Sección

PN°10 (E): los códigos secretos de Javier Milei

Javier Milei en acto de LLA en Puerto Madero.

Javier Milei en acto de LLA en Puerto Madero.

Por Ernesto Tenembaum (*)

Una de las singulares herramientas a las que recurre habitualmente el presidente Javier Milei son las siglas. El sentido de la primera se deduce fácilmente: está compuesta por las iniciales de “Viva la libertad, carajo”, una especie de grito de guerra partidario. La segunda refiere a un insulto muy común donde se intenta agredir a un interlocutor atribuyéndole a su madre el ejercicio de la prostitución. Un lector atento podrá deducir que la tercera sigla –NOLSALP- alude a la obsesión que últimamente domina la agitada alma presidencial: “No odiamos lo suficiente a los periodistas”. La última es más críptica. ¿Qué querrá decir esa especie de fórmula matemática: PN°10(E), con la que el Presidente completa sus diatribas contra el periodismo en las últimas semanas? Parece una fórmula matemática o un mensaje encriptado solo para entendidos.

Es de buena fe advertir al lector que, a partir de aquí, esta nota se internará en un territorio colmado de vínculos asociativos extraños, amenazas, metáforas truculentas, promesas de venganza y hasta algunos toques psicodélicos. No es por voluntad de su autor sino de los hechos. Porque fue el propio presidente Milei quien explicó el significado de PN°10(E):

“Quiere decir Plaga número 10 de Egipto. Pero no es por la plaga en sí misma sino por la dinámica de la plaga. La plaga número 10 es la muerte de los primogénitos. Después de la novena plaga va Moisés al faraón y le dice: ‘Tu próxima plaga va a salir de tu boca’. En ese contexto, el faraón se calienta y dice: ‘Manden a matar a los primogénitos del pueblo hebreo’. Pum: cayeron muertos todos los primogénitos de Egipto. El concepto es: la plaga está saliendo de tu boca. El mejor ejemplo es estupidolini, tontolini, bobolini, pautolini, merdolini. Porque la misma mierda que tiró ella le va a caer encima. Es lo que está pasando. No es una cuestión de venganza. Es una cuestión de Karma”.

El párrafo en cuestión remite a cuestiones importantes para el Presidente, cuyos ribetes contribuyen a la ardua tarea de entenderlo. Una de esas cuestiones es el éxodo judío de Egipto, un mito que fascina al primer mandatario. Milei ha hecho referencia a él decenas de veces. En algunas de ellas, él ocupa el rol de Moisés. En otras, Moisés es su hermana y él es Arón, el hermano y compañero de travesías de Moisés.

El Presidente tiene, además, especial predilección por los aspectos más truculentos de esa epopeya. La sola idea de que un Dios todopoderoso, por las razones que fuera, decida asesinar a todos los primogénitos de una sociedad, debería provocar al menos alguna pregunta en cualquier persona sensible: se trataba, finalmente, de niños. A principios de su mandato, ante una derrota parlamentaria, Milei difundió también en hebreo el texto de la biblia donde cuenta que partidarios de Moisés asesinaron a tres mil seguidores que habían dudado de su Dios en medio del desierto. De tantos episodios que componen el fantástico relato de aquel éxodo, Milei prefiere aquellos en los que Dios y Moisés reaccionan violentamente contra quienes resisten su voluntad.

A todo eso le agrega cierta falta de rigor histórico. Milei confunde dos momentos distintos. Hay un momento en que Dios dispone la muerte de los primogénitos. Y otro, muy anterior, donde un faraón –tal vez el padre del que menciona Milei- dispone el asesinato de niños judíos. De hecho, Moisés crece como egipcio porque sus padres judíos lo depositan en una canasta sobre un río, para ocultar su origen étnico y salvarle la vida. Eso ocurre mucho antes del episodio que menciona Milei. Martín Rodríguez Yebra y Paz Rodríguez Niell puntualizaron, en La Nación, que el diálogo mencionado por Milei ni siquiera aparece en la Biblia sino en una película de Hollywood protagonizada por Charlton Heston. En cualquier caso, la interpretación presidencial es muy personal. En general, los sabios judíos no consideran que la décima plaga haya sido una venganza, sino más bien un instrumento para lograr la liberación de los judíos.

El lector se preguntará lógicamente por qué está leyendo todo esto sobre el antiguo Egipto. Tal vez en lo que sigue haya alguna clave: porque esa metáfora tiene consecuencias concretas.

