Por JCB de ANALISIS DIGITAL

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El Consejo Directivo de la Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales de la UADER resolvió el pasado 26 de junio dar por finalizado el proceso de instrucción sumaria y dar curso al Juicio Académico contra el profesor Conrado "Rudy" Astudilla, acusado de reiterados abusos y hechos de violencia de género contra estudiantes que pasaron por sus clases de la carrera de Psicología.

Desde entonces y hasta el momento, lo único que ha avanzado es la incertidumbre de las víctimas de Astudilla que no han sido notificadas de ningún tipo de avance en el proceso acusatorio contra el profesor abusador. De hecho, desde el entorno de una de las sobrevivientes a la violencia de Astudilla confiaron que las autoridades de la UADER siguieron reproduciendo la violencia institucional negándose a brindar información y no responder a las requisitorias de las partes afectadas en el proceso.

De hecho, según supo ANALISIS DIGITAL, una de las estudiantes sobrevivientes a Astudilla solicitó en septiembre un encuentro con la decana de la Fhaycs Gracia Benedetti, pero la titular de la casa de estudios le negó la posibilidad. Ante esta negativa, la joven estudiante recurrirá a un encuentro con el rector para obtener las respuestas que le son negadas por el decanato.

Mientras tanto los meses pasan y ya son más de 90 días los gobernados por la incertidumbre sobre el avance del Juicio Académico. Astudilla sigue cobrando su sueldo en el marco de su licencia hasta que finalice el proceso acusatorio. En total, son siete los meses desde que se hizo público. Mucho más tiempo es el transcurrido desde los primeros hechos denunciados por una víctima en 2014, plazo desde el cual se garantizó la impunidad del profesor denunciado.

Fueron cuatro las denuncias formales -algunas de ellas con intervención judicial- las que forzaron a la casa de estudios a tomar cartas en el asunto a pesar de que tiempo atrás se había archivado la primera de las denuncias.

Un testimonio ejemplificador

Cabe recordar que una de las víctimas de Astudilla brindó su testimonio al programa Cuestión de Fondo - (Canal 9 Litoral) lo que significó el primer relato de una de sus víctimas ante la televisión provincial: “Rudy Astudilla es un docente que ha usado durante todos los años que tiene de antigüedad y de carrera su lugar de profesor para poder hacer abuso de su lugar de autoridad y generar relaciones asimétricas con estudiantes mucho más jóvenes que él, incluso 20 años más jóvenes”, lo definió Andrea.

“Muchas hemos llegado a Paraná desde el interior, alejándonos de nuestras familias y viviendo solas, lo que es una situación de vulnerabilidad. Él es muy astuto para ver eso enseguida y así elegir a quien acercarse, generando relaciones asimétricas que luego derivan en lo que parece ser una relación sentimental donde empieza a jugar la manipulación, después la violencia explícita verbal, física, psicológica y hasta privación ilegítima de la libertad. Cuando la mujer comienza a querer salir de la situación y cortar la relación viene el acoso”.

La primera víctima en denunciar al profesor, agregó: “Juega desde el lugar del pobre víctima, del oscuro que necesita ser salvado y logra generar una pizca de lástima en la que te encontrás con un tipo que está proclamando amor pero a la vez te persigue en la calle, te deja cosas afuera de tu casa, llamando incansablemente, mandando incontables mails por día. Es un hombre golpeador y en las relaciones se puede confirmar violencia sexual”, agregó.

La joven aseguró que “hay más de una decena de casos que conozco y con las cinco o seis mujeres con las que hablé personalmente les ha pasado exactamente lo mismo”.

“Yo presento la denuncia formalmente, la ingreso por Mesa de Entradas y nunca tuve una respuesta. Al día de hoy la única comunicación que tuve fue hace poco cuando ya avanzamos con un representante legal. No encontré ninguna respuesta y en su momento hasta me dijeron que era muy difícil probar la violencia porque yo no tenía marcas visibles”, denunció.

En cuanto al objetivo de su denuncia, afirmó que “se trata de este cambio de paradigma que estamos llevando adelante desde 2015 y sin el cual la situación hubiese pasado a la historia, en un contexto íntimo, como una mala experiencia amorosa; entonces me parece que esto puede llevar que luego de este proceso que estamos haciendo la institución haga un cambio de paradigma, pero será con nuestra lucha. Del discurso a la práctica hay militancia”.

“El objetivo de siempre de las cuatro denunciantes es que no le pase a más pibas. Este tipo es dañino y es sistemático el daño que hace, a tal punto que como mínimo dos pibas por año terminan muy perjudicadas por él”, concluyó.

¿Quién es Astudilla?

Astudilla se desempeña como docente de primer año en dos materias: Problemática Epistemológica de la Psicología y Semiótica, ésta última es una materia común a todas las carreras de la Facultad. La gran mayoría de su alumnado tiene entre 18 y 20 años, por ser ingresantes en el ámbito universitario.

Publicó dos libros de poesía y fue subsecretario de Cultura del municipio de Paraná durante la gestión de José Carlos Halle.

Al frente del aula se caracteriza por la utilización de agresiones para llamar la atención de las estudiantes. Además, les saca fotos sin consentimiento a las mujeres que asisten a su clase. Aprovecha su rol de autoridad para cautivar a mujeres menores y luego relacionarse afectivamente con ellas. Tiene la capacidad de detectar y vincularse con mujeres que están atravesando momentos de vulnerabilidad por el desarraigo y la vivencia del nuevo mundo universitario.

Con todas las mujeres se repite el mismo patrón de conducta: las agrede en tono de chiste, se vincula afectivamente, las aísla de su entorno, las violenta y cuando ellas se quieren desprender de la relación las acosa sistemáticamente. Centenares de mails, llamadas durante toda la madrugada, apariciones repentinas en la casa de sus víctimas y difamación ante otros estudiantes. La situación ha llegado a golpes y amenazas de muerte.

Si bien son cuatro las denuncias formales contra Astudilla, el profesor se vincula año tras año con cientos de alumnas. Es decir, son muchas más de cuatro las mujeres violentadas por el docente.