El exfutbolista y entrenador entrerriano Jorge Luis Burruchaga recordó este lunes la consagración de la selección argentina de fútbol como campeón de México 1986. Al cumplirse un nuevo aniversario de aquella histórica jornada, el gualeyo dedicó un post en redes sociales con fotos del 3 a 2 en el estadio Azteca. “A 34 años del momento más feliz de nuestras vidas”, describió.  

Por su parte, el sitio de la FIFA en español rememoró una entrevista de Burru en la que describió la acción para el gol del triunfo como “la carrera más larga, feliz y difícil” de su vida. El actual secretario técnico de Independiente repasó aquella definición a falta de nueve minutos para el final del partido. Argentina, golpeada por haber sufrido el empate de los germanos 2 a 2, luego de estar dos goles en ventaja, resurgía para levantar su segunda copa del mundo.

"Después del gol de (Jorge) Valdano pensábamos que ya no se nos iban a venir más", rememoró Burruchaga. "Pero  (Carlos) Bilardo siempre nos decía que a los alemanes, entre comillas, había que matarlos para que no resurjan. Y fue así", destacó.

Sin embargo, en ese momento crítico, con el trofeo alejándose en el horizonte y todos a su alrededor intercambiando insultos y miradas acusadoras, Burruchaga giró hacia Diego Maradona. ¿Qué le dijo? "Bueno, vamos que lo ganamos".

Y eso hicieron. Tres minutos después Maradona rompió la defensa rival con un pase al mediocampista que desembocaría en la diana de su vida...

"Cuando vi que la pelota iba para Diego, interpreté que los alemanes iban a jugar al fuera de juego", declaró en una entrevista concedida al sitio de la FIFA en 2007. "Por eso aparecí por el lado opuesto al nuestro y le grité a Diego, que estaba medio de espaldas. Después, con el tiempo, me dijo que no me escuchó, algo posible para alguien que jugaba como si tuviera ojos en la nuca. Entonces él me tiró la pelota ahí adelante y empecé a correr".

En ese punto aún quedaba mucho por hacer y mucho terreno por recorrer. Nuestro protagonista bien podría haber sucumbido al sofocante calor reinante en el Azteca, o perder los nervios a medida que se acercaba a la meta, y al imponente Harald Schumacher. En última instancia, no obstante, lo que el propio interesado describió como "la carrera más larga, feliz y difícil de mi vida", les otorgó la gloria.

"Es increíble, porque muchas veces me preguntan sobre ese gol", explicó. "Si adelanté de más el balón, si Schumacher salió tarde, si no escuché a Valdano que me acompañaba por la izquierda, si creía que Briegel me iba a alcanzar... pero mi concentración estaba puesta en la lejanía del arco solamente", contó.

"Lo que sí se veía bien era que Schumacher estaba todo de amarillo, por lo que era más fácil de visualizar y, a la vez, entender lo lejos que estaba del arco. Fue una carrera de casi 40 metros, que culminó con un toque de derecha. La intención era picar el balón por arriba, pero le pasó por intermedio de las piernas", admitió.

"Cuando fui a festejar me arrodillé, extenuado, y al primero que vi llegar fue a Batista. Llegaba cansadísimo y se arrodilló enfrente mío con esa barba que tenía... siempre digo que fue como ver a Jesús, que nos decía que teníamos que ser campeones del mundo. Cuando volvíamos a la mitad de cancha Valdano me decía 'ahora sí, somos campeones del mundo'", cerró.