El histórico dirigente peronista Julio Bárbaro analizó la realidad política, social y económica del país, la situación del gobierno de Alberto Fernández y a la dirigencia política actual y pasada.

A sus 78 años, en diálogo con el programa A Quien Corresponda (Radio De la Plaza), Bárbaro dijo haber vivido “una etapa de la política que nos dio lealtades” y se consideró “un pedazo de la generación que ama la política y no se enriqueció con ella”. En ese marco, mencionó que tiene una buena relación con los dirigentes entrerrianos Emilio Martínez Garbino y su hermano Jaime, y valoró “la manera en que plantaron bandera y dijeron ‘hay cosas que no se hacen’; que tuvieron esa coherencia y dignidad de la política que no abunda”.

También mencionó a Héctor Maya y dijo haberse visto sorprendido por un análisis que efectuó su hijo, Juan Maya. “Uno tiene amigos y lealtades que van más allá del peronismo, porque amar la política no es solo ser peronista”, definió.

Contó que con el ex gobernador Jorge Busti tuvo “muy buena relación en el pasado” aunque aclaró que no tienen contacto en la actualidad y aseguró que “con Sergio Urribarri ni demente tendría relación”. “No tengo nada que ver, es la contracara de lo que pienso que debe ser la política”, sentenció el dirigente y admitió: “Me enojó la designación como embajador de Israel”.

En ese contexto, definió que “Argentina viene hace 45 años en decadencia” y recordó: “Me crié en un país con un 5% de pobres, que era el de (Juan Domingo) Perón, el de la dictadura, el de Illia, el de los conservadores, cuando era diputado no vi personas caídas en la calle y visité Roma y Madrid cuando eran dos ciudades más pobres que Buenos Aires”.

“La política argentina lleva 45 años de decadencia: empezó en el ´75; después de muerto Perón viene la caída con López Rega y compañía, de allí la dictadura y después (Carlos) Menem que fue lo peor”, afirmó.

Por otra parte, dijo que no conoce al gobernador Gustavo Bordet pero refirió que “hay una voluntad en los gobernadores de mejorar, de dar un paso adelante”. “La política transitó el peor de los desprestigios. En la misma medida en que se enriquecieron los políticos se empobreció la sociedad y algo tiene que ver una cosa con la otra, y hay una generación nueva de gobernadores que se empiezan a comprometer de otra manera”, reflexionó.

“Hasta que la política no vuelva a ser lo que era antes, cuando enriquecerse era un defecto y no una virtud; hoy tenemos personajes que tienen aviones, choferes y usan la política como forma de escapar de la improductividad de la sociedad. Aquel país donde ser político era digno; fui diputado cuando era un honor y un riesgo; luego los diputados y senadores se fueron convirtiendo en instrumentos de poderes raros y nos encontramos con personajes que no tenían ningún valor, la política se había devaluado”, analizó.

Expropiación de Vicentín

Consideró que “es un error grave” la decisión presidencial de intervenir y expropiar la aceitera Vicentín y explicitó que “lo mismo se podría haber iniciado dialogando con la oposición y los sectores del agro, porque la política es justamente eso: es la capacidad que tiene una dirigencia de convocar al debate y de integrar a los que piensan distinto en la decisión”. “Por eso terminamos en un cacerolazo que por estas horas fue duro porque la sociedad necesita cicatrizar sus conflictos”, opinó.

En ese marco, planteó que “ahora nombran (como interventora del Servicio Penitenciario) a esta jueza de Justicia Legítima (Laura Garrigós), cuando Justicia Legítima fue un virus, una enfermedad muy mala que nos atacó y me duele que eso vuelva a tener vigencia”.

Asimismo, ante la reunión que se espera entre el presidente Alberto Fernández y el dueño de la empresa, consideró que “habrá un acercamiento y un acuerdo”. “Creo que tomaron conciencia de que fue un error lo que hicieron”, sostuvo.

