Por Luis María Serroels
(especial para ANALISIS)
Hoy 4 de agosto se cumple el 25º aniversario del fallecimiento de Rodolfo Enrique Coll. Su vasta tarea en diversas actividades culturales, lo elevaron como hombre de letras, ya sea en la literatura como el periodismo, habiendo tenido el reconocimiento a través de un premio en una publicación brasileña de tirada internacional.
En este aspecto llegó a ser corresponsal a cargo de la representación del diario Clarín en Paraná, aunque se expandía a la provincia cuando los problemas reclamaban ser analizados en profundidad y apuntalaban las grandes causas merecedoras de tratamiento.
Jerarquizó al periodismo con páginas donde sólo tenían espacios la verdad y el respeto. Merece recordarse la tarea de Coll en su Agencia Paraná cuando se inauguró el Túnel Subfluvial, con páginas que fueron premiadas.
Merece citarse el apego hacia el campo y la preocupación por la problemática del agro. En otro orden, todo aquello que lo enriquecía cultural e intelectualmente siempre lo satisfacía. Todo encuentro de esta índole lo satisfacía, era hombre de no faltar ante las expresiones culturales y cuanta presencia vinculada con la política lo convocaba como buen periodista.
La ausencia del Chato Coll es un recuerdo muy doloroso. Pero sus enseñanzas jamás se perderán. De ello dan fe quienes lo conocieron y respetaron.