Gilda, la cantante popular

Gilda

Miriam Alejandra Bianchi, conocida artísticamente como Gilda, murió en Entre Ríos.

Gilda y su tropa artística se accidentaron en Entre Ríos el 7 de septiembre de 1996, en pleno auge de la carrera musical. Era una de las artistas más importantes de la música popular argentina. Ella y su grupo viajaban a Chajarí para brindar un show. Fue en el kilómetro 129 de la Ruta 12, conocida por aquellos años como la “ruta de la muerte”. Un camión de origen brasileño embistió al micro en el que iba la artista, cerca de la localidad de Ceibas. Uno de los testigos afirmó que el camión mordió la banquina y quiso meterse de nuevo en la ruta, provocando la tragedia.

Gilda murió junto a su hija Mariel de 15 años; su madre Tita; tres de sus músicos y el chofer que manejaba el colectivo que los llevaba. Fueron 7 las personas fallecidas, otras 13 resultaron con heridas. El micro quedó atravesado con la parte frontal sobre la banquina y la parte trasera, por lo cual invadía la cinta asfáltica. Eso hizo además que el Ford Falcon en el que se trasladaban Rubén Politino y José Márquez embistiera el lateral derecho trasero del colectivo, y el automóvil Fiat Spacio en que viajaban Gustavo Morales y José Pereyra chocara la parte trasera de ese mismo Falcon. La noticia provocó una conmoción nacional.

El camarógrafo Germán de los Santos recordó: “Era una noche muy oscura. La única iluminación era un reflector del colectivo. La Policía trabajaba buscando cuerpos en el piso porque no se veía nada. La Policía pedía que alumbráramos con las cámaras. Sirvió para documentar y filmar lo que había pasado. Encontramos un cuerpo en el piso. Una situación fea. Ese material se usó mucho y creo que llegó a la Justicia”.

Raúl Paredes, jefe de Bomberos de Gualeguay contó que después de las 19 salieron dos dotaciones al rescate. “Había una lluvia torrencial sobre la ruta. Era complicado para llegar, la cola se había hecho larga de los dos lados. Estaba la Policía”.

“Fue un accidente importante. Volaron objetos por todos lados y cuerpos. El pasto estaba muy alto. Había un cuerpo colgado del parabrisas por ejemplo, instrumentos, cajas, ropa. Era fuerte”, acotó De los Santos.

Trabajo pericial

El perito de la Policía Daniel Irigoytía, marcó que en aquel tiempo, las rutas 12 y 14 eran conocidas como “rutas de la muerte”. “Había muchos accidentes fatales. Tanto que a veces, en la misma noche íbamos de uno a otro. Nosotros fuimos sin saber de quién se trataba pero en la radio decían que era el colectivo de Gilda. La conocíamos por la música. Cuando llegamos vimos que era un colectivo de músicos y un camión”, puntualizó. “La ruta era una sola vía con dos sentidos de circulación. Era muy drástica la escena. Estaba el camión, el colectivo y dos autos más atrás colisionando la parte trasera del colectivo. El choque fue sobre la banquina del colectivo. Seguramente el camión hizo una maniobra indebida, avanzó sobre el carril del colectivo y ambos colisionaron”.

“Cuando llegamos estaba el instructor de policial. Teníamos que hacer la métrica y fotos. Lo que más me impactó fue la posición del cuerpo de Gilda. Estaba sobre una ventanilla del colectivo, del lado derecho, con el cuerpo hacia afuera. Lo que nos llamó la atención era que estaba sana, no tenía el cuerpo dañado y lesionado como las otras víctimas fatales. Con el correr del tiempo, la ruta cambió. Al momento de hacer la planimetría fue importante poner un punto fijo que no varíe. Nos fuimos como unos 100 metros para el sur, donde había un arroyo. Ese fue el punto fijo. Después cuando fue autopista, el punto fijo fue el arroyo, la planimetría es dejar todo con una escala gráfica para que todo el que no haya ido al accidente, sepa. Es una ilustración que ayuda al juez a entender la causa”, explicó Irigytía.

