En el encuentro de ida de las semifinales de la Copa Sudamericana, Racing igualó 2 a 2 en su visita a Corinthians y todo quedó abierto para la revancha, el jueves que viene y en el Cilindro de Avellaneda. Maximiliano Salas abrió el marcador para la Academia, el equipo de Ramón Díaz pasó a ganarlo con un doblete de Yuri Alberto y Gastón Martirena le puso cifras definitivas al partido. El ganador de esta serie definirá el título con Lanús o Cruzeiro, que igualaron 1-1 en Brasil en el primer partido.

El partido en San Pablo

El primer tiempo en el Neo Química Arena fue vibrante, con golazos y el condimento de la lluvia que generaba incertidumbre respecto al balón, debido a que en algunos lugares se deslizaba muy rápido y en otro, se quedaba clavada.

Racing lo abrió a los seis minutos con un golazo: Gabriel Arias la tiró larga, Maravilla Martínez peleó con su marca y la pelota le quedó a Maxi Salas, quien vio adelantado al arquero y de volea la colocó por arriba.

No le duró demasiado la alegría a la Academia, debido a que a los 11’ la gran figura del equipo de Ramón Díaz, el neerlandés Memphis Depay, armó una muy buena jugada individual y asistió a Yuri Alberto, quien definió con categoría ante la salida de Arias.

El Timao después del empate se mostró superior, Arias sacó el segundo con una gran atajada después de un cabezazo de André Ramalho y cuando Racing parecía acomodarse en el campo, encontró el segundo: Yuri Alberto sacó el derechazo desde afuera y la puso junto al palo.

El inicio del segundo tiempo fue todo de Racing, que se paró en campo contrario y a partir de los anticipos de los centrales fue acorralando a Corinthians y, a los 11 minutos, llegó el empate con otro gran gol. Gastón Martirena la tomó en tres cuartos, tiró un caño, metió una gambeta, tiró la pared con Almendra y sacó el derechazo que se metió cruzado junto al palo derecho del arquero.

Corinthians fue más en el final, ya con un Racing cansado, y tuvo un par de oportunidades muy claras para quedarse con la victoria, pero en la primera el paraguayo Romero la tiró arriba con el arco solo y después se lució Gabriel Arias. No hubo tiempo para más y la historia quedó abierta para definirse en Avellaneda.