En una dura crítica al gobierno, la Iglesia católica manifestó su sorpresa al constatar “el desconocimiento y desinterés hacia la realidad de la discapacidad” de las autoridades, lo que provoca -afirman- el “desconcierto y el desamparo de muchos hermanos y hermanas” con algún tipo de limitación.
“Nos sorprende constatar el desconocimiento y desinterés hacia la realidad de la discapacidad, la cual debería ser una prioridad ineludible de toda política pública”, dice la Conferencia Episcopal Argentina en un comunicado titulado “Las personas con discapacidad no pueden esperar”.
En ese sentido, el organismo que agrupa a los obispos de todo el país llama a “la reflexión a quienes, desde el ámbito del Gobierno Nacional, deben apoyar con los recursos necesarios para que el área de Discapacidad pueda cumplir con responsabilidad y eficacia su tarea”.
“El cuidado de las personas con discapacidad no puede ser postergado ni subordinado a otras urgencias: es un deber ético, una exigencia de justicia y un acto de humanidad”, advierte la iglesia, en momentos en que crecen los reclamos de un aumento de los fondos para su atención.
Este jueves diversas organizaciones que nuclean a personas con discapacidad y cientos de solidarios autoconvocados realizaron una jornada a nivel nacional para demandar la “pronta sanción” de la Ley de Emergencia en Discapacidad para lograr una mejor en las asignaciones.
La jornada incluyó un paro con movilización al que se plegaron familiares y prestadores que trabajan en el sector de la discapacidad con el fin de visualizar “el vaciamiento” de la Agencia Nacional de Discapacidad y su “confinamiento” en la órbita del Ministerio de Salud.
Los obispos denuncian que “el acceso a servicios esenciales como la salud, la rehabilitación, la educación, el acompañamiento profesional y los apoyos necesarios para la vida cotidiana de las personas con discapacidad, se han vuelto inciertos y limitados”.
“El esfuerzo cotidiano de las familias que los acompañan muchas veces se realiza en soledad, sin el reconocimiento suficiente de la sociedad ni el apoyo adecuado del Estado”, añaden.
También señalan que ”esta realidad no es una cifra estadística: tiene nombres, rostros, historias; son niños, jóvenes y adultos que ven cercenadas sus posibilidades de desarrollo, participación e inclusión plena."
Además, dicen que “frente al dolor y la angustia de tantos hermanos y hermanas concretos deberían evitarse 'actitudes y expresiones que lastiman, esos lenguajes despreciativos, por momentos no exentos de crueldad, que atentan seriamente contra aquella unidad que tanto necesitamos como pueblo, para ponernos la patria al hombro, para salir adelante'”.
“Nos ponemos a disposición en cuanto podamos ser útiles desde nuestro lugar de servicio”, dicen al final y terminan invocando a “la Virgen de Luján" para que nos "ayude a salir al encuentro de los que sufren para comprometernos con ellos”.
Con información de Clarín