Por Nahuel Maciel

(Para ANÁLISIS)

El triunfo de Esteban Martín Piaggio lo consagró en su reelección al frente del Departamento Ejecutivo de la Municipalidad de Gualeguaychú. Se trata de un triunfo histórico por la enorme diferencia sobre el segundo más votado, Javier Melchiori (Alianza Cambiemos), que marca una victoria contundente que incluso le permitirá contar con una mayoría especial en el Honorable Concejo Deliberante.

El escrutinio provisorio a las 21 de anoche, confirmaba 65,27 por ciento para Piaggio, contra 20,98 por ciento para Melchiori; y 8,03 por ciento para el vecinalismo liderado por Domingo Carrazza.

En votos, esto representa: 15 mil votos para Piaggio; 4.820 para Melchiori (más de diez mil votos de diferencia) y 1.845 para Carrazza.

Como ocurre al cierre de toda elección general, seguramente con la confirmación formal de los porcentajes se podrá en los próximos días realizar otras lecturas, teniendo en cuenta los necesarios reacomodamientos internos que cada partido experimenta luego de someterse a la soberana como inapelable voluntad popular.

No obstante, algunas consideraciones ya se pueden adelantar, teniendo en cuenta que los resultados de ayer no han sorprendido a nadie, dada la tendencia irremontable que ya se había vivido el 14 de abril pasado con las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO).

Este triunfo es el resultado de la percepción social de los aciertos a nivel local y provincial del Frente Creer Entre Ríos (PJ), pero también de la percepción colectiva de los desaciertos y contradicciones que exhibió el Gobierno nacional. A esto se le debe sumar la acumulación de errores que cometió la dirigencia opositora. El propio Melchiori como el candidato a gobernador Atilio Benedetti reconocieron que en el último tramo de la campaña pudieron recién hablar de sus propuestas. Antes, se dedicaron a alimentar la “grieta” como una alternativa para sumar votos, que, de todos modos, no les resultó eficaz. Y el otro aspecto no menor, es que la Alianza Cambiemos –en la provincia, pero también a nivel nacional- sigue siendo más un acuerdo coyuntural, que en el caso de la Unión Cívica Radical (UCR), hay muchos que sostienen que es contraria a la mejor tradición de la fecunda historia del centenario partido. Prueba de ellos, los muchos radicales que militaron para el justicialismo en gran parte de la provincia, entre ellos, Gualeguaychú.

Lejos de los acuerdos de cúpulas, el vecinalismo de la mano de Domingo Carrazza, logró hacer una buena elección y al cierre de esta edición (con datos provisorios) tenía posibilidad de ocupar una banca en el Concejo Deliberante. Si se confirma esta tendencia y se comparan las estructuras partidarias, lo logrado no sería menor y debe ser valorado. En este marco, Luis Castillo afronta una enorme responsabilidad más allá de integrar a partir del 10 de diciembre un bloque unipersonal: sostener la identidad vecinalista por encima de los encandilamientos hegemónicos tanto del oficialismo como de la Alianza Cambiemos.

De acuerdo a la nueva Constitución provincial –reformada en 2008- el viceintendente tendrá un rol protagónico en el Concejo Deliberante, ocupando automáticamente la presidencia del Cuerpo Deliberante. En este caso, el oficialismo suma un voto más (en caso que se plantee la necesidad de desempatar) en la figura de Lorena Arrozogaray.

Si bien no se ha manifestado cómo se organizará cada bloque, es tradición que quien encabece la lista de concejales luego sea el presidente del bloque, en este caso sería Juan Boari por el Justicialismo; Alejandra Leissa por Alianza Cambiemos y Luis Castillo por el vecinalismo (a confirmar).

Lo otro que es menester señalar es que el resultado de ayer configura un nuevo mapa político a nivel local como provincial. En lo local y al interior del Justicialismo, tanto Juan José Bahillo como Pedro Guillermo Guastavino, han vuelto a representar un ostensible retroceso político y territorial. Una nueva generación, con nuevas prácticas, ha desplazado a la rancia tradición de los antiguos cacicazgos paternalistas. El otro desafío es que alguna vez se deberá asumir la necesidad de reformar los estatutos internos del PJ, para darle un lugar más protagónico a la minoría.

Volviendo a la figura de Piaggio, no solo ha logrado ser reelecto de manera indiscutible (ganó en todas las mesas de todas las escuelas de la jurisdicción), sino que tiene por delante la enorme tarea de ensanchar el diálogo y el pluralismo, atento a que la diferencia electoral se debe inscribir en una mayor responsabilidad de gobierno e institucional. Tener mayoría especial en el Concejo Deliberante no debe ser traducido como un cheque en blanco para hacer cualquier cosa, sino para ejercer la defensa del interés general.

En la Casa de Gobierno, a nivel provincial reconocen que la reelección de Piaggio –que implicó también la recuperación de la banca del Departamento en el Senado de la mano de Jorge Maradey- le ha devuelto a la ciudad un protagonismo político provincial, cuyo peso deberá evolucionar en los próximos cuatro años.

Piaggio se convirtió en el nuevo intendente y ayer plebiscitó su gestión de gobierno que, con aciertos y errores, logró uno de los mayores porcentajes de diferencia en la historia electoral de la ciudad y gobernará hasta el 2023.

Si toda elección es considerada un acto fundante para todo período democrático, la de ayer refleja –en la ciudad y en la provincia- que hay un partido dominante: el Justicialismo. En lo local, que viene gobernando desde 1987 hasta la actualidad y continuará por cuatro años más; y en lo provincial, ha gobernado en ocho de las diez gestiones de gobierno desde que se recuperó la democracia. La excepción fueron los períodos 1983-1987 y 1999-2003 bajo los destinos del caudillo Sergio Montiel.

Por eso, el rol que asuma la oposición en estos próximos cuatros años también será interesante de analizar, para visualizar si tiene la capacidad o no de romper con esta hegemonía.

Para la oposición las urnas indican que no alcanza con criticar; es necesario madurar propuestas de cara a las necesidades y realidades de la ciudadanía. No hay otra opción si se quiere contar con la adhesión del pueblo.

Y para el oficialismo, debe sortear el concepto que indica cuando se tiene mayor poder, tiene que asumir mayor responsabilidad institucional.

Foto: Facebook Martín Piaggio.