Emmanuel Ferrario y Federico Di Benedetto, cercanos al jefe de Gobierno porteño dieron positivo al coronavirus.
El coronavirus se metió de lleno en la sede del Gobierno porteño de la calle Uspallata: dos colaboradores cercanos a Horacio Rodríguez Larreta dieron positivo y el Ministerio de Salud, encabezado por Fernán Quirós, mandó a hisopar a casi todo el gabinete, según pudo reconstruir este Infobae de fuentes oficiales.
La alerta se encendió tras la confirmación del análisis positivo de la ex gobernadora María Eugenia Vidal, que el viernes visitó las oficinas del jefe de Gobierno para compartir un almuerzo junto a Rodríguez Larreta, el senador Martín Lousteau y Emilio Monzó, el ex presidente de la Cámara Baja. Lousteau comunicó entrada la tarde que su análisis había sido negativo. Rodríguez Larreta había hecho lo propio bien temprano por la mañana, mientras que el resultado de Monzó se conoció en las últimas horas del miércoles y también fue negativo.
Sin embargo, entrada la noche, según confiaron altas fuentes de la Ciudad, hubo dos resultados que dieron positivos y que llevaron más intranquilidad a la administración porteña. Se trata de Federico Di Benedetto, a cargo de buena parte de la comunicación del Gobierno -uno de los históricos asesores de Rodríguez Larreta-, y de Emmanuel Ferrario, ex funcionario de Vidal que se mudó a la Ciudad después de diciembre y de que la ex mandataria perdiera las elecciones en manos de Axel Kicillof.
Esta mañana, Quirós le había indicado al jefe de Gobierno que se encerrara en su oficina y mantuviera el menor contacto posible con los funcionarios y colaboradores. De hecho, a la reunión de Olivos de esta tarde envió en su reemplazo al vicejefe de Gobierno, Diego Santilli. La misma rutina le indicaron por estas horas a buena parte del gabinete, que según resaltaron será hisopado a partir de mañana por los contactos con los casos positivos mencionados. La mayoría trabajarían en forma remota a partir de este jueves y hasta nuevo aviso.
Para colmo, según remarcaron, en el edificio de Uspallata no era común por estos días el uso del barbijo dentro del edificio.