Tal como estaba previsto el 10 de septiembre pasado, Día Mundial de la Prevención del Suicidio, se realizó un acto de concientización en la costanera de Victoria, organizado por el Grupo Prevención del Suicidio Victoria.

Durante el mismo se plantó un árbol como símbolo de vida, se presentaron obras pictóricas y literarias realizadas por adolescentes y jóvenes, cerrando la jornada con una suelta de globos recordando a quienes han partido, y portando, cada uno, un mensaje de aliento y esperanza.

Desde la entidad, señalaron que “en Victoria, en estos nueve meses de 2020, una decena de personas, en su mayoría jóvenes, se han quitado la vida” y cuestionan que “de cada una que lo concreta, hay alrededor de cuatro intentos que en la mayoría de los casos llegan al hospital público sin obtener una eficiente contención y seguimiento – porque con sólo medicar no alcanza”.

También plantean que “suelen dar turnos para los días siguientes, cuando sabemos que la atención inmediata es lo que evita volver a atentar contra la propia vida. La excusa o motivo real es que hay una psiquiatra que no alcanza a cubrir toda la demanda hospitalaria, y los psicólogos y trabajadores sociales del equipo de Salud Mental están acotados en su accionar”.

Gisela Albornoz de 24 años, integrante del grupo organizador, se refirió a esta fecha que intenta despertar conciencias, aunque los grandes ausentes del evento fueron el Estado y la mayoría de los medios de comunicación, dos patas fundamentales para salir de esta coyuntura.

“La tarea de prevención lleva consigo dos facultades esenciales que deben estar presentes en una persona: voluntad y compromiso. No se puede llevar a cabo una labor tan importante como es cuidar la vida si no estamos comprometidos y tenemos la predisposición para hacerlo. Estamos atravesando momentos difíciles donde la esperanza se va haciendo cada vez más estrecha y encontramos menos salidas a los problemas y dificultades, pero es allí donde nuestra misión se hace presente”, reflexionó.

En cuanto al trabajo que desarrollan, señaló: “Somos un grupo voluntario que se formó en un taller donde la temática era la prevención del suicidio. Hablar de esto, hoy en día, sigue siendo un tabú, pero es una dura y triste realidad que urge abordar. Por eso creemos que, como dice nuestro lema, ‘Cuidar la vida es una tarea de todos’ y debemos estar más atentos, ser más empáticos, solidarios y comprensivos con nuestro prójimo; ser aquella palabra de aliento que se necesita para encontrar la salida y recobrar la esperanza”.

“Seguiremos luchando desde nuestro lugar con los medios disponibles para alcanzar este fin, con dedicación, y esperamos de todo corazón, que la gente nos acompañe en este camino que comenzamos a transitar desde noviembre del año pasado, para que, juntos, podamos contenernos en el amor y el bien común. Para finalizar voy a citar una frase significativa para nuestro trabajo de Mahatma Gandhi que dice: ‘El amor es la fuerza más humilde, pero la más poderosa de la cual dispone el mundo’”.