En tal contexto, comentó: “Con Alberto Fernández, Cristina y Néstor Kirchner tengo años de amistad, de comer en sus casas y ellos en la mía; tengo una historia con ellos. Soy de los que creen que el peronismo fue disuelto por Menem, que Menem fue la traición y que la destrucción del ferrocarril no se puede creer porque no lo hizo ningún país del mundo, que vendimos todo y cuando terminó el menemismo debíamos más que antes, y por eso el peronismo está obligado a hacer una autocrítica. Creo que Néstor y Cristina tuvieron virtudes y defectos, que Néstor tuvo la virtud de negociar muy bien la deuda y el defecto de participar en la peor traición que fue la privatización de YPF, y luego la estatización que terminó en este juicio que perdemos por los tránsfugas que hay por acá”.

“Todo eso que se va llevando la política es porque cayó en manos de aquellos que hacen negocios, antes éramos compañeros o correligionarios, y me da la impresión de que ahora hay demasiados que son cómplices”, fustigó.

A la hora de hablar de los diversos intereses que juegan en la situación, aseguró que “hay Nación cuando el poder del Estado es mucho más fuerte que el poder de los intereses privados. Y ahora el Estado debe discutir con los sectores productivos, y tiene que atacar a los intermediarios improductivos. El Estado tiene que terminar con la privatización del juego, porque es una corrupción tremenda, el juego es un poder nefasto”.

“El poder de los productores es una cosa y el poder de los intermediarios y de los tránsfugas es otra, acá se privatizaron empresas y nadie controla lo que saquean. Con ese dinero que nos prestó el Fondo Monetario, Macri hizo crecer la deuda externa en el 40% y no dejó ni un hospital ni una ruta, y eso ha sido muy duro para la Argentina. El peronismo tuvo errores, pero la oposición casi no existe”, analizó.

La relación de Alberto y Cristina

Consultado al respecto, Bárbaro consideró que “Alberto es responsable de sus actos, no culpo a Cristina y no es por defenderla”.

Sostuvo que “el kirchnerismo es un error porque es una agresión infantil. El Perón que viene es el que viene a pacificar, y el error de Néstor es ir a la confrontación de nuevo. Macri se compra al mediocre de Durán Barba que le dice que confrontando va a ganar, y la grieta es la destrucción de los argentinos; con esta idea de dos naciones, de que somos enemigos y no adversarios, no hay sociedad”.

“La sociedad está saqueada y hay que detener esta marcha porque vamos a llegar al 60% de pobres; debemos ser el único país del mundo que se hunde de esta manera”, alertó.

“La desesperanza se impone en Argentina. En ese marco, digo que Alberto Fernández es mucho mejor que Macri y es también mejor que Cristina, pero alcanza para la necesidad de hoy de la sociedad”, se preguntó el dirigente.

La Cámpora y el futuro de la dirigencia política

Respecto de la dirigencia que viene y el posicionamiento de Máximo Kirchner como líder de La Cámpora, explicitó: “No le veo futuro a nada que no tenga ideas y la verdad es que a las ideas de La Cámpora no las conozco; no tiene un escritor, no tiene un orador, no tiene a nadie que salga y diga cuál es el sueño de país que tienen”.

Y sobre la posible sucesión de Alberto Fernández, afirmó que “por este camino, ese sector no tiene futuro”. “Si el gobierno fracasa no hay sucesión y yo le veo mucha dificultad a nuestro actual gobierno para que sea exitoso, la gran ayuda es la oposición inexistente, o dispersa o deshecha, un radicalismo que debe salirse del PRO porque tiene provincias, porque tiene historia, porque tiene estructura, y un PRO que sólo tiene Capital”, analizó.

Sostuvo que “Macri hace rato que no existe más” y rememoró: “Nos peleamos un par de veces siendo presidente, y la última vez que hablé con él siendo presidente le dije: ‘Si tenés tres o cuatro obsecuentes, el jefe sos vos; si tenés uno solo como Marcos Peña, el jefe es él. Y cuando el jefe de Gabinete es más fuerte que la instalación, en lugar de ser fusible lo que vuela es la instalación’”. 

