El Instituto Nacional del Agua (INA) pronosticó una crecida sostenida en el orden del 35 por ciento para la cuenca del río Paraná. Las abundantes precipitaciones sobre la cuenca del Plata en los últimos días traerán algo de alivio al tan castigado ecosistema del litoral, cuya flora y fauna se encuentra en peligro ante los incesantes incendios en el Delta y la bajante histórica.
"Importante incremento en el caudal descargado desde la alta cuenca. Se espera que se sostenga en valores del orden de un 35% más que una semana atrás", anunció este viernes el organismo nacional respecto al incremento de la altura del río, que por estos días se encuentra en índices negativos en el orden de los 0,10 con tendencia en alza.
De acuerdo al pronóstico elaborado por el INA, el río podría crecer unos 10 centímetros (0,20 metro) al 7 de septiembre.
El INA indicó que prevalece una tendencia descendente en todas las secciones del río Paraná en el territorio argentino y que la misma "continuará predominando al menos durante los próximos tres meses".
Deforestación y sequía
El fenómeno de sequía sobre la cuenta del Plata está asociada a la deforestación del Amazonas, con incendios forestales inusitados desde hace dos años a esta parte repercutió en el Paraná alto-medio e incidió definitivamente en el bajo Paraná para tener las consecuencias que hoy están a la vista, con una bajante histórica.
"La deforestación del Amazonas tiene una incidencia directa sobre la bajante del Paraná y conlleva a una complicación enorme que se viene dando y se vincula a los factores locales, a partir del fenómeno climático denominado Niño neutro, que trae como consecuencia dos Niñas", apuntó la meteoróloga Vanessa Balchunas.
En tal sentido, explicó que "los incendios que a corto plazo complican a largo plazo y transforman el clima en una especie de islas de calor producto de un fenómeno de niña por segunda vez y con la posibilidad que se de entre primavera verano, donde la faltante de lluvias y la bajante del Paraná es cada vez más evidente".
La bajante trajo aparejada, entre otras cuestiones, pérdidas económicas por el calado del río en la zona del Cordón industrial. Además, redujo el consumo de agua potable y afectó las economías regionales como el cultivo de frutillas en Coronda y la producción ictícola de los pescadores.