Milagros Girard volvió a la ciudad de Santa Fe, se reencontró con todos sus compañeros de la escuela Almirante Brown y sus amigos del barrio, en su casa de la zona de barrio Candioti, después de haber permanecido internada durante 45 días en la clínica Fleni de la Capital Federal, tras el accidente ocurrido el 12 de abril en el Acceso Norte de Paraná, donde, producto del vuelco del colectivo en que viajaba, sufrió la amputación de ambos brazos.
El reencuentro se produjo después de las 18 cuando comenzaron a llegar sus compañeros y amigos, junto a sus padres, y todos los chicos le dieron la bienvenida y la besaron hasta el cansancio a Milagros.
Después se fueron al garaje de la casa y estuvieron durante dos horas sacándose fotos y hablando entre ellos, mientras caía una llovizna persistente en la ciudad. Todos y cada uno de los chicos le contaron a Milagros cosas que ocurrieron en estos casi dos meses y aprovecharon con entusiasmo para narrarle un montón de historias y la pusieron al día a Milagros.
Mientras tanto, Marcela, su mamá, estaba sentada en la mesa del comedor hablando con los padres de los chicos y les contaba que ahora deben estudiar las reformas edilicias que deberán hacer en su vivienda, adaptándola a las nuevas necesidades funcionales. También les dijo cómo fueron los 45 días que estuvieron en la Capital Federal y en Escobar, en la provincia de Buenos Aires.
Milagros expresó su “profundo agradecimiento hacia el vicepresidente de la Nación, Daniel Scioli, que desde que me conoció, cuando yo estaba internada en el hospital de niños de Santa Fe, me ayudó. Además trajo al equipo médico que lo atiende a él, y por eso me trasladaron a Buenos Aires”.
Al respecto, explicó que “primero estuve algunas semanas internada en la clínica Fleni, que está en Buenos Aires, y después estuve este último tiempo en el Centro de Rehabilitación Terapéutico, que pertenece al Fleni, pero que está en Escobar en la provincia de Buenos Aires” e insistió en expresar su “agradecimiento profundo hacia toda la gente que se preocupó por mi caso, y por todos los que ayudaron a nuestra familia”.
Viaje trágico
El miércoles 12 de abril, Marcela Bonato, de 44 años, quien es viuda desde hace 11, no puedo realizar el sueño que pensó con sus tres hijos, Marco de 17, Santiago de 14 y Milagros de 12, de conocer durante la Semana Santa las Cataratas del Iguazú.
El viaje tan esperado comenzó a las 21 desde la terminal de colectivos Manuel Belgrano de Santa Fe y terminó de manera abrupta y violenta una hora después, cuando el colectivo volcó en el acceso norte de la ciudad de Paraná.
El interno de la empresa de turismo Norteño Tur de la ciudad de San Justo, tumbó cuando llegó a la intersección del acceso norte de Paraná y la ruta nacional 12. Un hombre de 60 años falleció en el acto y hubo numerosos heridos de consideración.
El rescate
Milagros Girard perdió los dos brazos en el accidente y la rescató Marco, su hermano mayor, en la oscuridad, donde la había comenzado a buscar con desesperación su mamá. Cuando la encontró estaba consciente.
Marco acompañó a Milagros en un patrullero de la Policía de la provincia de Entre Ríos, y con la sirena y las balizas prendidas la llevaron hasta el hospital San Martín de la ciudad de Paraná.
Mientras tanto, Marcela y Santiago, su hijo menor, se quedaron en el lugar del accidente buscando los brazos de Milagros, en el interior del colectivo, hasta que pudieron hallarlos, los envolvieron con prendas, pero los médicos no se los pudieron reinjertar porque la pérdida de los dos miembros se produjo por desgarramiento.