Esa misma noche trasladaron los cuerpos a la morgue. “Si bien sabíamos que era el colectivo de Gilda, al no tener la documentación había que hacer una necropapiloscopía”, acotó el perito.

Miriam Alejandra Bianchi, más conocida como Gilda, había nacido el 11 de octubre de 1961 en un lugar cercano a donde se produjo el accidente, en Villa Paranacito. Había empezado la carrera de Maestra Jardinera y el profesorado de Educación Física, pero debió interrumpirlas en 1977 al fallecer su padre, por lo cual tuvo que hacerse cargo del hogar. Su carrera musical comenzó al responder ella a un aviso en el periódico donde pedían vocalistas para un grupo musical. Por su voz y carisma se ganó un lugar en una banda de género tropical y su familia cedió, después de una oposición tenaz, a que incursionara en el mundo del espectáculo.

Miriam se convirtió en Gilda, en honor a Rita Hayworth y en poco tiempo tuvo un crecimiento artístico de excepción.   

Juicio

El 5 de agosto de 1999, 3 años después de los hechos, comenzó en Gualeguaychú el juicio público por la trágica muerte de Gilda contra el camionero Renato Santana. Con carteles en los que se exigía justicia por la cantante y sus músicos, varios fans de la bailantera llenaron la sala del Juzgado Correccional de la ciudad del sur entrerriano. Santana llegó con muletas, acompañado de su mujer, quien en todo momento le traducía la acusación de Homicidio y lesiones culposas múltiples. Sanatna, entre lágrimas, se declaró inocente.

“Fue la causa en ese momento. El periodismo de Buenos Aires se acercó, estaban todos los móviles en la vereda. Todo un paisaje que no veíamos y menos en el Juzgado Correccional que estaba diseñado para delitos menores, y los delitos mayores pasaban por la Cámara. Como fue delito culposo estaban dentro del Juzgado Correccional”, manifestó el juez Jorge Torres, que estuvo a cargo del debate. “Fueron dos jornadas con muy intensas porque, por lo que recuerdo estuvimos los dos días mañana y tarde y la tarde del segundo día fueron los alegatos. Ese día terminamos como a las 20.30 y en aquel momento existía la posibilidad que se adelantara el falo y los fundamentos quedaran para una audiencia posterior. Así que opté por adelantar el fallo y eso creo que fue como 21.30 o 22. Los dos días esa sala estuvo repleta de gente. Era donde ahora funciona la cámara de Gualegauychú”.

Arturo Exequiel Dumont, ex abogado querellante recordó: “Me contrató la familia Badini, es decir los padres del guitarrista que venía en el micro con Gilda en ese viaje, que también fallece en el accidente. A partir de ese momento se contactan conmigo, ya la instrucción estaba avanzada y prácticamente remitida a juicio entonces intervengo en el plenario una vez concluida la instrucción”.

“Es un juicio que tuvo muchas particularidades, muchas cosas incluso cómicas se dieron en el juicio. Fue el primer juicio mediático de Gualeguaychú, intervinieron medios nacionales que se hicieron presentes. El debate fue por tres días en el correccional de Gualeguaychú. Llamó la atención que era Gilda, que ya se estaba haciendo conocida pero a partir de su muerte, su fama explotó. Fue muy gracioso porque dicen las malas lenguas que en el momento del accidente se constituye el juez de Instrucción y como no estaba muy habituado al tema musical, especialmente a la cumbia, tuvo que preguntar de quién se trataba esta chica. Le informaron y ante los medios salió hablando de la desgracia y pérdida de la famosa cantante Gilda”, apuntó.

Darío Carraza, ex integrante del estudio  que defendió al acusado, contó que “llegaron en realidad Guillermo ‘Guengo’ Martínez Garbino; un estudio penalista muy grande de San Pablo que era el Estudio Melodías, José Carlos de Melodías, el abogado, jefe de ese estudio que era familiar. Y bueno, por una recomendación en principio llegaron para que alguien les saque fotocopias. Dicen que necesitan un abogado en Gualeguaychú y alguien le recomienda Martínez Garbino. En la medida que lo fueron conociendo a Guengo, o esta gente se fue quedando admirada con la inteligencia y capacidad y ya en vez de ser alguien que les sacara fotocopias, era alguien a quien ellos venían a escuchar a ver qué tenían que hacer. Venían porque Guengo no volaba, entonces no había forma de hacerlo ir a San Pablo. Y, venían ellos a Buenos Aires y Gualeguaychú y así se fue dando la táctica de defensa de Renato Santana”.    

