Esta noche se realizará un homenaje a los detenidos-desaparecidos de los campos de concentración El Vesubio y Proto-Banco, en Capital Federal, en los que fueron alojados varios ciudadanos entrerrianos durante la última dictadura militar. En el acto, se dirigirán al público presente sobrevivientes y familiares de desaparecidos, habrá un informe sobre la causa penal que por las víctimas del Primer Cuerpo de Ejército que tramita el juez federal Daniel Rafecas, se presentarán dos obras de Teatro por la Identidad y se leerá un texto de Osvaldo Bayer. También exigen la remoción de funcionarios judiciales afines a la dictadura.
El acto tendrá lugar a partir de las 19 en el anfiteatro de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE), en Avenida Belgrano 2.533, de Capital Federal. Está organizado por la Comisión de Homenaje integrada por familiares, sobrevivientes, compañeros y amigos de los desaparecidos en El Vesubio y Proto-Banco.
Durante el acto también se podrá apreciar una muestra de la obra plástica de Nora Celia Grittini, que fuera secuestrada en 1976 en su lugar de trabajo en el Hospital Salaverry, y todavía se encuentra desaparecida.
El objetivo del acto “es que se haga justicia y sean juzgados todos y cada uno de los responsables por los delitos de lesa humanidad cometidos”, según se informó a ANALISIS DIGITAL, al tiempo que también se reclama que “tras la anulación de las leyes y decretos que posibilitaron la impunidad, los jueces deben investigar y castigar a los culpables, pues sobre la base de la impunidad es imposible establecer democracia”.
En ese sentido, los familiares de desaparecidos “compartimos la preocupación por la lentitud de los juicios y el escaso número de detenidos, pero le recordamos al Presidente Néstor Kirchner que tal como hiciera con la Corte Suprema, su decisión política es muy importante para eliminar las trabas que hoy pone la Cámara de Casación Penal y es inadmisible que funcionarios nefastos que protegen a represores sigan en sus cargos”.
La referencia al camarista Alfredo Bisordi, integrante de la Cámara de Casación Penal, que hace unos días dictó un fallo por el cual se resolvió que el proceso contra los represores que actuaron en la denominada “Área Paraná” se sustancie bajo el procedimiento escrito, por lo que reclamaron que “esos magistrados no deben continuar en sus puestos pues hacen lo posible para evitar las condenas a los genocidas”.
El Vesubio, junto con la ESMA, tienen el triste privilegio de ser de los campos de concentración que en el área de Capital Federal y Gran Buenos Aires tuvieron mayor actividad, por la cantidad de víctimas que pasaron por sus salas de torturas y por la cantidad de desaparecidos que han dejado a la sociedad argentina.
En el Vesubio se cometieron todo tipo de delitos, robo de menores, violaciones, asesinatos. Sus responsables e integrantes son culpables también de robos y saqueos a las viviendas de sus víctimas y familiares, e incluso de automóviles y otros bienes, aún en la vía pública, a quienes pasaban cerca del lugar. Secuestro de menores y ancianos, tortura a embarazadas, todos los capítulos del horror concentrados en un solo lugar: Avenida Ricchieri y Camino de Cintura, Puente 12. El predio, que era del Servicio Penitenciario Federal, fue utilizado como lugar de secuestro y tortura desde agosto de 1975 y a partir del 24 de marzo de 1976 fue comandado por el Primer Cuerpo de Ejército, y funcionó hasta octubre de 1978. La mayoría de las víctimas fue hecha desaparecer por los métodos habituales en esa época, muchos otros aparecieron en grupos de cadáveres acribillados a balazos simulando inexistentes enfrentamientos, y un reducido grupo fue liberado, generalmente después de pasar por otros campos de concentración, cárceles y ser sometidos a Consejo de Guerra.
En tanto, Proto-Banco funcionaba en la Brigada Güemes de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, enfrente del Vesubio; pero a diferencia de éste, ya operaba como centro clandestino de detención desde 1974 y hasta diciembre de 1976. Algunos detenidos sobrevivieron entre 1974 y 1975, durante el gobierno constitucional de María Estela Martínez de Perón. Luego en el mismo lugar funcionó El Banco, otro sitio de tortura y secuestro, desde diciembre de 1977 hasta agosto de 1978, con características diferentes. En tanto, ahora funciona allí la Departamental de la Matanza de la Policía Bonaerense.
En Proto-Banco fue visto, entre otros, el comisario Víctor Oscar Fogelman, muy conocido al ser designado posteriormente investigador principal del asesinato del periodista José Luis Cabezas, ocurrido el 25 de enero de 1997.