En la entrevista donde aclaró el significado de PN°10(E), Milei realizó una comparación entre el faraón egipcio y Julia Mengolini, a quien aludió con cinco apodos (estupidolini, tontolini, bobolini, pautolini, merdolini). En ese momento, sus partidarios agitaban en las redes una campaña para instalar que ella había tenido relaciones sexuales con su propio hermano con videos construidos con inteligencia artificial. El Presidente sostuvo que Mengolini, como el faraón, o los niños egipcios, recibía su propia medicina porque hace dos años sostuvo que él estaba enamorado de su hermana.

El ataque tuvo tanta trascendencia que hasta The New York Times reparó en él. Así lo contó el medio más influyente del mundo occidental:

“El presidente Javier Milei, un ávido usuario de X, llenó la plataforma de redes sociales con furia durante el fin de semana, publicando al menos 65 mensajes dirigidos a la periodista Julia Mengolini, locutora de radio que ha criticado a su gobierno. El Sr. Milei tuiteó y retuiteó furiosamente mientras sus simpatizantes se burlaban abiertamente de la Sra. Mengolini por un video falso que supuestamente la mostraba teniendo relaciones sexuales con su hermano. La andanada de agresiones del Sr. Milei marcó uno de los episodios más extremos en una serie de crecientes ataques contra periodistas por parte del presidente libertario de derecha y sus aliados. Los expertos dicen que la retórica de Milei, a menudo plagada de insultos misóginos, insinuaciones sexualmente cargadas y desinformación, está erosionando la libertad de prensa y aumentando el riesgo de violencia en el mundo real”.

En la misma semana Milei insultó a otra media docena de periodistas y denunció penalmente a nueve de ellos. Si se mira su recorrido en perspectiva, la cantidad de blancos presidenciales han sido infinitos: abarcan a cientos de personas tan disímiles como el Papa Francisco, Lali Espósito, Domingo Cavallo, María O´Donnell, Carlos Melconián o Sol Pérez. En los últimos días, desde el canal de streaming oficialista, los partidarios del presidente han sostenido reiteradas veces que el diputado socialista Esteban Paulón, un defensor de la comunidad LGBT, es pedófilo y tiene “desorden anal”. Es como si quisieran desatar una plaga sobre sus críticos.

Como era de esperar, todo esto empieza a generar preocupación fuera de las fronteras del país. No se trata solo de The New York Times. La organización Reporteros sin Fronteras publica todos los años un ranking de países según su respeto a la libertad de prensa. Al asumir Milei la Argentina figuraba entre los países más libres del mundo, en el puesto número 40. En 2023 descendió al lugar 65. Y ahora al 87. Ningún país desbarrancó tanto en solo dos años. La organización británica de escritores y periodistas PEN International emitió un comunicado específico donde detalla que, en estos tiempos, como en ningún momento desde 1983, ha habido periodistas detenidos, heridos, golpeados, mientras el Gobierno despliega una campaña persistente de hostigamiento personal y a la profesión en su conjunto.

Hay, en todo esto, un elemento más. Las interpretaciones presidenciales de las actitudes ajenas, y de las reprimendas que merecen, pueden llegar a producir confusiones graves. Milei dice que su referencia a la décima plaga no alude a la matanza de niños sino “a la dinámica”: cada cual recibe lo que genera. Pero ocurre que esta misma semana, en chiste, el periodista Manu Jove dijo que, así como mostró el plano del departamento donde vive Cristina Kirchner, está dispuesto a mostrar el plano de los caniles donde habitan las mascotas del Presidente. El cineasta oficial Santiago Oria denunció a Jove en las redes: “Conan, Milton, Murray, Robert y Lucas Jr. son los hijitos de cuatro patas de Javier. Esta lacra moral va contra los hijos. Criaturas inocentes que nada tienen que ver con la discusión pública”. Milei lo retuiteó, una vez más, añadiendo la frase: “No odiamos lo suficiente a los periodistas”.

¿Qué le debería ocurrir a los hijos de Manu Jove, si los tuviera? ¿Cómo se aplicaría aquí la moraleja del éxodo?

Los viajes en el tiempo del Presidente no se reducen al antiguo Egipto. Milei suele difundir o retuitear memes donde aparece caracterizado como un emperador romano. El Imperio Romano destruyó el templo sagrado de los judíos y los echó de la Tierra Santa a la que Moisés los había guiado. Hay allí una decisión que el Presidente no ha tomado aún. ¿Quiere ser como el líder de un pueblo que transita con dificultad por el desierto para conseguir la libertad? ¿El líder que muere antes de llegar a la tierra prometida? ¿O pretende ser un emperador todopoderoso, que persigue a sus opositores y arrasa con los judíos?

PN°10(E): es increíble la cantidad de significados que esconden ese conjunto de símbolos.

No será la última sigla, por supuesto.

Hay espíritus que son incansables.

(*) Esta columna de Opinión de Ernesto Tenembaum fue publicada originalmente en el portal de Infobae.

Edición Impresa