“Renato Santana venía de Brasil. Cuando ocurrió el accidente, la empresa propietaria del camión que se llamaba Translord, la empresa más grande de Brasil que tenía 1.400 camiones, había vendido la mitad de sus acciones a una empresa norteamericana muy grande llamada Raiders y estaba previsto que le vendiera la otra mitad en un plazo determinado. Pero en el medio ocurre este hecho y los norteamericanos le exigieron a la empresa brasilera que tenía que honrar los compromisos con los tribunales de Argentina por una cuestión de normas de calidad. Entonces ellos tratan de garantizar la presencia de Renato Santana pero que no tuviera una condena a cumplir. Incluso estaba hablado con Renato Santana que podía tener una condena a cumplir porque era muy grande el tamaño de la lesión. Eran muchas personas muertas, muchos heridos de gravedad, el choque había ocurrido en el carril de Gilda y todo estaba dado y además las personas fallecidas eran Gilda, la madre, la hija, personas de mucha trascendencia. Sobre todo después de su muerte. Gilda adquirió una gran trascendencia, a punto tal que comenzaron a considerarla una santa más que ídolo popular. Y de esa manera, la presión sobre la Justicia era muy grande. Lo que pedía la empresa era si se podía tratar de sacar a este hombre, mantener su libertad. Compareció a juicio y tuvo una pena de 2 años y medio y retornó a su país”, relató Carraza. Contó que tuvieron gran dificultad para defender al brasilero.

Sistema informático

El abogado contó que acercaron al juicio un sistema informático para simular el accidente. Trataron de explicar a través del programa informático que el colectivero de Gilda tuvo la responsabilidad pero no lo lograron.

“Yo era abogado querellante”, reafirmó Dumont. “Es decir, acusador coadyuvante junto a la fiscal que en ese momento era María Angélica Pivas, que era interina en ese momento en el cargo pero justo le tocó este debate así que actuamos en conjunto por la parte acusadora. Había un muy buen estudio, los de más trayectoria en materia penal, Martínez Garbino y Darío Carraza. Y se dio la particularidad ahí que se produjo y tomamos conocimiento, en un accidente de esta naturaleza, de un sistema informático de reconstrucción de accidentes que se incorpora a través de un perito, que a solicitud de a defensa es designado como perito oficial e incorpora el sistema informático de reconstrucción del accidente. Obviamente la ecuación que este perito introduce en el sistema dio un resultado totalmente distinto en términos de mecánica del accidente al que sostenía la acusación, por lo tanto, el éxito de nuestra gestión pasaba por desvirtuar esa pericia y nosotros sin muchos conocimientos técnicos, porque era un sistema novedoso que se había traído de España, a través de la colaboración extraoficial de mi hermano, el ingeniero Antonio Luis Dumont nos aportó el dato que en una UTN de Lanús estaba ese sistema. Asique mandamos que traigan el ingeniero que manejaba ese sistema y a través de una artilugio procesal pudimos incorporar como documental una pericia parecida con resultados favorables a la acusación. En base a eso y otros elementos el juez se apartó de la otra pericia y sostuvo la condena”, describió el ex querellante.

