“Psicológicamente, no puedo ver fotos de ella desde que pasó eso. No he salido de la etapa de la negación”.
Eso, en palabras de Darío Riera, es el femicidio de su hija, Julieta Riera, ocurrido la madrugada del 30 de abril de 2020. El jueves 15 de abril de 2021, el juez Elvio Osir Garzón le aplicó la pena de prisión perpetua luego de que un jurado popular hallara a la pareja de Julieta, Jorge Julián Christe, culpable del homicidio triplemente agravado: por el vínculo, alevosía y por haber ocurrido en un contexto de violencia de género.
La acusación fiscal había establecido que el jueves 30 de abril de 2020, entre las 2.30 y las 2.50, Jorge Julián Christe, 31 años, de ocupación piloto de avión, sin trabajo estable, asesinó a María Julieta Riera, 24 años, con quien convivía en un departamento del octavo piso del edificio de Peatonal San Martín 918 en una relación caracterizada por “la violencia de género, habiéndola sometido a maltrato físico, agresiones sexuales, daños a la propiedad y agresiones psicológicas”.
“Christe quiso matar a Julieta con intención. La tiró desde un 8° piso. Nadie sobrevive a una caída así, menos inconsciente, como estaba Julieta. Christe estaba lúcido y consciente de lo que hacía. Se preocupó por arrojar por el balcón droga que tenía en un tarro”, dijo durante el juicio el fiscal Ignacio Aramberry. “Jorge Christe es un violento de manual”, aseguró el fiscal. “Fue violento con Julieta. Julieta aceptó esa violencia. Estaba envuelta en la telaraña, en la telaraña que había construido el imputado. Christe ejercía manipulación psicológica”.
Aquel 15 de abril de 202 el juez Garzón hizo lugar al pedido de la Fiscalía y revocó la prisión domiciliaria y ordenó que Christe sea enviado a la Unidad Penal Nº 1 de Paraná.
Pero el jueves 1º de junio de 2023 la Sala Penal del Superior Tribunal de Justicia, con el voto de los vocales Claudia Mizawak y Daniel Carubia hizo lugar a la impugnación extraordinaria que había presentado la defensora de Chriate, Mariana Barbitta, y en consecuencia revocó la sentencia que había dictado el 18 de octubre de 2022 la Cámara de Casación Penal de Paraná, “anulándose asimismo el debate celebrado ante el jurado popular”, proceso que presidiera en 2021 el juez Elvio Osir Garzón, informó Entre Ríos Ahora.
Esa decisión de la Justicia reavivó el dolor en los padres de Julieta Riera. “Desde el 2020, cuando sufrimos la pérdida de Julieta, arrancó un dolor que lamentablemente lo vamos a llevar hasta que dejemos este mundo”, dijo Darío Riera. “El juicio fue un proceso extremadamente doloroso. Se puso en vidriera todo lo que mi hija sufrió. Es doloroso escuchar todo lo que se dijo, que se haya sacado a la luz todo lo que se vio en el juicio”, cuenta.
No esperaba, claro, el desenlace de la causa judicial. “Nosotros jugamos el mismo juego, bajo las mismas normas, bajo las reglas que el Derecho establece: nos ajustamos a todo lo que el proceso regula para estos casos, en las mismas condiciones que el principal acusado. Todo se hizo ajustado a Derecho”, describe.
No entiende -no puede entenderlo- lo que ahora pasa: que todo lo que se juzgó y condenó ha sido anulado.
“El acusado tuvo dos defensores, uno de ellos de bastante renombre. Tuvieron amplia participación, tuvieron acceso a la instrucción de parte de la Fiscalía, y acceder a todos los elementos que la Fiscalía pudo colectar. Esgrimieron y pudieron llevar a cabo las estrategias dentro del proceso. El fallo de la condena lo confirmó Casación. Con esta revocatoria de ahora del Superior Tribunal no entendemos. Sentimos que, así como Julieta fue arrojada por el balcón, ahora el Estado, a través de la Justicia -en particular estos dos jueces que impulsaron la decisión- tiró a toda la familia por el balcón. Nos hicieron lo mismo que le hicieron a Julieta”, asevera.
Encuentra Darío Riera que el fallo de la Sala Penal del Superior Tribunal de Justicia (STJ) “es muy rebuscado”, y se lamenta: “Me gustaría conocer cuántos fallos hay en los que se revoca una sentencia así cuando el condenado es una persona sin recursos ni conexiones. En este caso el condenado es una persona que es hijo de una exjueza (Ana María Stagnaro). Eso fue lo que incidió: en opinión mía, eso incidió en esta decisión que tomaron estos dos jueces”.
“Agudizaron el microcospio para encontrar lo que quisieron. Acá no faltó defensa del acusado: siempre se pudo defender. Uzín Olleros y el otro abogado (Ladislao Uzín Olleros y Franco Azziani Cánepa fueron los primeros defensores de Christe; ahora lo representa Mariana Barbitta, NdelR) uvieron acceso a toda la causa, accedieron a todas las pruebas. Esto es muy dudoso”, señala. “Esto pasa en una sociedad que está muy descreída. Nadie cree en nada. Yo tampoco”, agrega.
Se enoja con la decisión, se muestra furioso, no sabe por qué, o cree entender por qué: “Acá, salta a la luz que, lamentablemente, tener recursos, cierta influencia, te coloca en una posición distinta de cualquier otro ciudadano común”.
“El cuerpo de mi hija habló”, postuló. “Todos los peritos y profesisonales que se abocaron a analizar las distintas pruebas fueron contundentes y muy elocuentes con sus testimonios y conclusiones científicas. El fiscal Aramberry en su alegato magistralmente se nutrió de todo eso para pedir la condena de este hombre. En primera y en segunda instancia hubo condena a perpetua y ahora se decide que hay que revisar todo, hacer nuevo juicio, con lo que implica en costo procesal y emocional para la familia. Apunto mi queja a estos dos jueces (, NdelR: Claudia Mizawak y Daniel Carubia, que por mayoría en la Sala Penal del STJ anularon el juicio): con la decisión que tomaron abrieron de nuevo la herida de toda la familia de Julieta. Arrojaron, de la misma forma que a Julieta, a toda la familia por el balcón. Me siento indignado. Ahora ingresamos en una incertidumbre. No sabemos qué va a pasar”.
Al final, reprochó: “Nos obligan a revivir todo. Esto es indignante, vergonzante, intolerable. Es no darle de una vez por todas el eterno descanso a Julieta y que la familia no pueda hacer el duelo. Ya para nosotros es un daño irreparable su muerte. Con este fallo no hacen más que provocar más daño a la familia”.