Un cura con pañuelo: homenajearon en San Nicolás al obispo Carlos Ponce de León a 29 años de su asesinato

Por José María Budassi
(desde San Nicolás, especial)

Hace algunos días se realizó en San Nicolás, un homenaje al Obispo Carlos Ponce de León, a 29 años de su muerte en un supuesto accidente automovilístico camino a Buenos Aires una gris mañana del 11 de julio de 1977, aunque las sospechas apuntan a que fue asesinado por grupos de tareas de la dictadura. Del acto, celebrado en el Auditorio de la Casa del Acuerdo, participó el periodista Horacio Verbistky, quien presentó su último libro Doble juego, la Argentina católica y militar. El homenaje fue organizado por la agrupación Hijos por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio (HIJOS) Regional Rosario y la Seccional San Nicolás de Suteba.

Verbistky estuvo acompañado por Alicia Montaldo de Cámpora, una madre nicoleña; y por el abogado Eduardo Rezses, en representación de la Secretaría de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires. El Acto fue moderado por Juan Basso en representación de HIJOS Regional Rosario, y la lectura de adhesiones la realizó Bibiana Giglio, secretaria de Cultura de Suteba Seccional San Nicolás.

Doña Alicia, madre de una de las familias más golpeadas por la dictadura en la ciudad expresó conmocionada su testimonio: “Me sacaron dos hijos; uno de 19 años y otro de 24. El mayor de ellos, fue acribillado junto a su esposa. A los cinco años, me enteré que el primero había estado en San Nicolás. Yo iba siempre al cuartel y el teniente coronel Manuel Saint Amant me negaba, me tuvo engañada mucho tiempo”. Cabe recordar que el militar fue procesado hace unos días por su participación en el asesinato de la familia Amestoy, de Nogoyá, ocurrido también en San Nicolás.

Posteriormente, el abogado Eduardo Rezses comentó que “la Secretaría de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires y también la de la Nación, han decidido como política activa, que el Estado democrático busque reparar lo hecho por Estado terrorista. En ese sentido, la Secretaría actúa como querellante en varias causas. En esta ciudad, acompaña la increíble tarea del fiscal Juan Murray y de las abogadas de los familiares, para imputar a los responsables del terrorismo de Estado en la zona. Esperamos que el juez federal Carlos Villafuerte Ruzzo -con tantas pruebas recolectadas- actúe más enfática y apresuradamente”, reclamó.

Seguidamente, Horacio Verbitsky destacó que “en realidad este no es un acto de presentación del libro formalmente. Es un acto de acompañamiento militante a un sector importante de la sociedad nicoleña, que lucha para que haya verdad y justicia, en trance de movilizarse para que por una vez no prevalezca la impunidad. La justicia no es algo que se regala o viene hecho. Es algo que se construye socialmente, es la codificación del resultado de las luchas populares”.

Su disertación giró en torno a los fuertes vínculos de complicidad que existieron entre la Iglesia, el Poder Judicial y la dictadura militar. En un momento dio a conocer un informe de inteligencia que se encontró en los archivos de la cancillería firmado por el entonces teniente coronel Saint Amant. Dicho documento es una caracterización política de la Diócesis de San Nicolás donde se señala con nombres y apellidos a los religiosos catalogándolos como “enemigos”, “neutros”, “tropa propia” y “los otros”. Este informe fue redactado a fines de 1976 y desde luego que monseñor Ponce de León encabezaba la lista de “enemigos”.

Por otra parte, comentó que junto con dicho documento se encontraba un manuscrito de cuyo contenido se deduce que el informe fue redactado tomando como base esos apuntes de puño y letra. Se está a la espera de una pericia caligráfica que corrobore la sospecha que el redactor de esos apuntes sea nada menos que Héctor Horacio Hernández, hijo de quien fuera secretario del juez federal Milessi en aquellos años, y actualmente defensor oficial en el Juzgado de San Nicolás.

Verbistky comentó que Hernández pertenece a los sectores integristas y pre-conciliares de la Iglesia nicoleña. Recordó además que en 1997 el expediente judicial que se instruyó por el choque que se llevó la vida del obispo desapareció hasta un día de 2004 en que el propio Hernández se lo mostró al actual fiscal subrogante Juan Murray expresando que allí estaba documentado que había sido un accidente y no un atentado como algunos pretenden suponer. Es importante destacar la coincidencia que la desaparición del expediente ocurrió luego de que aquel 11 de julio de 1997 las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora realizaran un homenaje a Ponce de León en la Ermita que erigió el padre Marcelo Domenech en el kilómetro 213 de la autopista Rosario-Buenos Aires.

Finalmente destacó la importancia que tiene la militancia por la memoria y para que se haga justicia al considerar que “en los distintos lugares del país hay ritmos diferentes. Hay jurisdicciones donde se ha avanzado mucho, en otras poco o nada. Esto tiene que ver con el nivel de conciencia y organización de las respectivas sociedades para reclamar. La justicia no actúa en el vacío. Así como sobre los jueces, operan las presiones de los victimarios y de las instituciones poderosas que quieren proteger a los perpetradores de los más grandes crímenes cometidos en la historia del país, la presencia de una sociedad lúcida, consciente y movilizada equilibra esas presiones y permite a los jueces fallar en función del mérito de cada causa y no de las presiones de los poderosos”.

Aquella luz que dejaron las Madres cuando se cumplieron los 20 años del martirio del obispo Ponce de León, hoy a los 29 años tiene su continuidad en la tarea de HIJOS y de los tercos de siempre. Dijo Doña Alicia: “Ponce de León fue el amparo, el pañuelo, el padre, el hermano mayor. Fue terrible lo que le pasó. Una mañana como hoy, tomé conocimiento del accidente y me fui llorando por la calle. Nos había dicho que hasta que lo dejaran, iba a seguir con esto”.

Cuando se cumplan los 30 años probablemente ya habrá juicios orales por las causas iniciadas en San Nicolás… habrá que trabajar duro para que ese pañuelo que era Ponce de León esté presente con el pañuelo de las Madres. Sembremos memoria para cosechar justicia.

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