Apostillas

“’Guengo’ tenía una norma que después, trabajé 12 años con ‘Guengo’ Martínez Garbino, lo considero mi maestro como muchos abogados de acá lo consideramos. Era un tipo brillante, muy lúcido y ocurrente, con otras particularidades que lo hacían bastante difícil de llevar. Él tenía un principio propio del siglo XVIII que el abogado no habla con la prensa. Una norma era. El abogado habla con el juez. No daba reportajes. Y cuando salíamos el primer día de juicio, estábamos en lo que hoy es Secretaría de Cámara, íbamos a cruzar y prenden las cámaras todos los medios, TN, Crónica, y estaba Renato con la muleta, blanco se había puesto pobrecito, ‘Guengo’ y yo. Entonces la prensa le pregunta quién tuvo la culpa del accidente y ‘Guengo’ dijo Carlos Menem. Le preguntaron ‘¿Usted es Martínez Garbino?’. Él contestó ‘Martínez Garbino UCR’. ‘¿Y eso qué tiene que ver?’ le preguntaron. ‘Porque soy radical y mi defendido es también es radical’. Le preguntaron por qué tenía la culpa Carlos Menem. Él contestó por no haber construido la autopista mesopotámica. Ahí se relajó un poco la cosa, se relajó, se habló un poco y seguimos. Pero todo el juicio transcurrió de una manera muy disputada, peleada porque los intereses que había eran muy grandes. Fans que venían y se tiraban llorando y le decían al camionero que la mató, que era un asesino. En fin”, recordó Carraza.       

Agregó que para él fue “dificultoso por esta teoría de ‘Guengo’ que no quería hablar con la prensa. Lo discutíamos mucho incluso, yo después que nuestra sociedad terminó con el fallecimiento de él en 2001, dije basta, con la prensa hay que hablar, la gente necesita informarse, siempre que se haga con respeto, con ecuanimidad y que uno no quiera ganar el juicio por los medios pero hay que informar. En ese sentido era muy difícil porque no podíamos hablar con la prensa y estaban ahí”.  

Condena

“Algunas veces he pensado que ese juicio no se fue por el lado de haberlo considerado doloso, porque hubo épocas que cierto tipos de accidente, en función de la gravedad se los consideraba dolosos, si bien después en la sentencia salía culposos. Pero había ese tipo de cosas, y acá habiendo muerto 7 personas más todos los heridos que hubo, la calificación del hecho, en eso no hubo discusión, fue culposo múltiple. Hay que ver que en esa época no se había reformado el código y la pena era bastante baja para un caso como este. Hoy hay posibilidades de disquisición si la pena es más o menos grave y la pena oscila de acuerdo a eso, pero en ese momento el límite máximo era 3 años. Y la Fiscalía pidió eso más una inhabilitación especial para conducir. En ese momento el máximo era de 10 años y la Fiscalía pidió 8. En la sentencia se fijó 7 años de inhabilitación y 2 años y 8 meses de condena. Con circunstancia que esos días posteriores, que en esos días hubo unas críticas. Pero lo cierto es que la pena máxima era de 3 años. Era casi lo máximo”, dijo el juez Torres.

En este punto, Carraza valoró: “Si computás que fueron siete personas fallecidas, 8 heridos de gravedad con secuelas, la personalidad que estaba en juego que era Gilda. Que el choque había sido en el carril de Gilda, la condena fue muy favorable como condena. Creo que tal vez, en otra situación hubiera podido ser una absolución pero lo que se obtuvo, lo que obtuvo la defensa fue una condena muy favorable porque no era de prisión efectiva. Renato Santana pudo regresar a su país, a su casa, en fin a San Pablo y desde ese punto de vista, tanto para nosotros como para los abogados de la empresa, José Carlos de Melodías, ellos estaban muy satisfechos”.

El juez Torres, por último resaltó que estaban expuestos a presiones pero él ya era un hombre con experiencia en el cargo. “Hay que guardar objetividad. Por más que se trataba de una estrella en ascenso, eso refleja lo que ocurrió después, una película y un santuario. Pero reconozco que no había influencia. También la prensa actuó muy bien, no hubo desmanes, no quisieron ver algo más, se acomodaron a las pautas que fijamos en el juicio”.

Los defensores de Santana apelaron la condena a la Sala Penal del Superior Tribunal de Justicia compuesta por Carlos Chiara Díaz, Miguel Carlín y Daniel Carubia, rechazaron y confirmaron la sentencia. Demasiadas muertes para tan escasa condena, como si Gilda casi no hubiese existido.  

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