En dos años, por la Hidrovía Paraná-Paraguay transitaron 27 toneladas de cocaína, ocultas en cargamentos de pintura, cueros y maderas, entre otros. Las cargas salieron desde territorio paraguayo en barcazas, y en aguas argentinas se hacían los trasbordos de los contenedores “contaminados” hacia buques transatlánticos, para que continuaran el viaje hacia su destino final. Para evitar nuevos casos de este tipo de contrabando de estupefacientes, la Aduana decidió escanear las embarcaciones que comienzan el viaje en Paraguay y se dirigen rumbo a Europa o a África.

Así lo informaron fuentes de la Dirección General de Aduanas (DGA). “La Aduana escanea todos los transbordos de origen paraguayo con destino final en Europa y África. Además, se hace un control documental del peso y se controla la integridad de los precintos de origen. Asimismo, se intensificó el intercambio de información con Paraguay y Uruguay”, explicaron los informantes, publicó el diario La Nación.

En marzo de 2021, el diario La Nación informó del secuestro, en Hamburgo, Alemania, de 16.174 kilos de cocaína ocultos en latas de pintura y de yeso. El valor del cargamento ilegal, que fue récord en Europa, superaba, en ese momento, los mil millones de euros.

Las 16 toneladas de cocaína estaban en cinco contenedores que zarparon en una barcaza desde el puerto de Villeta, en Asunción. El 29 de diciembre de 2020 arribó al puerto de Buenos Aires, donde se hizo el trasbordo de la mercadería legal hacia el buque panameño “Cap San Artemisso”, para que continuara viaje a través del Atlántico.

En ese barco fueron secuestradas las 16 toneladas de cocaína en Alemania, donde el cargamento también estaba en tránsito hacia su destino final, en Israel. En Amberes, Bélgica, se incautaron otras siete toneladas de esa droga, ocultas en un embarque de la misma empresa de pinturas.

Se trató de solo uno de los casos de tránsito por la Hidrovía de cargamentos de cocaína sin que fuesen detectados sino hasta llegar a destino.

“Hasta 2017, los contenedores que partían en barcazas desde los puertos fluviales paraguayos de Villeta y Asunción, para luego transbordar la carga hacia buques transatlánticos, eran controlados con una modalidad de selectividad aleatoria de escaneo. Sin embargo, en ese año, por una llamativa y desacertada decisión de gestión, se decidió bajar la selectividad del escaneo a cero por ciento, acusando la necesidad de favorecer el comercio exterior y no entorpecer con controles aduaneros tanto los operadores paraguayos como las marítimas”, sostuvo al diario La Nación. el director general de Aduanas, Guillermo Michel.

Según Michel, tras los secuestros de los cargamentos de cocaína que transitaron por la Hidrovía, se decidió retomar los controles aleatorios.

“Dejar el control sujeto al azar seguía resultando insuficiente. El Departamento Narcotráfico de la Aduana planteó la necesidad de que la verificación estuviera parametrizada bajo una serie de condiciones. En ese marco, desde principios del año pasado, todo contenedor de origen paraguayo con destino final en Europa y África entra en la selectividad de manera obligatoria: estas destinaciones son sometidas a controles aduaneros no intrusivos, como el escáner, y, de surgir dudas o sospechas fundadas, pasan a un canal rojo con verificación exhaustiva”, explicó Michel.

Según fuentes de la DGA, desde junio del año pasado no se registraron reportes de secuestros de cargamentos de cocaína en embarcaciones que hayan pasado por el puerto de Buenos Aires. Sí, en cambio, los decomisos se dieron en buques que hicieron el trasbordo de contenedores en el puerto de Montevideo, Uruguay.

Los informantes citaron como ejemplo cinco toneladas de cocaína secuestradas en Bélgica, ocultas en una carga de arroz; otros 1822 kilos de la misma droga decomisados cuando estaban ocultos en contenedores con bolsas de azúcar, en Bélgica, y otros 653 kilos descubiertos en Uruguay en una operación de exportación de carne que también tenía como destino final Bélgica.