Israel ha lanzado en la madrugada de este viernes un ataque de gran envergadura y consecuencias imprevisibles sobre Irán. El Estado judío, que ha bautizado la ofensiva como Operación León Creciente, dice haber empleado unos 200 aviones de combate sobre un centenar de objetivos relacionados con uno de los elementos más sensibles en Teherán: su programa nuclear. El ataque —sin participación de Estados Unidos, según ha asegurado su Administración— ha alcanzado instalaciones nucleares, fábricas de misiles balísticos y a responsables militares. Doce horas después, los bombardeos continúan.
El objetivo, según ha defendido en una intervención grabada el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, es impedir que Irán consiga armas atómicas, algo que podría lograr “en menos de un año”. Teherán, que ha prometido un contraataque “severo”, ha lanzado un centenar de drones hacia territorio israelí que horas después no han llegado a su objetivo.
Entre las víctimas mortales del ataque, según reconoce el propio régimen iraní y corrobora Israel, se encuentra el general Hossein Salami, jefe de la Guardia Revolucionaria, un cuerpo de élite que actúa como ejército paralelo, con una gran influencia tanto en el Gobierno como en la economía de Irán. Salami había asegurado poco antes del bombardeo que estaban listos para “contrarrestar cualquier agresión”. El jefe de la fuerza aérea de ese cuerpo, Amir Ali Hajizadeh, se encuentra asimismo entre los muertos.
También ha perdido la vida el general de división Mohamed Bagheri, jefe de las Fuerzas Armadas, según la televisión local. Asimismo, han caído otros responsables militares y al menos seis científicos del programa nuclear. La agencia iraní Tasnim los ha identificado como Abdolhamid Minouchehr, Ahmadreza Zolfaghari, Amirhossein Feqhi, Motalleblizadeh, Mohammad Mehdi Tehranchi y Fereydoun Abbasi.
Fuentes oficiales de Teherán señalan que varios edificios residenciales han sido alcanzados por las bombas israelíes en la capital. La agencia de noticias Mehr ha informado de la muerte de al menos nueve personas entre Teherán, la capital, Tabriz, en el noroeste del país, y Shiraz, en el suroeste. Ambos países mantienen cerrado su espacio aéreo, publicó El País.