Despidieron trabajadores de las fábricas militares de Río Tercero y Villa María

Durante la noche del viernes, en ambas ciudades cordobesas el gremio ATE se mantenía en asamblea para definir la reacción que asumirá y las medidas que –se anticipó– anunciarán en contra del achicamiento producido.

En Río Tercero, se redujo en 29 el plantel de 534 empleados existentes. En Villa María, quedaron afuera 30 de los 455 agentes. Entre los cesanteados hay operarios y cargos jerárquicos.

La medida se da en el marco de otras similares de ajuste en el plantel de empleados resueltas en estos días para diversas reparticiones y entes estatales.

Las versiones sobre el ajuste se vivieron con angustia en ambos establecimientos cordobeses, mientras los contratados esperaban conocer si estaban dentro o fuera de la lista de cesanteados.

En Fabricaciones Militares, más del 80 por ciento del personal es contratado. Así funcionó en la última década: los contratos vencían cada fin de año. El reclamo por el pase a planta permanente era uno de los más insistentes de ATE, desde hace años.

En el país, las cinco fábricas militares sumaban hasta ayer unos 1.990 empleados. Las otras tres unidades están en Azul (Buenos Aires), Fray Luis Beltrán (Santa Fe) y Jáchal (San Juan).

Protestas

En Villa María, el viernes a las 13.30 sonó el teléfono de la sede del gremio y el secretario general, Fernando Mercado, recibió la comunicación oficial de los 17 profesionales y 13 operarios desafectados. El lunes comenzarán a recibir los telegramas. La sede del gremio se llenó de trabajadores, acompañados por sus familias. Luego, marcharon por el centro de la ciudad y protestaron frente a la sede partidaria de Cambiemos.

En Río Tercero, la asamblea que se realizó en la sede de ATE, con la presencia de su máxima dirigente a nivel provincial, Liliana Salerno, ya anticipaba el rechazo a la medida y se declaró en estado de movilización. En la previa, hubo gremialistas que hasta hablaron de la posibilidad de tomar la planta industrial si el gobierno no daba marcha atrás.

En Río Tercero, la Fábrica Militar tiene un área de producción química y otra metalmecánica. La primera registra una actividad constante y rentable pero la segunda está casi inactiva, con una baja notoria en su facturación en los últimos dos años y sin planes de reactivación al menos anunciados.

En Villa María, la planta se dedicaba a la producción de pólvoras y explosivos, con la industria minera como principal destino. También en el último tiempo, redujo su actividad.

Desde hace décadas, ambas concentran su producción para clientes del ámbito civil. Los trabajos con destino militar son muy escasos.

Fuente y foto: La Voz de Córdoba

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