Por Hugo Remedi

Especial Para ANÁLISIS

Veinte diputados provinciales disciplinados al gobernador Rogelio Frigerio terminaron de dar el tiro de gracia y asesinar, como consecuencia, la peregrina idea de que el Iosper fuera a sobrevivir a la embestida del oficialismo en su afán por cerrarlo y poner en su lugar a un adefesio institucional, que solo quedará bajo el libre albedrío del Ejecutivo provincial sin ningún tipo de representación de los afiliados.

Muchas horas de debate en la sesión de diputados, más de seis, para disfrazar un hecho lamentablemente consumado entre los grises de las parábolas políticas dentro de las paredes del Senado, cuando la semana pasada el tema se terminó de cocinar con dos legisladoras que se suponían de la oposición y por momentos críticas al gobierno provincial. Algo cambió en el camino.

En verdad, el gran triunfo para los intereses del gobierno de Frigerio se produjo en el Senado. Lo de Diputados, en cambio, fue apenas un “registro de firma”: un “acto de escribanía”.

El oficialismo en diputados obtuvo 20 votos; en tanto los que se oponían al cierre de Iosper, 13.

Ahora viene el tiempo de la reglamentación de la ley que, por supuesto, ya tiene que estar tan cocinada como todo lo que es hecho hasta el momento, y por otro lado el reparto de cargos.

Del coqueteo que se han profesado públicamente por estas horas Frigerio y Mariano Gallegos, el actual interventor, y ahora denunciado penalmente por varias causas, será el presidente de la OSER. Su segundo será casi con certeza el actual subinterventor, el odontólogo Ricardo García. Un lugar está previsto para UPCN, principal socio en la mancha de sangre de un Iosper mutilado, quien ya tendría alternativas concretas como proponer a quien hoy ocupa un lugar en la comisión directiva del Cemener o quien alguna vez ocupara un alto cargo del Iosper.

De esto deriva que si UPCN se posiciona como factor de poder dentro de la OSER, las flamantes autoridades tendrán que tener el cuero duro para aguantar el chirlo.

En el poroteo que se avecina, ya suman tres de cuatro los cargos obedientes al gobierno provincial. La cuarta silla está prevista para Agmer (como gremio docente mayoritario), quien se mostró en expresa y pública oposición a lo que hizo la sociedad Gobierno-UPCN para demoler al Iosper.

La disyuntiva será entonces, tomar el cargo y pelearla desde adentro o mostrar rebeldía y negarse a integrar un contubernio palaciego que de arranque dejaría a Agmer en extrema minoría: casi pintado podría asegurarse. Sin embargo, para el devenir de este tipo de particularidades nadie pierde la memoria: ni “generales nuevos ni boicoteros”.

Y como si fuera poco el despropósito para manotear al Iosper sin prurito alguno, los afiliados, es decir las 300.000 personas que ponen la moneda para hacer funcionar la obra social y quienes como contraprestación reciben las buenas y malas de los servicios de los que hacen uso, no tienen ningún tipo de representación: deplorable.

Los más de 400 mil millones de pesos que tiene como presupuesto Iosper quedan ahora, a partir de la creación de la OSER, en la mayor de las oscuridades  y, dentro de la caverna arbitraria y despótica del gobierno de turno, paradójicamente con ejecutores y controladores siendo integrantes del mismo equipo.

 Lo bueno de la creación de la OSER es que para bien o para mal será el gobierno el que tendrá que hacerse cargo de todas las peripecias de la nueva criatura. Ya no habrá más razones de herencia que estimular para disimular falencias propias. Es hora de actuar, de gestionar en toda su extensión y dar respuestas. Después de todo, a la conducción del OSER, plata no le debería faltar la plata porque nadie supone al gobierno pegándose otro tiro en el pie.

La nueva ley tuvo entonces, 20 apoyos en diputados, y 8 en senadores. Sin embargo, para ser más precisos en cuanto al recuento de los porotos si no hubiese sido por las enturbiadas abstenciones de dos senadoras del PJ como Nancy Miranda (Federal) y Gladis Domínguez (Feliciano) la ley solo hubiese quedado en el intento: tremendo mérito del gobierno en saber usar el beneficio de la caja.

Finalmente, surge el interrogante contra fáctico claro: cuantos de los legisladores que levantaron las manitos temerosas lo hicieron por convicción o por el contrario, solo se sumaron a la ola para no disgustar al gobernador. Quizás, estando del otro lado del mostrador, se hubiesen rasgado los vestidos y los trajes por defender a una de las joyas de la abuela a la que hoy, en este punto de la historia, le faltaron el respeto con demasiada hipocresía.

Por ahora, gana el equipo de los forasteros.

El gobierno hizo lo que necesitaba: mantuvo cerca a los amigos, pero mucho más cerca a algunas de sus enemigas.