El actor, director y escenógrafo paranaense Mario Martínez estrena una nueva propuesta teatral que se suma a su vasta trayectoria escénica. Se trata de "Una de Pirandello", una adaptación libre para un solo actor de la obra del dramaturgo italiano Luigi Pirandello, "Seis personajes en busca de autor". El espectáculo se presentará durante todos los viernes de agosto a las 21:00 en la Sala de La Hendija. La obra cuenta con asesoramiento dramatúrgico de Edgardo Dib, destacado dramaturgo y director santafesino, y fue declarada de Interés Institucional por la Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Entre Ríos (UADER), donde Martínez ejerció durante décadas como docente y referente del campo teatral.
"Seis personajes en busca de autor" es la pieza más célebre de Pirandello, quien en 1934 fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura. Estrenada en 1921 y publicada en 1925, la obra revolucionó el teatro de su tiempo con una valiente ruptura de las estructuras dramáticas tradicionales, abriendo paso al posterior Movimiento del Teatro del Absurdo. En ella, seis personajes que no lograron ser plasmados en una obra definitiva por su autor original, interrumpen un ensayo teatral para implorar ser llevados a escena y así alcanzar la posibilidad de existir plenamente. Esta idea, que pone en juego la tensión entre ficción y realidad, cobra en la versión de Martínez un nuevo vuelo, mediante una propuesta escénica particular.
La propuesta conserva el núcleo esencial de la obra original, pero lo traslada a un formato unipersonal de fuerte exigencia actoral. En conversación con este medio, Mario Martínez compartió: "Estoy solo en escena, pero no estoy solo. Hay muchos personajes que me acompañan, están conmigo todo el tiempo. Aparecen, se cruzan, me interpelan, me exigen. Hay una tensión constante entre la ficción y la realidad, y eso me fascina". Luego profundizó: "Esa es una de las potencias del teatro: podés jugar a ser todos, y al mismo tiempo ser vos. En esta obra eso se multiplica, porque el actor también se convierte en autor, o al menos en alguien que busca sentido a lo que representa". También destacó el trabajo junto a Edgardo Dib: "Fue un proceso muy cuidado, muy intenso. Con Edgardo discutimos mucho sobre qué dejar, qué transformar, cómo sostener el espíritu de Pirandello pero a la vez traerlo a nuestro lenguaje, a nuestra escena, a nuestra historia como actores de acá". Así describió Mario el comienzo de la historia y continúo: "Hay un director de escena, que en esta versión soy yo, que está esperando a sus actores para comenzar un ensayo. De pronto aparece un asistente que anuncia que hay alguien en la sala queriendo hablar. Al acercarme, este desconocido me dice: "Venimos en busca de autor". Esa frase desencadena la llegada, misteriosa y mágica, de los seis personajes creados por Pirandello que fueron abandonados por su autor original".
En esta versión, Martínez asume el desafío de interpretar a todos los personajes: el director, el padre, la madre, la hijastra, el hijo, y los dos niños. Se trata, según el artista, de un ejercicio de transformación permanente, donde cada figura aparece delineada en sus acciones, en sus voces, gestos, estados emocionales, ees decir, asume cada una de las personalidades propias de cada personaje. "Me tomo la libertad de jugar a ser cada uno de ellos. Hay un juego escénico, actoral, pero también filosófico. La obra aborda la relación entre lo que somos y lo que parecemos, entre la verdad y la ficción, y entre la vida como representación y la representación como espejo de la vida".
La puesta cuenta con la colaboración de un sólido equipo técnico y artístico compuesto por Miguel Chini como actor invitado; Iván Petrich se encargó del diseño y composición sonora; Flopy Dayub realizó el diseño gráfico; Edu Vilar proporcionó el equipamiento sonoro; Gustavo Morales opera la luz y el sonido; Charly Ríos Reynoso está a cargo de la prensa y difusión; y Leandro Esquivel en la sistencia de escena. La producción general recae en el propio Martínez, quien también se ocupó de la adaptación, la escritura escénica y la dirección.
Consultado sobre el vínculo entre esta versión y la noción de "teatro del absurdo", Martínez fue preciso: "Pirandello no utiliza el recurso del aparente sinsentido lingüístico que luego caracteriza a autores como Ionesco o Beckett. En esta pieza tetral "todavía persiste el realismo, hay coherencia, hay una lógica interna en lo que se dice y se hace. Si bien algunos teóricos consideran que esta obra anticipa ciertos elementos del absurdo, en realidad lo que propone es una dimensión fantástica, mágica, pero siempre con un pie en la realidad". En este sentido, también dijo que es la primera vez que asume un compromiso de estás características. "Nunca lo había hecho, por eso lo tomo como un desafío, por lo mucho que hay que elaborar, estudiar, preparar y atender", explicó.
A sus más de cincuenta años de carrera teatral, Mario Martínez continúa apostando a renovar los lenguajes escénicos y a traer a escena los grandes textos de la dramaturgia universal. "He hecho mucho teatro clásico en Paraná: Lorca, Brecht, Florencio Sánchez... sentí que era el momento de incorporar a Pirandello, como parte de ese mandato que tengo conmigo mismo de poner en escena a los grandes autores. Es una obra que se distancia fuertemente de las demás", expresó.
El carácter íntimo y filosófico del proyecto se refuerza al saber que la obra fue reconocida institucionalmente por la Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales, donde Martínez dejó una huella profunda como docente. "Soy un docente jubilado, pero con un vínculo permanente con la facultad. Fui parte desde su fundación, dicté cátedras, coordiné el Auditorio Walter Heinze. Comencé como maestro de Teatro del Nivel Medio para luego pasar a ser docente del nivel superior con la creación del Profesorado de Teatro, donde formé generaciones de estudiantes. Es un honor que esta casa reconozca esta propuesta, que también es un poco hija de esos años de docencia, de formación, de compromiso con el arte y la educación".
Sinopsis de la obra
Un director teatral se encuentra en escena leyendo un libreto y aguardando la llegada de los actores de su elenco para comenzar un ensayo, cuando es sorprendido mágicamente por la llegada de seis personajes que vienen en busca de un autor que pueda darles realidad en su obra, ya que su problema es que todos ellos proceden de la fantasía de un escritor, quien después de concebirlos en su imaginación, no los plasmó en una obra concreta.
"La obra de Pirandello se nos presenta como una reflexión sobre el teatro considerado como el marco y el género más adecuado para una reflexión vital sobre los grandes interrogantes del hombre y de la vida; del hombre enfrentado con los más grandes problemas de la existencia (el ser, el parecer, la verdad, el tiempo, la muerte) y del hombre enfrentado a sí mismo. Una de las innumerables sentencias acuñadas por este dramaturgo-pensador nos advierte que "el hombre vive y no se ve". Aparentemente insignificante, esta frase viene a decirnos que, en muchísimas ocasiones, nuestros sentimientos, nuestros juicios y nuestros comportamientos pecan de falsedad debido a que no nos detenemos en el examen de nosotros mismos. Huimos de los espejos que nos devuelven nuestra imagen, o somos incapaces de interpretarla. Por ello mismo, el teatro se presenta como el gran espejo, puesto que en él, el hombre se nos muestra como un escaparate, solo o en pugna con los otros, para ser contemplado por una colectividad a la que hay que espolear para que salga de su pasividad".