Horacio Rosatti cerró el año de capacitaciones judiciales. (Foto: gentileza de la Oficina de Prensa del Poder Judicial).
N.B. de ANÁLISIS
Horacio Rosatti, vocal de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, evitó el contacto con la prensa local. Este mediodía, estuvo en Paraná invitado por el Instituto Alberdi, para cerrar el año de capacitación judicial con una conferencia sobre el Juicio por Jurados.
El salón de actos del Superior Tribunal de Justicia se completó de asistentes. En la primera fila de oyentes estuvo la ministra de Gobierno, Rosario Romero (impulsora de la ley 10.746 recientemente promulgada y que reglamenta el instituto en la provincia) y su espada en la Cámara de Diputados, Diego Lara (PJ-María Grande); el presidente del Colegio de Abogados de Entre Ríos (CAER), Alejandro Canavesio; la presidenta de la Asociación de la Magistratura y Función Judicial, Gabriela López Arango; y el defensor General, Maximiliano Benítez, entre otros.
“Siempre defendí el Juicio por Jurados. Es un mandato constitucional y su falta de implementación es un grave error”, introdujo el juez y señaló que los derechos en las provincias avanzan más rápido que a nivel nacional. Luego puntualizó en varias características del instituto constitucional: la “naturaleza jurídica”, la composición del jurado de sentencias, y la “idoneidad del jurado”.
“¿Derecho del imputado o modelo de justicia?”
Ese fue el primer interrogante que planteó sobre la implementación del juicio por jurados. “En algunas legislaciones se plantea al juicio por jurados como un derecho del imputado, lo cual significa que puede ser renunciable. En la legislación entrerriana se plantea la obligatoriedad cuando la pena en abstracto sea mayor a 20 años”, dijo y agregó que se trata de un “modelo de justicia”, lo que implica reconocer que “el pueblo puede administrar justicia”.
En el modelo “los tres poderes del Estado asumen que el Juicio por Jurados es un atribución del pueblo que puede juzgar a sus pares”, reafirmó.
“Jurado popular de sentencia”
Rosatti diferenció dos tipos de jurados: de acusación y de sentencia. “El jurado de acusación establece si hay causa o no, y el jurado de sentencia que establece la culpabilidad o no del imputado”. El segundo tipo es el que contempla la ley entrerriana.
“La composición es completamente popular. Por ejemplo, en Córdoba una parte del jurado son profesionales. En Entre Ríos es enteramente popular”, resaltó y marcó que se apunta a la “construcción social de un veredicto”. Comparó con otras legislaciones provinciales donde se contempla que “la mitad del jurado sea del mismo nivel socioeconómico que el imputado”.
Y dijo que es “un procedimiento en el que están todas las reglas del debido proceso”.
Idóneo
En otro tramo se refirió a la “idoneidad del jurado”. “Algunas legislaciones sostienen que el jurado tiene que saber leer y escribir, otras indican que el jurado popular debe entender y hablar el idioma nacional”, diferenció.
“Cuando se consagró el instituto en la Constitución de 1853, la mayoría de la población nacional no sabía leer ni escribir. Con los años esos porcentajes se fueron reduciendo. A esto hay que sumar otra cosa: si una persona no puede comprender la criminalidad del acto de un tercero, tampoco puede comprender la criminalidad del propio acto”, manifestó.
Añadió de inmediato que el jurado no debe escribir los fundamentos de una sentencia. “Las sentencias tienen que ser lógicas, no retóricas”, acotó. “El jurado puede hacer una valoración incorrecta de la prueba y eso puede generar cuestionamientos de la defensa”.
Refirió a la Corte Interamericana de Derechos Humanos y la “libre valoración del jurado”. “Un juez hace una valoración histórica para emitir una sentencia, como cualquier ciudadano, aunque el juez tiene más elementos y rigor lógico. Primero se delimita y evalúa la prueba, después se valora y se sintetiza. Para la Corte Interamericana, un ciudadano común valora del mismo modo. Aunque puede ocurrir que un veredicto deba ser rechazado porque se aparta de la prueba”.
“Construcción social del veredicto y mirada promedio”
La implementación del juicio por jurados es “un cambio revolucionario” para Rosatti. “¿Se puede construir socialmente un veredicto? Yo creo que sí. Mientras más participantes haya en la construcción de un veredicto, menos margen para el error”, sostuvo y acotó que se trata de “un criterio distinto de justicia”.
Habló de “ubicarse a una distancia prudente de los hechos” para captarlos. “Lo que plantea la implementación de jurados es incorporar una mirada promedio de lo que se considera justo en un momento histórico”. “En conjunto se puede construir un veredicto que se aproxime mucho a un contenido de justicia”, sintetizó.
“Democratizar al Poder Judicial”
También habló de “capacitar a los vecinos para que comprendan el cometido del jurado, para que entiendan la dificultad de juzgar, para que se capaciten e involucren”. “Esta es la mejor forma de democratizar al Poder Judicial”, consideró.