El Club Atlético Talleres cumple su primer centenario de vida. El CAT se fundó un 15 de mayo de 1907, unos pocos meses antes que Atlético Paraná, otra entidad que en breve también cumplirá sus primeros 100 años. La entidad de calle Feliciano e Irigoyen, en sus comienzos se lo llamó Talleres Unión Foot Ball Club, denominación que al principio de la década del 30 cambió por la que actualmente lleva. Sucede que el fútbol fue el deporte que por mucho tiempo mantuvo sus colores bien en alto, siendo este el verdadero Decano del balompié local, aunque con el correr de los años el deporte más popular en nuestro país desapareció. Fueron 100 años de alegrías y tristezas, de festejos y desalojos.

En total fueron 26 ideólogos los que comenzaron a escribir la historia del Rojo. La reunión tuvo lugar en una casa situada en calle Monte Caseros al final, cerca de las vías. Al principio Talleres se representaba con sus divisas de negro y blanco. Cuenta la historia que el arranque no fue el mejor, sino todo lo contrario. El primer partido de fútbol dejó secuelas. Se enfrentó al poderoso conjunto de Atlético, formado por ingleses. Perdieron 11 a 0. Días después se organizó el segundo partido, aunque ahora fue contra Paraná Foot Ball Club (hoy Atlético Paraná). Talleres volvió a perder, aunque esta vez con mayor dignidad.

Al año siguiente, ya en 1908, participó de su primer campeonato, del cual fueron parte Estudiantes, Atlético y Paraná. El equipo del CAT salió último. Aquellos primeros dirigentes eran, en su mayoría, humildes obreros ferroviarios. La sede del club en sus comienzos fue cambiando cada dos años, siendo en varias oportunidades en las casas de los mismos fundadores.

Ya a fines de los años 20, Talleres se había transformado en una entidad pujante, de pleno crecimiento. El caudal societario aumentaba día a día en forma permanente. Por aquel entonces sus socios podían disfrutar de un hermoso campo de deportes, en el cual se encontraba la cancha de fútbol, dos de tenis y dos de bochas. A todo ello su equipo de fútbol atravesaba un gran momento deportivo, lo que generaba en la ciudad mayor prestigio.

Talleres Unión Foot Ball Club adoptó el actual nombre de Club Atlético Talleres con la reforma y modificación del estatuto. Fue el 27 de marzo de 1931 ante distintos requerimientos de la Dirección de Inspecciones de Personas Jurídicas. Si bien Talleres vivió momentos sumamente complicados, su dolor más grande e intenso ocurrió a principios de la década del 40: se conoció una demanda de desalojo de la vieja cancha de la estación, de propiedad de la empresa del Ferrocarril de Entre Ríos. En aquella “canchita” decenas de equipos fueron partícipes del crecimiento de Talleres.

Desde ya que se hicieron interminables gestiones para evitar el desalojo, dado el perjuicio que ello significaba. Todo fue inútil. Con este desolador panorama la comisión directiva decide alquilar un nuevo local social en calle Sebastián Vázquez y Libertad, donde sin demasiado preámbulo se agregan otras actividades con el objetivo de mantener y además engrosar el caudal de socios. Bajo la presidencia de Eduardo Gambino, se opta por hacer el gran esfuerzo para intentar adquirir una sede social propia.

El sueño se cumplió el 28 de mayo de 1944. El club adquiere el inmueble ubicado en calle Feliciano e Irigoyen, donde actualmente se encuentra la entidad, por 50.000 pesos. En mayo del 45 se iniciaron los primeros trabajos de refacción, la construcción de una cancha de básquet y de bochas, colocación de mosaicos, revoques de paredes, instalación eléctrica, baños y otras dependencias.

En febrero del 46 quedaron inauguradas las canchas de bochas y de básquet, y con ellas nuevas actividades comenzaron a practicarse en la institución, tal es el caso del patín y de otros juegos de salón, además de ciclos de conferencias de real trascendencia social.

Por su puesto que había que recuperar la cancha de fútbol, objetivo que nunca había dejado de existir para la comisión directiva. En 1947 el club decide adquirir el terreno ubicado en calle 104 (actualmente Toribio Ortiz). Casi una década después quedó habilitada la cancha para la primera división.

En la década del 80 se comenzó a construir las piletas de natación, otras de las obras más importantes. Los trabajos comenzaron el 4 de julio de 1987 y finalizaron el 30 de noviembre de 1988.

Por esos años en el club había dejado de existir aquella actividad pionera como lo fue el fútbol. Inexplicablemente el deporte que le dio vida a esta entidad desapareció íntegramente. Esta disciplina dejó de tener la fuerza que sí tuvo tiempo atrás, tal es así que lentamente su dirigencia se fue desvaneciendo. Ante ello, en la entidad se determinó desafiliarse a la Liga Paranaense después de décadas participando en los certámenes de esta entidad, da cuenta una breve, pero interesante reseña histórica realizada por Paraná Deportes.