La Juventud Peronista repudió la violencia ocurrida en la quinta de San Vicente

La Juventud Peronista (JP) repudió “los lamentables hechos de violencia” ocurridos el pasado martes 17 de octubre, en la Quinta de San Vicente, durante el traslado de los restos del ex Presidente de la Nación, Juan Domingo Perón, y solicitó a las autoridades competentes que “se encuentre y sancione a los responsables”. Además, se aseguró que “lo que ocurrió fue una batalla campal entre matones, barras bravas o fuerzas de choque de algunos sectores sindicales, que puede ser parte de una operación armada para arruinar el hecho histórico en cuestión” y que se trató de un acto “carente de todo justificativo o fundamento político y que nada tienen que ver con el peronismo”.

La congresal Nacional y Provincial de la Juventud del Partido Justicialista (PJ), Valeria Migueles; el delegado Departamental, Jorge Vázquez Arrieta, y el secretario general de la Juventud Universitaria Peronista, Gustavo Gaitán, firman el comunicado de repudio enviado a ANALISIS DIGITAL que sostiene:

1º) Repudiamos los hechos de violencia acontecidos y solicitamos a las autoridades que se encuentre y sancione a los responsables. En especial condenamos el accionar del “pistolero” que disparó a quemarropa a quienes estaban en la puerta de la quinta. Del mismo modo pedimos a la justicia que determine el real motivo y origen de los sucesos acaecidos.

2º) Afirmamos que lo acontecido fue un hecho de violencia propio de barras bravas, carente de todo justificativo o fundamento político y que nada tienen que ver con el peronismo. Los protagonistas de los nefastos hechos no eran obreros ni militantes justicialistas. Ningún peronista iría a la Quinta de San Vicente a destrozar la casa donde vivieron Eva y Juan Perón y los objetos históricos que allí se encontraban.

3º) Creemos que lo que ocurrió fue una batalla campal entre matones, barras bravas o fuerzas de choque de algunos sectores sindicales, que puede ser parte de una operación armada para arruinar el hecho histórico en cuestión.

4º) Es indudable que la organización no estuvo a la altura de la circunstancia. En ningún momento los organizadores tuvieron control o la conducción de los inadaptados que batallaban en la quinta. Un acto de esta importancia debió ser organizado por las autoridades públicas. No sólo por ser depositaria del monopolio de la coacción física legítima sino porque el evento trascendía la estrictamente político o sindical y se fundía en el sentir de millones de argentinos que vemos en Juan Perón y su obra como el ejemplo a seguir en nuestra patria.

5º) Repudiamos los intentos de la derecha neoliberal y la izquierda gorila de reducir al peronismo al nefasto episodio de violencia de bandas de inadaptados. Creemos que lo acontecido de ninguna manera puede servir de excusa para negar o minimizar al peronismo y a su trascendente rol en la defensa de los intereses nacionales y populares en nuestra patria.

6º) Pretender reducir al peronismo al accionar de barrabravas es un ejercicio que sólo apunta a deslegitimar la única herramienta política eficaz para sacar al país de la crisis y defender los derechos de los que menos tienen.

7º) Sostenemos que existe responsabilidad de los dirigentes sindicales organizadores en lo ocurrido. Pero, si bien existen sectores de la dirigencia sindical que no comprenden los reclamos de la sociedad, que se encuentran anclados en lo peor de un pasado no muy lejano, no debemos aceptar generalizaciones. Las organizaciones de los trabajadores son fundamentales en la construcción de un país con mayor equidad en el ingreso, movilidad social ascendente y justicia social.

8º) El recuerdo de Perón es patrimonio de todo el pueblo argentino, de los miles de compatriotas que en silencio y con lágrimas en los ojos vieron pasar el féretro por las calles de Buenos Aires. Su obra sintetiza los anhelos de la inmensa mayoría de los argentinos, los sueños de una patria más justa, donde la diferencia entre los hombres sean cada vez menores, donde exista progreso y crecimiento con justicia social.
Mal que les pese a algunos, Juan Perón no es momia de museo, su revolución sigue estando en marcha y sólo el pueblo en su conjunto podrá adjudicarse su legado.

La mejor forma de reivindicar su memoria será seguir su ejemplo doctrinario, como fiel reflejo de la dignidad justicialista, como símbolo indiscutido de igualdad entre los argentinos y de la lucha por la libertad y la soberanía de nuestra patria.

Es por todo esto que afirmamos que, a pesar de la violencia irracional de oscuros personajes de la política y de la intención de poderosos sectores de desacreditar al peronismo, en nuestra patria, Juan Perón esta cada día más presente en el corazón del pueblo argentino”.

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