“Macri fue un desastre, un fracaso total y absoluto, no sembró nada. Era más difícil hacerla ganar a Cristina que no, y él lo hizo. Hizo todo mal, y en la época de Macri todos perdimos entre un 20 y un 25% de poder adquisitivo, de la capacidad de consumo”, criticó.

Respecto del futuro de la oposición, consideró que “debería ser fuerte por los radicales, porque los veo como obligados a dar una pelea” y dijo que “(María Eugenia) Vidal es una mujer inteligente pero ninguno de ellos fue capaz de nada; alguna vez le dije –igual que a (Daniel) Scioli- que nadie llegó al poder de rodillas, si no te sublevás no vas a ser gobierno”.

“Argentina es un fracaso de políticos, no tenemos políticos. No tenemos ni un Pepe Mujica ni un Horacio Sanguinetti. El político es aquel capaz de soñar un futuro y convertirlo en realidad, o por lo menos convencer a la sociedad de que ese sueño es la devolución de la esperanza, y de eso no hay en Argentina. La política que es realmente un arte terminó en manos de los economistas y ahora de los infectólogos”, definió.

El contexto de pandemia y el futuro

“Observo que la obligación del gobierno es darle responsabilidad a la sociedad, todos nos vamos a cuidar solos, y viendo el festejo de Italia cuando salieron de la pandemia después de haber llegado a más de 1.000 muertos por día, eso marca que hay un ciclo y que el virus, la enfermedad, se pasa y eso es lo bueno”.

“Pero en alguna medida hay que darle libertad a la gente porque hay casi el 50% de la sociedad que por más que la obliguemos a estar encerrada, no tiene espacio para sobrevivir ni en lo económico ni en sus hogares. Hemos declarado ciertas normas para los que podemos: los que tenemos casa y tarjeta”, aseveró Bárbaro.

Adelantó que el futuro social, político y económico del país “es una situación compleja” y reflexionó: “En su momento había apostado por (Roberto) Lavagna porque pensaba que ni Macri ni Cristina podían volver a ser el futuro; pero Lavagna después nos traicionó y se corrió. Creo que tiene que nacer un espacio del medio, una estructura política que reivindique las ideas, el patriotismo, para salir de esta inercia económica donde todo es extranjero y nadie le importa, y volvamos a reivindicar nuestra identidad cultural y la producción nacional”.

“La dignidad del esfuerzo es lo que hay que recuperar, hay que ofrecerle al subsidiado convertirse en asalariado, y ese desafío de Argentina es la clave. Y hay que volver a que el gobernador o el intendente tengan voluntad de ayudar al productor, y que el INTA y la ciencia se junten con el productor y el gobernante para pensar un país mejor”, sentenció.

Del mismo modo se refirió a la situación de la Justicia: “Cuando Alberto enfrenta la pandemia con (Horacio) Rodríguez Larreta y (Axel) Kicillof tiene un 80% de consenso; cuando sueltan a los presos tiene un 80% de rechazo. Cuando ayer se equivoca hay una sociedad que empieza a golpear cacerolas, y de este modo empieza a ser mayoría aquel que no es de Cristina ni de Macri y la sociedad empieza a tener una participación enorme”.

“Me parece que ese es el camino que hace que cada gesto malo de la Justicia tenga una condena social; ya no es el gobierno el que cuida los detalles de la Justicia sino que es la sociedad. (Rodolfo) Canicoba Corral tendría que haber caído hace rato, porque a ninguno le puede servir semejante imagen devaluada de alguien que quiso ser juez y terminó siendo eso”, analizó.

“Cuando entre todos seamos capaces de poner la dignidad por encima de la ideología o la pertenencia, estaremos recuperando la sociedad”, concluyó.